Si la jícama, el pepino o las zanahorias se secaron y arrugaron en el refrigerador, te decimos cómo remediarlo y evitar que vuelva a pasar
Todos hemos comprado fruta o verdura y se ha quedado olvidada en los cajones del refrigerador para después ser encontrada con un aspecto triste, arrugado, seco y sin vida.
Si te pasa con frecuencia, te compartimos algunos métodos para revivir esos vegetales secos y otros para mantenerlos frescos por mucho más tiempo, así evitarás tirar tu dinero a la basura.
Revive tus vegetales
Uno de los principales elementos que se encuentran dentro de los alimentos es el agua. Por ello, con el tiempo, las bajas temperaturas del refrigerador o el calor si los guardas en la alacena, algunos de tus vegetales pueden perder su frescura y turgencia.
En algunos casos es posible recuperar esa humedad perdida, que puedes notar en las cáscaras, pues éstas se ven secas y arrugadas. En la textura general, también pueden sentirse blandas, pero no demasiado, pues si la pulpa se hunde con mucha facilidad puede ser una señal de descomposición y por seguridad, es mejor desecharlas.
Alimentos como las zanahorias, la jícama, el jengibre e incluso el betabel, pueden regresar a la vida. Para ello, debes sumergirlas en agua potable y guardarlas en el refrigerador. No es necesario retirar la cáscara, pues esta permite el paso del líquido, aunque el proceso será más lento. También es posible pelar y cortar estos productos. En cualquiera de los casos, tardarán un par de horas en recuperar su firmeza.
El pepino también puede sumergirse en agua para conseguir este efecto; sin embargo, puede tardar más debido al grosor de su cáscara, pero si no tienes prisa, puede ser una gran forma de evitar el desperdicio de comida.
¿Cómo evitar que pierdan su frescura?
El almacenaje es parte primordial para asegurar que los alimentos conserven sus características de manera óptima. Esto puede evitar que la comida se descomponga o se reseque.
En el caso de hierbas frescas y alimentos con tallos verdes, el primer paso en ambos es lavar, desinfectar y secar. Después, sumergir al menos cuatro centímetros de los tallos en un recipiente con agua (algo como lo que se haría con un ramo de flores) y mantenerlos dentro del refrigerador en las puertas o en la sección menos fría de este. Cada tercer día es necesario cortar un poco la base de los tallos para asegurarse de que puedan seguir hidratándose y cambiar el agua por nueva.
Vegetales como el apio, las zanahorias y los espárragos, pueden mantenerse después de lavar y desinfectar, en frascos, totalmente sumergidos en agua potable y en el refrigerador. Te recomendamos cortarlos para que sea más fácil guardarlos.
Las papas, camotes, cebollas y otros tubérculos no deben ir dentro del refrigerador. Lo mejor es guardarlos en un lugar oscuro, fresco y seco, para que duren más tiempo y evitar que germinen.