Estatizar litio no garantiza ganancias

Mientras Argentina, Chile y Perú se encuentran entre los principales productores del mundo tras abrir la exploración y aprovechamiento, Bolivia está estancada al haber estatizado el metal

San José. – Argentina, Chile y Perú emergieron como ejemplos exitosos de la exploración y explotación del litio con empresas privadas nacionales y extranjeras y están entre los principales productores mundiales del apetecido metal. En contraste con sus vecinos, Bolivia estatizó el litio en 2008, se estancó y, aunque tiene las mayores reservas probadas globales, ni siquiera figura en el mercado global de una materia prima de incesante potencial.

Luego de 13 años de cerrado el litio por el ahora expresidente de Bolivia, Evo Morales, a la inversión privada interna y externa, la producción boliviana es calificada por expertos del pujante mercado como insignificante: 70 toneladas anuales en un plan piloto estatal, aunque posee reservas certificadas de 21 millones de toneladas, las mayores del mundo.

Las cifras de Bolivia, que siguió la ruta que México adoptó anteayer de nacionalizar el litio, contrastan con una industria mundial que produce unas 500 mil toneladas al año y que pasan a 100 mil en metálico, con una demanda internacional de 350 mil a 2020 que podría multiplicarse unas seis veces en 2030, según cifras y proyecciones oficiales.

Bolivia, Argentina, Chile y Perú tienen el 85% de las reservas globales del mineral.

 “Si a México lo que le preocupa es sacar a más mexicanos de la pobreza, el gobierno y el Congreso tienen que promover la inversión privada para extraer los recursos que están bajo tierra y que tengan valor en el mercado para que las empresas que saben explotar paguen impuestos”, adujo el economista peruano Carlos Paredes, presidente en 2019 y 2020 de la estatal Petróleos del Perú (Petroperú).

“¿Qué experiencia tiene el Estado mexicano explotando litio? Creo que ninguna. ¿Para qué se hace de la explotación si no lo sabe hacer? Si el Estado mexicano lo que quiere es cobrar impuestos y es dueño del recurso, que cobre impuestos de renta y regalías por el recurso. Reglas claras para atraer la inversión privada y generar riqueza”, dijo Paredes a EL UNIVERSAL.

La decisión que México anteayer de nacionalizar la exploración y explotación del litio “es un retroceso enorme. Es caminar en la dirección equivocada. Es la manera de asegurar que el litio se quede en el subsuelo y de generar más fuentes de corrupción. Esta medida es desacertada”, recalcó.

Firmas privadas de Estados Unidos, Canadá, China y Australia participan en la exploración y explotación del litio en Perú, que en la década de 1990 autorizó la incursión del sector privado interno y externo.

El no de Evo

Morales alabó desde 2021 el anuncio del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de nacionalizar el litio y reformar la legislación minera para que la exploración y explotación del metal sea monopolizada por el Estado y la participación privada, mexicana o foránea, quede excluida. El plan de López Obrador fue aprobado anteayer, en vía rápida, por el Senado de México y quedó listo para que el mandatario le dé el ejecútese.
Presidente de 2006 a 2019, Morales terminó con la costumbre de autorizar concesiones a compañías de Estados Unidos para trabajar en el salar de Uyuni, en el suroccidental departamento (estado) boliviano de Potosí.

El plan piloto boliviano opera con procesos de evaporación fraccionaria, considerados como antiguos e inadecuados para el tipo de riquezas en Uyuni, por lo que el gobierno de Bolivia abrió en 2021 una licitación para que compañías privadas, bolivianas y extranjeras, participen con oferta de tecnología para modernizar la ruta productiva.

Especialistas bolivianos involucrados en las licitaciones con firmas que preparan ofertas, y que hablaron bajo anonimato con EL UNIVERSAL, dijeron que, por el momento, el proceso tampoco implica reabrir el negocio a la participación privada y se limita a que el gobierno de Bolivia reciba propuestas tecnológicas renovadoras.

“La compañía ganadora podría, eventualmente, llegar a algún tipo de acuerdo o contrato con el gobierno boliviano, pero la ley impide en estos momentos esa alternativa. Hay desesperación mundial por conseguir contratos de litio, pero el riesgo en Bolivia es entrar sin garantía de ser socio del Estado”, explicó una fuente.
La ley boliviana solo permite la participación extranjera en la última fase de industrialización y comercialización.
Las fuentes de Bolivia adujeron que el “buen negocio” del litio existe cuando se participa en toda la cadena, desde la producción con la materia prima hasta las baterías y los automóviles eléctricos, con un movimiento de “miles de millones de dólares”.

La producción es un negocio que genera menos ganancias que la plata, el oro y otros minerales, insistieron.

Dilema constitucional

Con una producción de unas 141 mil toneladas en 2021, Chile está ante una polémica política porque una Convención Constituyente se instaló a mediados del año anterior en ese país para redactar una nueva Constitución Política, que deberá ser ratificada o rechazada en septiembre próximo. Existen presiones para que la futura carta magna nacionalice el litio.

De la Constituyente “se espera que defina una nueva condición legal de la extracción de litio y otras minerías”, ya que discute nacionalizar las empresas de cobre y litio, detalló a este diario el chileno Lucio Cuenca, ingeniero geomesura (estudio de la tierra) y director del (no estatal) Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA).

“También se debate poner límites a la minería por los impactos socioambientales que se han acumulado y que tiene muchos conflictos con comunidades”, agregó.

Aunque la propiedad del litio está definida en Chile como estatal y “no concesible” a privados, “los neoliberales inventaron los Contratos Especiales de Operación (CEOP), que se hacen con cada empresa privada por una cantidad (determinada) de toneladas de litio y en el contrato se establece como se reparten ganancias entre empresa y Estado”, informó.

Los inversionistas privados en litio en la producción chilena son capitales de Chile, EU, China, Taiwán y Australia, en algunos casos en asocio entre sí y en otros de manera individual y desde las décadas de 1970 y 1980.

Tripleta

Argentina, que tiene reservas por 19,3 millones de toneladas, solo superada por Bolivia, y con una producción anual de unas 25 mil, integra con Bolivia y Chile el “triángulo del litio”, según cifras del (federal) Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés).

La producción argentina está a cargo de 17 compañías privadas de siete países: seis de Australia, dos de China, tres de Canadá, una de Japón, una de Corea del Sur, una de Francia y una de Reino Unido, aparte de tres de Argentina.

La (intergubernamental) Agencia Internacional de Energía reportó en 2021 que la demanda del litio aumentará 42 veces para 2040. Un reporte de enero de 2021 del USGS estableció que Bolivia, Argentina, Chile, México y Perú controlan el 67 % de las reservas mundiales.

Según el USGS, las más importantes reservas mundiales de litio están, en millones de toneladas, en Bolivia con 21, Argentina con 19,3, Chile con 9,6, Australia con 6,4, China con 5,1, Canadá con 2,9, Alemania con 2,7 y México con 1,7.

El USGS puntualizó que, bajo inversión privada, Argentina y Chile concentraron el 91 % de exportaciones totales a EU de 2016 a 2019, en una demostración de “la alta dependencia estratégica por este recurso”.

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