Quitar Escuelas de Tiempo Completo traerá desigualdad y desnutrición, dice experta; se necesita infraestructura escolar, pero más el aprendizaje, afirma
Son mucho más importantes los aprendizajes que los ladrillos, asegura Sylvia Schmelkes, extitular del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
Señala que la eliminación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) provocará un crecimiento de la desigualdad, menor aprendizaje, mayor desnutrición infantil y una baja en ingresos familiares.
Integrante del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana, Schmelkes dice que la desaparición de esta estrategia es una mala decisión, pues desde hace 10 años, en América Latina existe un movimiento para ampliar el horario escolar en los planteles.
“Es una mala decisión, pero ya se veía venir porque cada vez se disminuía el presupuesto que se le destinaba a esos planteles. No se esperaba que fuera una decisión tan radical, que tiene muchísimas repercusiones”.
Agrega que con las Escuelas de Tiempo Completo México se sumó a ese movimiento, el cual inició en Chile.
“Era necesario porque en el caso de nuestras primarias el tiempo escolar es de cuatro horas al día, lo que no alcanza para cubrir los contenidos escolares para educar con calidad, mucho menos en aquellos lugares en los que no hay apoyos familiares, donde los niños tienen que trabajar saliendo de la escuela”, expresa la especialista. Schmelkes también asegura que había razones suficientes para ampliar el horario de los estudiantes de educación básica.
“México tenía un horario escolar ampliado antes de 1960, cuando se descubrió que había muchos niños fuera de las escuelas. Por esa causa, se decidió ampliar el sistema educativo, pero una de las medidas para hacerlo fue recortar el horario y hacer turnos.
“Eso redujo mucho el tiempo escolar y afectó la calidad de la educación. Entonces, este movimiento de Escuelas de Tiempo Completo permitía que se recuperara ese tiempo tan necesario para la educación y que además, cada vez, va incorporando nuevas necesidades”, comenta.
Schmelkes, quien fue la primera presidenta del INEE, refiere que una de las mayores ventajas del PETC es que brindaba el servicio de alimentos, lo que representa una gran ayuda para las familias, sobre todo para aquellas que viven en la pobreza.
“Por eso se decidió la manera de distribuirlas en territorio nacional, y por eso algunas se ubican en los lugares en los que existen problemas de insuficiencia alimentaria (…) Sabemos la relación que existe entre una buena nutrición y el aprendizaje”.
Precisa que en esos planteles participaba la comunidad, por ejemplo, preparando los alimentos. “En muchas zonas de pobreza estas escuelas provocaron un cambio sustancial en la calidad de la alimentación y de los aprendizajes de los estudiantes más pobres, de comunidades indígenas y de zonas rurales”.
Agrega que este programa fue evaluado y reconocido por distintos organismos internacionales, por los beneficios que generaba: “Se demostró que los niños que asistían a Escuelas de Tiempo Completo aprendían más (…) además de que se veían menores índices de reprobación y de deserción escolar”.
En ese sentido, la especialista menciona que si bien hacen falta recursos para atender la infraestructura educativa, es mucho más importante el aprendizaje.
“El programa se canceló porque se le va a dar el recurso a La Escuela es Nuestra, que es muy importante porque, efectivamente, nuestra infraestructura escolar está muy deteriorada, pero es mucho más importante el aprendizaje que los ladrillos. Para mí, insisto, fue un terrible error haber cancelado este programa”, sostiene.
Asimismo, la experta en materia de educación añade: “Desde luego, todos queremos escuelas dignas, donde los alumnos aprendan mejor y los profesores y las maestras estén adecuadamente capacitados para enseñar, pero definitivamente uno esperaría que tras dos años de la pandemia ocasionada por el Covid-19 se pusiera el énfasis en los aprendizajes”.