La última semana se registraron dos hechos terribles para la Iglesia católica en México: el asesinato de un sacerdote y la muerte de un bebé dentro de un templo por una bala de un delincuente.
(ZENIT Noticias / Tijuana, 24.05.2022).- El pasado 17 de mayo se dio a conocer la noticia de que en el estado mexicano de Baja California se halló el cuerpo sin vida del sacerdote mexicano José Guadalupe Rivas Saldaña, junto a una persona más. Ambos con aparentes signos de tortura.
Ante este hecho, el arzobispo de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, compartió el miércoles 18 de mayo un comunicado en el que elevó una oración por el eterno descanso del padre, quien por 25 años sirvió a la comunidad católica en el estado fronterizo, al norte del país, y recientemente dirigía la Casa del Migrante de Tecate.
Por otro lado, el arzobispo demandó a las autoridades municipales, estatales y federales un compromiso firme en la construcción de la paz y la procuración del respeto a la dignidad de las personas:
“Mientras tanto, reconocemos que la vida es un don de Dios y que nadie puede disponer arbitrariamente de su propia vida, ni de la de los demás, porque todos salimos de las manos de Dios, tenemos una gran dignidad y merecemos respeto. Solo Dios puede disponer de la vida humana y nosotros somos administradores de lo que Él nos ha confiado”.
El arzobispo –además de pedir a la ciudadanía evitar “elucubraciones e interpretaciones gratuitas, que en nada ayudan al esclarecimiento de los hechos”– invitó a no desanimarse por el ambiente que enfrenta la sociedad, en cambio, dijo: “que esta situación marcada por la violencia rete a avivar nuestra esperanza en un mañana mejor, siendo todos mensajeros e instrumentos de paz y reconciliación en nuestra vida cotidiana, inspirados en las palabras de Jesús”.
En la misma semana se dio a conocer que un niño de alrededor de 3 años de edad, murió en el santuario de la Virgen de Guadalupe en Fresnillo, Zacatecas, alcanzado por una bala durante un ataque a un hombre que era perseguido por sujetos armados.
Estos acontecimientos no son sucesos aislados, pues según reporta el Centro Católico Multimedial, medio que lleva el registro de los crímenes contra ministros de culto de la Iglesia católica, suman ya cinco los sacerdotes muertos por causas violentas en México durante el sexenio 2018-2022.
Al arzobispo de Tijuana se unieron los obispos mexicanos quienes han manifestado que estos hechos rebasan los límites de la violencia: “al atentar contra un hombre de Dios, y al atacar a otro, un bebé, dentro del templo del Señor, el cual merece todo nuestro respeto”. Y añaden: “Nadie tiene derecho a atentar contra la vida de su hermano y no hay nada que justifique semejantes violencias. Oremos por todos para que nos convirtamos en constructores de paz”, sostuvieron.