La propuesta mexicana se encuentra en la fase 2, pero ha encontrado obstáculos como el rechazo de los candidatos (en un 75%) debido al requerimiento del ensayo que exige un nivel bajo de anticuerpos
El anuncio del proyecto de la vacuna Patria contra el Covid-19, realizado hace dos años, estaba lleno de buenas intenciones aderezadas con la promesa de una vacuna 100 % mexicana que estaría lista para diciembre de 2021. La realidad siempre es más consistente que los buenos deseos. El proyecto concentra dos tecnologías que fueron desarrolladas en EU con la intención de satisfacer la demanda a escala mundial de una vacuna contra Covid-19 a bajo costo y que han servido de plataforma a varios países para intentar gestar una vacuna propia, pero aún sin concretarse alguna.
Una de estas tecnologías fue desarrollada por la Universidad de Texas, en Austin. Se trata de una proteína HexaPro, una versión modificada de la proteína espiga del SARS-CoV-2 con seis alteraciones estratégicas en su estructura molecular que producen una proteína más estable y resistente. Por otro lado, el laboratorio Avimex, el elegido por Conacyt para desarrollar el proyecto de Patria, usa la licencia exclusiva de uso de la plataforma rNDV en México para el desarrollo de vacunas contra el Covid-19 de la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sinaí (NY).
La plataforma rNDV también ha servido como base para el desarrollo de otros proyectos de vacuna contra el virus SARS-CoV-2 en otros países como Brasil, Vietnam y Tailandia. En el caso de Brasil, según informes del Instituto Butantan, se trata de una vacuna con prometedores resultados como una vacuna única contra el Covid-19 y la gripe, pero aún están en la fase de estudios preliminares; los estudios clínicos se realizarían hasta el año siguiente. Las vacunas de Vietnam y Tailandia, COVIVAC y HXP-GPOVac, respectivamente, están culminando su segunda fase, como lo detallan el Institute of Vaccines and Medical Biologicals (IVAC) y el Center for Covid-19 Situation Administration (CCSA).
Paso a pasito
Después de un proceso que inició en 2020 para la vacuna Patria, se transitó por obtener la licencia de uso, desarrollar y evaluar in vitro a los candidatos vacunales y realizar las pruebas preclínicas en animales. Finalmente, hace aproximadamente un año inició el estudio clínico fase 1. Alrededor de 199 millones de pesos es lo que el gobierno mexicano invirtió hasta finales del 2021 en el proyecto, más la inversión del propio laboratorio. Finalmente se presentaron los resultados de estas primeras pruebas en humanos a mediados de febrero de este año.
Los resultados, publicados en el repositorio MedRxiv resumían que el candidato a vacuna basado en un virus de la enfermedad de Newcastle (NDV), recombinante vivo que expresa una versión estable de la proteína espiga en las células infectadas, así como en la superficie de la partícula viral (AVX/COVID-12-HEXAPRO, también conocido como NDV-HXP-S), fue evaluado por vía intramuscular, intranasal o intranasal seguida de vías intramusculares en un ensayo clínico con 91 voluntarios en México. Se subraya que los resultados difundidos corresponden a las pruebas tomadas en todas y todos los voluntarios al día 42 desde la primera inoculación.
El objetivo principal del ensayo fue evaluar la seguridad de la vacuna y el objetivo secundario fue determinar la inmunogenicidad de los diferentes regímenes mencionados. Como generalmente sucede en los estudios clínicos en esta primera etapa del desarrollo de una vacuna, el ensayo no fue aleatorizado ni controlado con placebo. El análisis de esta vacuna candidata que se puede cultivar en huevos embrionados, de forma similar a las vacunas contra el virus de la influenza, reportó que era segura y que las dosis más altas probadas eran inmunogénicas cuando se administraban por vía intramuscular o intranasal seguida de una administración intramuscular, lo que proporcionó la base para un mayor desarrollo clínico de la vacuna candidata.
Cabe señalar que en la actualidad las vacunas intranasales se han mostrado como una apuesta para prevenir infecciones a largo plazo de Covid-19. Este tipo de biológicos se centran en defender una de las zonas estratégicas del cuerpo para escudarse del virus, como la mucosa de revestimiento de las vías respiratorias, donde el coronavirus inicia su trayectoria en el organismo. Así se busca evitar la reproducción del coronavirus en las vías respiratorias altas.
Además de la propuesta mexicana existen otras vacunas que están intentando probar la eficacia de una vacuna contra el SARS-CoV-2 administrada por esta vía, como el Instituto Pasteur en Francia, que mantiene un proyecto de refuerzo nasal a una vacuna intramuscular. Al menos una decena de vacunas intranasales contra el Covid están en desarrollo en el mundo y algunas ya se encuentran en fase 3. Aún no se logra concretar una vacuna nasal aprobada, pero en el mundo también se exploran otras vías de administración para refuerzos, como la subcutánea u oral.
Las vicisitudes de la fase 2
En el desarrollo de una vacuna, la fase 2 consiste en probar la candidata que fue considerada segura en la primera fase y que necesita un grupo más grande de humanos (generalmente entre 200 y 500) para monitorear seguridad y eficacia del producto de manera más ambiciosa. Se explora capacidad imunógena, dosis propuestas y método de administración.
El Estudio de Fase 2 de Refuerzo de Patria abrió su convocatoria en diciembre del año pasado con la finalidad de reunir 400 participantes, según lo expuesto en la página del Conacyt. Las características solicitadas a los voluntarios es que debían vivir en la CDMX, tener 18 años o más, haber recibido al menos con cuatro meses de anterioridad un esquema de vacunación completo de cualquier vacuna contra Covid, no haber tenido enfermedades respiratorias en los últimos 21 días y tener buen estado de salud general (en caso de presentar alguna enfermedad crónica, debería estar controlada al menos por tres meses previos al inicio del estudio).
Ante pregunta concreta a los laboratorios Avimex sobre el número de participantes al momento, respondieron que eran datos confidenciales; sin embargo, la convocatoria sigue abierta e incluso la directora general del Conacyt ha declarado que la tasa de rechazo a los candidatos ha sido alta (75%) por el requerimiento del ensayo de un nivel bajo de anticuerpos, pues actualmente se muestran en tasas más altas en la población mexicana por las vacunaciones y por la reciente circulación de la variante Ómicron. Según datos de la Secretaría de Salud, las personas mayores de edad que han recibido una o dos dosis contra el Covid-19, 44% también han sido vacunadas con un refuerzo. En este sentido se sabe que el reclutamiento de voluntarios recientemente se extendió a Oaxaca, a través de la Red Osmo.
Según declaraciones del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, se esperaría que en la segunda mitad de 2022 se inicie la fase 3. Para la última fase se requerirán aproximadamente 30 mil voluntarios, pues la meta en esta etapa es evaluar la seguridad y eficacia en un número significativamente grande de personas. Después de haber sido líder en el abastecimiento de biológicos e incluso en la producción para exportación, México fue perdiendo su poder en la producción de vacunas desde hace 40 años, ¿la vacuna Patria estará trazando verdaderamente el camino para recuperar las glorias de antaño?
Lo que es una realidad es que a nivel mundial se sigue debatiendo qué tan necesarias serán las dosis adicionales de la vacuna contra el Covid-19 para el público en general y en un futuro con qué frecuencia tendrían que administrarse. Además se tendría que realizar una selección de adaptaciones y refuerzos específicos para cada variante, por lo que la vacuna contra el Covid podría convertirse en una inyección anual. Especialistas de la Facultad de Medicina de la Universidad Rosalind Franklin prevén una exigencia de refuerzo periódico para mantener al virus controlado. Esto quiere decir, que los esfuerzos para este tipo de productos biológicos no se pueden detener a pesar de la tensa calma en la que por el momento nos ha colocado la pandemia.