JESUS ALVAREZ DEL TORO // Una semblanza de Don Javier Lozano Barragán

            El miércoles pasado falleció don Javier Lozano Barragán a quien conocimos en el seminario menor de nuestra ciudad. Conocimos a su mamá, la profesora Lolita Barragán; la carrera eclesiástica de don Javier fue siempre en ascenso hasta convertirse en ministro de salud del Estado Vaticano.

            A su muerte lo recuerdo con esta breve semblanza:

            Javier Lozano Barragán, Nació en Toluca, México, el 26 de enero de 1933 e inició su formación en el Seminario de Zamora, en Zamora (México), Michoacán. Hijo de un segundo matrimonio de su padre por viudez, su madre, Lolita Barragán, normalista y devota fundadora del Colegio Plancarte de Zamora, se ordenó sacerdote en 1955. Luego, obtuvo tanto su licenciatura en filosofía como su Doctorado en teología, en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue profesor y prefecto de estudios en el Seminario de Zamora. Luego fue nombrado encargado de la formación permanente del clero diocesano. Presidente de la Sociedad Teológica Mexicana y Director del Instituto de Teología Pastoral de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) en Medellín, Colombia. Asimismo, es miembro del equipo de reflexión teológica del CELAM. Asistió, en calidad de experto, a la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizada en la ciudad mexicana de Puebla, entre el 27 de enero y el 13 de febrero de 1979.

Ha sido profesor de la facultad de Misionología de Comillas, España; del Collegium Pro America Latina, Lovaina, Bélgica, y del CEIAL, Verona, Italia de 1977 a 1979. Teólogo de la Conferencia Episcopal Mexicana en «Puebla 79» y Miembro del Equipo Teológico Pastoral del CELAM desde 1975.

Fue Preconizado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, por el Papa Juan Pablo II, el 5 de junio de 1979 con el Título de Tinisia di Numidia; consagrado en la Basílica de Guadalupe el 15 de agosto del mismo año. Tuvo a su cargo la III Vicaría Episcopal de la Arquidiócesis de México de 1979 a 1985.

A partir de 1979 fue obispo auxiliar de la arquidiócesis de México bajo el mando del cardenal Corripio. Su trayectoria se ha caracterizado por su inclinación a la intelligentsia católica, particularmente latinoamericana; esta vocación le dio su mayor logro: la reapertura de la Universidad Pontificia de México el 29 de junio de 1982. Todo ello le hacía destacar entre los obispos mexicanos; sin embargo, también le hacía «chocante», particularmente entre la vieja generación de prelados sin tanta preparación, más pragmáticos y sin roce. Incluso, encontramos al joven Javier Lozano de fines de los años sesenta y principio de los setenta muy seducido por la Teología de la Liberación no sólo de moda sino gozando de la simpatía de un número considerable de obispos latinoamericanos y europeos.

En 1978 escribe en Medellín, Colombia, un ensayo sobre la evangelización de los militares en América Latina. En este trabajo desarrolla argumentaciones sobre la necesaria evangelización de la esfera castrense que se había expandido por todo el continente; en el texto se trasluce una extraña fascinación sobre el poder. En ese periodo de residencia colombiana, afirma una profunda amistad con Alfonso López Trujillo, en ese momento presidente del Celam, y con su asesor de cabecera, el converso uruguayo Alberto Metol Ferré. Entre los tres había coincidencias no fruto de la casualidad: tenían un conocimiento profundo del marxismo y una conocida militancia, casi visceral, contra la Teología de la Liberación. En los ochenta, ya en México, el obispo auxiliar Lozano Barragán encarnó el péndulo disciplinario dados los aires papales que soplaban con fuerza desde Roma y que venían enfriando lenta y demoledoramente la primavera eclesial latinoamericana. En los noventa, ganó fama no sólo por sus constantes viajes a Roma sino por su postura frontal contra la actuación y postura del obispo Samuel Ruiz en Chiapas.

Es nombrado obispo de Zacatecas (México), por el Papa Juan Pablo II el 24 de noviembre de 1984, de donde fue llamado a ocupar un lugar en la Curia Romana, en la Pastoral de Salud, convirtiéndose así en el primer mexicano que integró el equipo inmediato de trabajo de su Santidad Juan Pablo II.

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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