Suplemento Cultural

Contenido

De mi cosecha

Diario del alma

San Juan XXIII

Selección y traducción A. Sahagún

Debo añadir a tal punto de unión, de aceptación total de mí, de mi entrega total de ponerme totalmente en las manos de Dios, de estar presto a ser el sacrificio de todo aun del estudio, para obedecer a su divina voluntad. Todas mis acciones, mis afectos a cualquier cosa que debo siempre regular en conformidad a este principio. Debo anonadarme en el Corazón de Jesús.

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Yo no debo desear ser aquello que no soy, sino desempeñar mucho mejor aquello que soy. Así dice mi San Francisco de Sales.

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Estudiaré la forma de practicar el amor y la ternura al Corazón Divino Sacramentado que me vivifica del todo, mis pensamientos, mis palabras, mis acciones, que transpiren todas mis obras. Por lo cual, máxima unión con Jesús, como si mi vida debiese pasar enteramente frente al tabernáculo; jaculatorias al Santísimo Sacramento sin número; devoción y afecto grande en las visitas, comuniones. Yo debo considerarme que vivo solo por el Sagrado Corazón de Jesús.

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Alegría, siempre, paz, serenidad, libertad de espíritu en todo. Cuando me reconozca fiel a mis propósitos, alabaré de corazón a mi Dios que ha hecho todo; cuando falle, me cuidaré de no desanimarme. Él lo permitirá para que me humille siempre de más, y me abandone enteramente en su seno amoroso. Después de un defecto, un acto de humildad profunda; después reiniciaré alegre, sonriendo siempre, como si Jesús me hubiese hecho una caricia, me hubiese dado un beso, me hubiese levantado con sus propias manos y reanude mi marcha seguro, confiado, devoto “en el nombre del Señor”. “¡Oh buen Jesús, tú sabes, cuanto deseo amarte!”.

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En general en mis cosas necesito de una cierta santa vivacidad que las torne decisivas, sabrosas. La desenvoltura el buen espíritu, es necesario aún en las prácticas de piedad, de suerte que las oraciones y los aspectos personales no se presenten al señor como durmiendo porque se corre el peligro de detenerse en su condescendencia.

Everildo

¿Qué son las estrellas fugaces o meteoros?

Las estrellas fugaces (o meteoros, que es lo mismo) son pequeñas partículas (normalmente, entre un milímetro y varios centímetros) que al entrar a gran velocidad en la atmósfera de la Tierra se «queman» por la fricción (en realidad el brillo se debe a la ionización del aire a su alrededor) y producen el trazo luminoso que surca rápidamente el cielo y que llamamos estrella fugaz.

Su aspecto es muy variado. Pueden brillar mucho o poco. Su trayectoria puede ser corta o larga. Algunas pueden dejar una estela unos instantes y otras no. Normalmente son bastante rápidas (¡desaparecen antes de que nos dé tiempo a decirlo!) pero también las hay lentas, que pueden durar varios segundos. En ocasiones pueden mostrar algún color: rojizo, verdoso, azulado, etc. según la composición química del meteoro.

El origen de estas partículas está en los cometas, que a su paso van perdiendo material y dejándolo tras de sí. 

Si la partícula es grande (unos centímetros), el meteoro será muy brillante y recibe el nombre de bólido. Lo que vemos brillar es la bola de aire ionizado que los rodea. Los bólidos pueden ser espectaculares por su brillo, que puede hacer que se vean incluso de día. Algunos pueden fragmentarse durante su trayectoria, presentar destellos o pequeñas explosiones, o hacer ruido. Con frecuencia dejan una estela persistente durante unos momentos (es el rastro de aire ionizado que dejan atrás), o una estela de humo. A veces pueden brillar lo suficiente como para verse detrás de las nubes, y entonces veremos éstas iluminarse al trasluz unos instantes.  

Los meteoros o estrellas fugaces se pueden observar en cualquier noche despejada, aunque en determinadas noches del año son más abundantes (lluvias de meteoros)

La fricción atmosférica es capaz de quemar meteoros de hasta varios kilos. No obstante, si una partícula es demasiado grande, puede no desintegrarse en su totalidad y alcanzar la superficie de la Tierra. El meteoro recibe entonces el nombre de meteorito. Nuestro planeta está recibiendo constantemente meteoritos de tamaño microscópico y mayores.

Everildo Alvarez


Poemas de ayer y hoy

Luljeta Lleshanaku

Luljeta Lleshanaku nació en Elbasan, Albania, en 1968, y su condena comenzó al nacer. Su infancia transcurrió bajo el arresto domiciliario y, tras alcanzar la mayoría de edad, el gobierno le asignó un trabajo: primero en una granja, luego en una fábrica de conservas, y finalmente en una fábrica de alfombras, en Kruja. Estudió Filología y Literatura Albanesa en la Universidad de Tirana y una maestría en el Warren Wilson College. Fue becaria en la Universidad de Iowa en 1999 y del Black Mountain Institute en la Universidad de Nevada, Las Vegas, entre 2008 y 2009. Es autora de ocho libros de poesía traducidos a trece idiomas. Ganó el premio internacional Crystal Vilenice 2009, Premio Nacional Pluma de Plata, Premio Autor del año otorgado por la Feria del Libro de Tirana en 2013, Premio Kult 2013 y Premio Feria del Libro de Pristina en 2013. Fue finalista del Best Translated Book Award en 2011 en los Estados Unidos.

Fresco

Ahora no hay gravedad. La libertad no tiene sentido.
No peso más que un cabello
sobre un cuello almidonado.
Unos labios se encuentran en la elipsis al final de una confesión
asfixiante; en la arena, un cangrejo cierra herméticamente sus pinzas
y da un paso adelante y dos pasos a la derecha.
Hace mucho tiempo que me rompí por primera vez en un temblor
con el toque de tus dedos;
no más timidez, no más curación, no más muerte.
Ahora soy ligera como una pluma india, y puedo fácilmente alcanzar la luna,
una luna limpia como el sexo de un ángel
en los frescos de la iglesia.
A veces puedo incluso ver asteroides muriendo como zánganos
en éxtasis por su amor, su reina.


Se apresuran a morir

Mueren uno tras otro;
echar paladas de tierra sobre ellos se ha vuelto tan normal
como espolvorear sal sobre el pan.

Son de la misma generación, mi familia, o más exactamente, de una época,
y los hijos de una época son como los perros amarrados al trineo:
en búsqueda del oro
o corren juntos o caen juntos.

No es matemático,
pero se parece más a los peines, los peines que doman la rebelión de cualquier cabello
después de un flirteo loco frente a un espejo.


El tejado de la casa de la mujer loca

Es medianoche, y el trabajador que vuelve
del segundo turno en la fábrica de conservas
comprueba qué fuerzas le quedan

tirando piedras contra las tejas
de la casa de la mujer loca.

«¡Malditos seáis todos, hijos de puta!»,
maldice desde el interior.

Ella es la historia, incapaz de culpar a nadie.
Ella es la llave maestra, la maldición colectiva
en una noche que apesta a sardinas y enzimas.


Cuando el amor empieza a…

Entra en mis días arrogantemente
como el silencio después del golpe
de mazo del juez.

Me balanceo en la brisa más ligera
a lo largo del campo de trigo
aguardando la cosecha.

Llega cuando pienso que estoy segura
cuando pienso que todo lo que soy es sólo espina,
fuerte, sin pecho ni vientre,
sin ombligo —
como una bodega repleta de alimentos
almacenados para el invierno.

Titubeo un instante
preparada para empezar de nuevo
con la paleta limpia de un pintor
huella oscura en su centro.

Luego emprenderé el mismo viaje
cuyo final tan bien conozco:
una bala fría llena mi bolsillo
la que cada buen soldado guarda
para el día en que se encuentra sitiado.


Libro amarillo

En épocas sin verdad no hay tabúes.
Quizá este libro amarillo es uno de los pocos que sobrevivió
aunque el acto de esconderlo
vive en nuestras mentes.

En medio de un calor achicharrante, la cena se sirve torpemente cada noche
a la misma hora, la hora en la que luz y la oscuridad nos cubren por igual.
Algo se cocina rápido; quizá la cabeza de un ternero, del que me voy
a llevar la lengua.
Dicen que si te la comes tu lengua crecerá
y si te comes los ojos serás un francotirador
y si te comes los libros te comerás a ti mismo
poco a poco, desde los bordes hacia el centro
como tractores cosechando en granjas colectivas.

Desde lo alto de la mesa, el cabeza de familia
toca sus verrugas mientras sermonea acerca de la evolución:
«El más fuerte muere, el más débil sobrevive.»

Nada distingue esto de una cena santa
en la que la comida y el vino se reparten por igual –
sólo la verdad es leída en secreto
por el perplejo, compartiéndola
como un libro amarillo.[1]


[1] Los “libros amarillos” estaban prohibidos durante el régimen comunista, en especial durante la llamada revolución cultural en Albania. Eran de literatura clásica rusa o literatura occidental que el régimen consideraba decadente. Estas obras se denominaron simbólicamente «libros amarillos» por el color amarillento que adquirieron mientras se mantenían ocultos. [Nota de la traductora].



María Teresa Morfín

Crónica de Cuetzalan
Segunda parte

                Nos habían dicho de muchas grutas y cascadas, pero no teníamos tiempo de verlas todas, pero nos dijeron de un lugar llamado Las Hamacas, con un restaurante y una cascada muy bella, fácil de encontrar. Muchas de las cascadas están en zonas de difícil acceso. Pero Las Hamacas estaba más o menos cerca del taller de Pedro, y decidimos aprovechar el viaje para ir allá.

                Después de unos cuarenta minutos de curvas y baches llegamos a Las Hamacas. Es un predio con un camino empedrado que baja hacia el río. No había ningún restaurante, a pesar de que estaba anunciado. Lo que encontramos fue un galerón de madera, sucio y con unas pocas mesitas, en el que vendían cerveza y bolsitas de comida chatarra. Un señor llegó conmigo y me cobró $30 por cada uno de nosotros, por estar allí.

                La cascada se veía hermosa, pero la concurrencia estaba de miedo. A diferencia de los gentiles indígenas y habitantes mestizos de Cuetzalan, había varios grupos de personas que se veían muy sospechosas, tipos muy fuertes, con el pelo rapado a cepillo, tipo narcos. Uno de estos grupos traía un equipo de sonido que tocaba a todo volumen música espantosa, con canciones violentas y obscenas. Yo estaba muy incómoda, y aunque mis acompañantes se acercaron muy felices a la cascada, yo me quedé en la orilla, pendiente de todo lo que ocurría. Después de un rato, los tipos del equipo de sonido se fueron río arriba, hacia la cascada, y se perdieron de vista, así que me pude relajar. Había mucha gente divirtiéndose en el agua.

                Otro día nos fuimos a la zona arqueológica de Yohualichan. Este sitio fue descubierto en 1923. Se supone que abarcaba unas 30 hectáreas, pero no todo está descubierto. Lo que vimos fue un juego de pelota, varios basamentos, y una explanada rodeada de templos grandes. Lo característico de estas construcciones es que están adornadas por nichos. Se supone que esta cultura estuvo vigente del siglo 1 antes de nuestra era, al siglo 12 de nuestra era. Tiene muchos rasgos, sobre todo decorativos, que recuerdan al Tajín, pero el Tajín es posterior al siglo 8.

                Fue una visita muy agradable.

                De Yohualichan llegamos a bañarnos para prepararnos para la cena de año nuevo, que fue en el restaurante Yoloxóchitl. Cenamos rico, nos tomamos unas margaritas hechas con unos limones deliciosos, y esperamos el año nuevo en muy buena compañía.

                Al día siguiente, nuestro último día completo en Cuetzalan, nos dedicamos a disfrutar el pueblo. Había danza de voladores cada hora, y fuimos a conocer la iglesia de Los Jarritos, un templo neo gótico que tiene en el frente el panteón municipal.

                Para mí, la danza de los voladores es un fenómeno cósmico. En toda la región que tiene influencia totonaca hay un palo de voladores al lado de la iglesia principal. Los voladores forman cofradías, y enseñan a volar a los niños desde pequeños. Generalmente vuelan en grupos de cinco, cuatro que se descuelgan con cuerdas girando alrededor del palo, y uno que se queda arriba danzando, tocando una flauta y un tambor, que a veces desciende también descolgándose por una de las cuerdas.

                En Pahuatlán me tocó ver uno de los voladores vestido de mujer. Aquí en Cuetzalan me tocó ver volar a varias mujeres, con la novedad de que, aunque la mayoría utilizaban sus trajes tradicionales de terciopelo rojo y penachos de quetzal, el día 31 había un volador que utilizaba en la cabeza un tocado de águila blanca, y traía unas grandes alas de plumas naturales, que agitaba mientras realizaba su vuelo.

                La danza de los voladores está relacionada con los calendarios mesoamericanos, y aunque hay variantes, cada uno de los elementos es simbólico, como las cuatro direcciones del espacio, y las trece vueltas alrededor del palo, que simbolizan los meses del año.

                Cuando se acercan los voladores al palo, y ejecutan una danza zapateando alrededor, se hace un silencio. Entonces cada uno se acerca a tocar el palo con ambas manos, una arriba y una abajo y a la inversa, y luego se persignan. Después de haber hecho esto ascienden por unos escalones reforzados por cuerdas, y esperan a que empiece la música para descolgarse coordinados. Antes de iniciar el vuelo, el que toca la flauta y el tambor ejecuta una danza en la cima del palo. Después se queda tocando mientras los demás bajan, y a veces se descuelga por una de las cuerdas.

                Antes de que comience la danza, suben dos de los voladores a la cima, y pasan mucho tiempo allí, como si estuvieran en un nido, platicando y arreglando las cuerdas para que el descenso sea seguro y controlado. Se les ve tranquilos, alegres, confiados, y no parecen tener más ocupación que platicar mientras llega el momento de iniciar el descenso.

                Mientras estamos observando el vuelo, se ven en el cielo muchos zopilotes dando vueltas en el aire, y pasan bandadas de palomas por encima del palo. Esto parece parte del paisaje, igual que los chanates que anidan en las palmeras al atardecer, pero de pronto nos sorprendió el vuelo de ¡un dron!

                En la danza de los voladores tengo varios momentos favoritos. Uno es cuando los cuatro se descuelgan del nido cuadrangular, y comienzan a volar. Otro es cuando se giran con la cuerda amarrada a la cintura, y empiezan a caminar. Yo podría ver esta danza muchas veces sin aburrirme, y espero que esta tradición hermosa permanezca viva por mucho tiempo.

                Esta visita a Cuetzalan fue una maravilla. Valió la pena a pesar de la distancia, y del tiempo que hicimos en carretera por los accidentes del camino. No tuve tiempo de aburrirme, disfruté cada momento, y volvería a viajar para allá con mucha felicidad.             

Salud

Qué significan los mocos verdes y por qué salen

Los mocos verdes son un indicativo de que el sistema inmunitario está activo combatiendo gérmenes; sin embargo, también aparece por procesos inflamatorios del tracto respiratorio.

Cuando estás atravesando enfermedades como la gripe, el resfriado, la sinusitis y la bronquitis, uno de los síntomas que pueden causarte inquietud son los mocos verdes. Este color distintivo en las secreciones significa que el sistema inmunitario —encargado de protegerte contra infecciones— está respondiendo al ataque de virus o bacterias en las vías respiratorias.

Si bien son incómodos porque pueden dificultar la respiración y causar congestión, su presencia es determinante para que el cuerpo pueda deshacerse de microorganismos y partículas que comprometen la salud. Aun así, es conveniente prestarles atención, sobre todo si se dan junto a otros síntomas como el dolor de garganta, la fatiga y la fiebre.

A continuación, te contamos en detalle cuál es el proceso fisiológico que da lugar a este tipo de mucosidad, qué significan para tu salud y cómo puedes reducir las molestias que te ocasionan.

¿A qué se debe el color verde en los mocos?

En condiciones normales, los mocos son transparentes o blancos. Están compuestos por agua, células muertas, proteínas y anticuerpos. Su función principal es lubricar las vías respiratorias y proteger el cuerpo contra partículas, polvo y gérmenes. Sin embargo, al contraer infecciones bacterianas o virales, las defensas entran en acción y estas secreciones experimentan un cambio de color.

En particular, unos glóbulos blancos llamados «neutrófilos», cuya función es destruir los virus y las bacterias, se movilizan hacia las vías respiratorias. Allí, liberan una serie de sustancias químicas para eliminar los patógenos, como una proteína llamada peroxidasa. Esta, al mezclarse con residuos de los gérmenes y células muertas, es la que hace que los mocos se vuelvan verdes.

Ciertas veces, el cambio a color verde en las mucosidades también está asociado a la intensidad de la inflamación en las vías respiratorias. Si esta es severa o prolongada, los neutrófilos derivan una mayor concentración de compuestos como la peroxidasa, lo que da como resultado un tono aún más verde.

Los mocos verdes son un signo de que el cuerpo está luchando contra una infección y, en particular, refleja el trabajo de los neutrófilos, que hacen parte de la respuesta inmunitaria.

Causas de los mocos verdes

Determinar la causa de los mocos verdes es fundamental para identificar el tipo de microorganismo involucrado y, en función de este, aplicar un tratamiento adecuado. Y es que, si la causa es una bacteria, puede ser necesario el uso de antibióticos; en cambio, si es viral, suele abordarse con autocuidado.

1. Gripe

La gripe puede cursar con mocos verdes debido a la respuesta del sistema inmunitario frente a la presencia de virus. Sin embargo, este síntoma no es típico al inicio de la infección, sino pasados varios días, cuando los glóbulos blancos (neutrófilos) duplican su esfuerzo para responder al microorganismo.

De hecho, es más frecuente experimentar secreciones verdes cuando se presentan infecciones bacterianas secundarias, como la sinusitis o la bronquitis, ya que estas tienden a generar mayor inflamación en las vías respiratorias. Junto a los mocos, esta infección suele cursar con dolor muscular, dolor de garganta, congestión y fiebre.

Tratamiento

Por lo general, no hace falta acudir al médico por episodios de gripe. Esta suele mejorar en pocos días sin mayores complicaciones. Medidas como una hidratación adecuada, reposo y medicamentos de venta libre para calmar los síntomas —como antipiréticos (paracetamol o ibuprofeno), analgésicos y descongestionantes— suelen mejorarlo.

Aun así, la consulta es importante cuando los síntomas persisten por más de una semana o hay signos de complicaciones, como tos con flema verde, dificultad respiratoria y fiebre alta.

2. Resfriado común

Los síntomas típicos del resfriado común son las secreciones nasales, los estornudos y el malestar general. Su causa son algunos virus que atacan al sistema respiratorio; por eso, cuando la infección avanza, los mocos cambian de color. En su lucha contra estos microorganismos, los glóbulos blancos liberan sustancias que producen secreciones espesas y verdes.

Este síntoma no siempre indica complicaciones, sino que hace parte del proceso normal de curación. De todos modos, si cursa junto a fiebre alta, dolor facial, presión excesiva de los senos paranasales o dificultad respiratoria, es preferible consultar al médico.

Tratamiento

La mayoría de los resfriados se resuelven con autocuidado, a través de estrategias como el descanso, el consumo de bebidas hidratantes, el uso de humidificadores de aire y medicamentos para calmar la congestión.

3. Sinusitis

La sinusitis implica la inflamación de los senos paranasales debido a la presencia de virus, bacterias u hongos. Cuando se manifiesta con mocos verdes, su causa habitual son las infecciones bacterianas; sin embargo, este síntoma también suele presentarse en la sinusitis viral, aunque con menos frecuencia.

El dolor facial, el dolor de cabeza, la congestión y la presencia de tos o fiebre son claves a la hora de diagnosticar esta condición. Las secreciones, si bien son comunes, suelen cambiar de color a amarillo o verde cuando la infección está avanzada. Al principio, el color tiende a ser más claro y acuoso.

Tratamiento

El manejo de la sinusitis depende de si es viral o bacteriana; de ahí la importancia de acudir al médico para obtener un diagnóstico preciso. En la mayoría de los casos, los síntomas mejoran en pocos días con descanso, hidratación y descongestionantes o aerosoles nasales.

No obstante, si son casos bacterianos, el tratamiento suele incluir antibióticos recetados por el médico. A veces, si hay inflamación severa, el profesional también indica corticosteroides.

4. Bronquitis

La razón por la que la bronquitis causa mocos verdes es por la inflamación de las vías respiratorias inferiores (bronquios) que derivan una respuesta por parte del sistema inmunitario. Casi siempre, esta enfermedad aparece de forma secundaria a infecciones virales o bacterianas.

En sus intentos por combatir estos microorganismos, un aumento de neutrófilos suele derivar la coloración verde de las secreciones. Cuando la infección afecta las vías respiratorias superiores, se puede observar moco nasal. Sin embargo, es frecuente que las flemas se eliminen a través de la tos, por la boca.

Tratamiento

Cuando la bronquitis es de origen viral, el reposo, la hidratación y medicamentos de venta libre como el paracetamol o ibuprofeno suelen contribuir a su tratamiento. Si es bacteriana, el médico puede recetar antibióticos. En ambos casos, la congestión y el moco verde puede reducirse con descongestionantes, expectorantes o soluciones salinas.

¿Es normal tener mocos verdes por varios días?

Si te encuentras atravesando un cuadro viral como la gripe o el resfriado, es normal que presentes mocos verdes durante 5 o 10 días. Casi siempre, este síntoma mejora en poco tiempo, conforme el cuerpo combate la infección. Sin embargo, la mucosidad de este color puede persistir por 10 o más días, sobre todo cuando su causa subyacente es una infección bacteriana.

Si bien hace parte de la respuesta normal de las defensas del cuerpo, es conveniente prestar atención debido al riesgo de complicaciones. Consulta al médico si el moco se acompaña de fiebre alta, dolor intenso o empeoramiento de los síntomas.

¿Es necesario recurrir a los antibióticos?

Los antibióticos solo son necesarios si el médico determina que el origen de los mocos verdes son las infecciones bacterianas. Si estas secreciones son virales, este tipo de medicamentos no surtirán efecto. Por el contrario, su consumo innecesario puede ser problemático debido al riesgo de resistencia a los antibióticos.

Recomendaciones para contribuir a la expulsión de los mocos

Si bien el moco —inclusive el verde— tiene un papel protector contra gérmenes y partículas del ambiente, su producción excesiva es molesta porque dificulta la respiración. Para contribuir a su expulsión, puedes poner en práctica los siguientes consejos:

  • Asegurar una óptima hidratación, a través del consumo de agua, caldos e infusiones. Esto contribuye a diluir las secreciones.
  • Inhalar vapor, ya sea con un humidificador o del vapor que despide el agua caliente.
  • Aplicar solución salina nasal para descongestionar las vías respiratorias y ablandar el moco.
  • Evitar la exposición a sustancias irritantes, como el tabaco, el polvo, los productos químicos, entre otros, que empeoran la congestión.

Los mocos verdes indican que tus defensas están activas

Experimentar mocos verdes es incómodo, desagradable y, a veces, inquietante. Sin embargo, esta coloración es sólo una señal de que los glóbulos blancos están trabajando arduamente para combatir los virus o las bacterias que causan infecciones en las vías respiratorias.

En la mayoría de los casos no hay motivo para preocuparte; es muy probable que, en apenas unos días, el síntoma desaparezca sin necesidad de tratamiento. En cualquier caso, presta atención si se aparecen en simultáneo con fiebre alta, fatiga crónica, dificultad respiratoria u otras señales de enfermedades graves. De ser así, acude al médico para descartar complicaciones.

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SOPA DE NOPALES

INGREDIENTES

2 tazas de nopales picados
5 rebanadas de tocino partido en cuadritos
1 cebolla mediana en rajitas
1 jitomate grande
1 dientito de ajo
1 rama de epazote o cilantro, al gusto
100 gramos de queso fresco

MANERA DE HACERSE

En poquito aceite, se fríe el tocino y ya que ha soltado su grasa, pero que no esté dorado, se le pone la cebolla. Ya que se frió la cebolla, se agrega el jitomate molido con el ajo y la rama de epazote a que todo hierva y sazone. Se le añade caldo o agua con un poco de consomé (calculando para 6 porciones). Se incluyen los nopales. Todavía en la lumbre, se agrega queso desmoronado (si es fresco, mejor).

Con tortillas de maíz y frijolitos, ya tiene su comida completa. Puede agregar como dulce, un piloncillo.

Tomado del libro “Cocina en tiempo de crisis” de la Sra. Teresa Sahagún de Guízar