Fallece el compositor Mario Lavista

07 de noviembre de 2021

Mario Lavista: lo que dice la música - Líderes Mexicanos

Mario Lavista Camacho (3 de abril de 1943, Ciudad de México – ), compositor y miembro de El Colegio Nacional, falleció a la edad de 78 años, informó la secretaría de Cultura.
  
   La secretaria de Cultura Alejandra Frausto lo confirmó en Twitter: «La música está de luto. Hoy se despide el maestro Mario Lavista, enorme figura del arte y maestro de generaciones. México y América Latina pierden a uno de los compositores más destacados del último siglo. Un cálido abrazo a Claudia, a sus amigos, alumnos y familiares».
  
   La música está de luto. Hoy se despide el maestro Mario Lavista, enorme figura del arte y maestro de generaciones. México y América Latina pierden a uno de los compositores más destacados del último siglo. Un cálido abrazo a Claudia, a sus amigos, alumnos y familiares. pic.twitter.com/ctsXXGboO0
   — Alejandra Frausto (@alefrausto) November 4, 2021

  
   El autor de la ópera «Aura», estudió composición con Carlos Chávez y Héctor Quintanar, y análisis musical con Rodolfo Halffter en el Conservatorio Nacional de Música. Entre 1967 y 1969 fue becado, por el gobierno francés, para estudiar con Jean-Étienne Marie en la Schola Cantorum de París y asistió a seminarios sobre música nueva impartidos por Henri Pousseur.
   En 1970 fundó el grupo de improvisación Quanta. Además ha compuesto la música para las películas «Judea; Semana Santa entre los coros»; «María Sabina, mujer espíritu»; «El niño Fidencio»; «Sor Juana Inés de la Cruz» y «Cabeza de Vaca».
  
   Lavista Camacho ingresó a El Colegio Nacional el 14 de octubre de 1998. Su discurso de ingreso fue “El lenguaje del músico”, que fue contestado por el filósofo y escritor Alejandro Rossi.
  
   El compositor Mario Lavista fue una de las figuras protagónicas de la música mexicana de nuestro tiempo. La vanguardia, la búsqueda estética alejada del nacionalismo tradicional y la música religiosa son sólo algunos de los intereses que definieron su quehacer musical.
  
   El compositor alguna vez declaró que el músico que deseara fama y popularidad tendría que seguir las reglas del juego. Él nunca las siguió, por el contrario, desde que en 1966 estrenó su obra «Monólogo», huyó del modelo dominante, encontró su lenguaje e impuso sus propias reglas.
  
   «Si yo hubiera estado interesado en el éxito me habría fijado en cuál es el gusto del público, qué es lo que más aplauden y nunca he pensado en eso. Esto no quiere decir que yo quiera hacer música que no guste, compongo para un par de oídos y me encantaría que mi obra le dijera algo a una persona, que le hablara a su corazón o a su cerebro o a lo que sea. A mí en el onanismo musical me tiene sin cuidado, ni la idea romántica de que se escribe para el futuro. Yo escribo música para ahorita. Además, qué difícil saber lo que le gusta al público, es un tema para los sociólogos», dijo en 2013 a EL UNIVERSAL.
  
   Con “Canto del alba”, de 1979, se volcó hacia la vanguardia. «Logré escucharme con mayor fidelidad. A partir de ‘Canto del alba’ comencé a trabajar estrechamente con los intérpretes porque me volqué hacia el estudio y la experimentación de lo que se llama Nuevas técnicas instrumentales, que es tratar de emplear en el proceso compositivo todas las posibilidades que nos ofrecen los instrumentos tradicionales, que la tradición rara vez contemplaba», dijo el música en 2013.

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