P. JAIME EMILIO GONZALEZ / Constitución Apostólica Praedicate Evangelium

      El pasado sábado 19 de marzo, en la solemnidad de San José, se ha promulgado la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al mundo «Praedicate evangelium«. Entrará en vigor el próximo 5 de junio, solemnidad de Pentecostés. Este importante documento es fruto de un largo proceso de escucha que comenzó con las Congregaciones Generales que precedieron al Cónclave de 2013, la nueva Constitución, que sustituye a la «Pastor bonus» de Juan Pablo II promulgada el 28 de junio de 1988 y vigente desde el 1 de marzo de 1989, consta de 250 artículos. El texto es el resultado de un largo trabajo colegial, que comenzó desde las reuniones del pre-cónclave de 2013 e implicó al Consejo de Cardenales con reuniones desde octubre de 2013 hasta el pasado mes de febrero, y continuó bajo la dirección del Papa con diversas aportaciones de las Iglesias de todo el mundo.

      Hay que destacar que la nueva Constitución Apostólica confirma un camino de reforma ya aplicado casi en su totalidad en los últimos nueve años del pontificado de Francisco, a través de las fusiones y ajustes que se han producido y que han dado lugar al nacimiento de nuevos Dicasterios. El texto subraya que «la Curia Romana está compuesta por la Secretaría de Estado, los Dicasterios y los Órganos, todos ellos jurídicamente iguales». Entre las novedades más significativas contenidas en el documento está la eliminación de la palabra “Congregación”, la unificación del Dicasterio para la Evangelización de la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización: los dos responsables de los Dicasterios se convierten en pro-prefectos, ya que la prefectura de este nuevo Dicasterio está reservada al Papa. De hecho, la Constitución dice: «El Dicasterio para la Evangelización está presidido directamente por el Romano Pontífice».

      Se crea también el Dicasterio para el Servicio de la Caridad, representado por la “Elemosinería”, que asume un papel más significativo en la Curia: «El Dicasterio para el Servicio de la Caridad”, llamado también “Elemosinería Apostólica”, es una expresión especial de la misericordia y, a partir de la opción por los pobres, los vulnerables y los excluidos, ejerce en cualquier parte del mundo la obra de asistencia y ayuda hacia ellos en nombre del Romano Pontífice, que en los casos de particular indigencia u otra necesidad, dispone personalmente las ayudas que se han de asignar». La Constitución Apostólica presenta, un nuevo orden de modo tal que, en primer lugar está el Dicasterio de la Evangelización, le sigue el de la Doctrina de la Fe y el del Servicio de la Caridad. Otra fusión se refiere a la Comisión para la Protección de Menores, que pasa a formar parte del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y continuará con sus propias normas y tendrá su propio presidente y secretario.

      Una parte fundamental del documento se refiere a los principios generales. El preámbulo recuerda que todo cristiano es un discípulo misionero. Entre los principios generales es fundamental la especificación de que todos -y por tanto también los fieles laicos- pueden ser nombrados para funciones de gobierno en la Curia Romana, en virtud del poder vicario del Sucesor de Pedro: «Todo cristiano, en virtud del Bautismo, es discípulo misionero en la medida en que ha encontrado el amor de Dios en Cristo Jesús. Esto no puede dejar de tenerse en cuenta en la actualización de la Curia, cuya reforma, por tanto, debe prever la participación de los laicos, también en funciones de gobierno y responsabilidad». Además, se subraya que la Curia es un instrumento al servicio del Obispo de Roma y en beneficio de la Iglesia universal y, por tanto, de los episcopados e Iglesias locales. Se afirma que «la Curia Romana no se interpone entre el Papa y los obispos, sino que está al servicio de ambos en la forma propia de la naturaleza de cada uno».

      Otro punto significativo se refiere a la espiritualidad: los miembros de la Curia Romana son también «discípulos misioneros». La sinodalidad, en particular, se destaca como una forma habitual de trabajar para la Curia Romana, un camino ya en marcha, que debe desarrollarse cada vez más. Otros aspectos contenidos en el documento son el subrayado de la definición de la Secretaría de Estado como «secretaría papal», el traslado de la Oficina del personal de la Curia a la Secretaría de Economía (SPE), la indicación de que la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) debe actuar a través de la actividad instrumental del Instituto para las Obras de Religión.

P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.

Domingo 27 de marzo de 2022

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JAIME EMILIO GONZÁLEZ MAGAÑA

RP Jaime Emilio González Magaña, sacerdote jesuita que radica en Roma.

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