Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar sirvieron durante más de 60 años a la Compañía de Jesús. Desde que ambos tenían 16 años hasta que fueron asesinados en la Parroquia San Francisco Javier, en Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua.
El asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas ha causado indignación. El crimen ocurrió en una comunidad que se ubica en la Sierra Tarahumara, a dos horas y media de Creel.
Los jesuitas fueron los primeros misioneros en llegar a Cerocahui, en 1679. La Parroquia San Francisco Javier es una construcción jesuita de la época virreinal, que fue reconstruida en la primera mitad del siglo XX.
Sobre la presencia de la Compañía de Jesús en la zona, el sitio Desde la Fe detalla:
Los jesuitas continuaron su trabajo en Cerocahui hasta el año 1767, sin embargo, desde la Ciudad de México se enviaron órdenes para que la misión fuera clausurada. Fue hasta 1939 cuando la congregación religiosa regresó encabezada por el padre Andrés Lara, es él se le atribuye la construcción de la actual parroquia de san Francisco Javier, el centro de evangelización en la comunidad.
La iglesia donde asesinaron a los sacerdotes jesuitas se ubica en el centro de Cerocahui, en frente del Hotel Misión. Esta localidad es considerada como un atractivo turístico de la Sierra Tarahumara, pues es parada del famoso tren Chepe.
En Google Maps, turistas han compartido imágenes de la Parroquia San Francisco Javier. Para ver las imágenes en tamaño mayor, da clic en ellas.
Un paraíso controlado por el crimen
Esta zona de la Sierra Tarahumara está bajo el control de Jesús Noriel Portillo Herrera, alias ‘El Chueco’, presunto líder criminal del Cártel de Sinaloa.
El control que ‘El Chueco’ ha ejercido en la región lo ubica como el responsable del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar.
El asesinato ocurrió la tarde del lunes 20 de junio cuando un guía de turistas ingresó al templo de la comunidad Cerocahui para tratar de resguardarse de un comando armado. Sin embargo, un sicario lo agredió en el interior, al igual que a dos sacerdotes que se encontraban también en el templo.
Otra de las versiones señala que el ataque al guía de turistas ocurrió en el atrio de la iglesia, y posteriormente los propios agresores lo metieron al templo, donde murió.
Uno de los sacerdotes fue asesinado cuando se acercó al hombre que buscó refugio, para brindarle auxilio físico y espiritual. El segundo sacerdote fue acribillado cuando se acercó al sicario e intentó calmarlo. Después de cometer el crimen, el grupo armado se llevó los cuerpos de las tres víctimas.
En entrevista radiofónica con Denise Maerker, Héctor Fernando Martínez Espinosa, vicario general de la Diócesis de la Tarahumara, relató los hechos
“Ellos (los criminales) matan a una persona, a un guía de turistas. Hay un hotel en frente de la parroquia. Lo matan en el atrio, lo venían persiguiendo. Lo matan y ellos mismos (los criminales) introducen el cuerpo al templo. Obviamente al oír los balazos, los dos padres salen. El padre Joaquín, al ver el cuerpo en el altar tirado, al ver que estaba ya falleciendo, le pone los santos óleos y llega este sujeto directamente a dispararle también al padre”.
“Había 5 sacerdotes en el lugar en el momento en que ocurrieron los hechos. Matan a dos de ellos, eran el padre Javier y el padre Joaquín, y amagan a un tercero que es el testigo principal. Y los otros dos fueron escondidos por la misma gente”.
Sobre el móvil del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas y el guía de turistas, Héctor Fernando Martínez Espinosa, vicario general de la Diócesis de la Tarahumara, señaló:
“No hay ningún móvil simplemente este tipo, El Chueco, estaba drogado, sin control emocional y simplemente realizó estas acciones tan dolorosas”.
La comunidad jesuita condenó el asesinato de sus hermanos y exigieron a las autoridades recuperar los cuerpos de Campos Morales y Mora Salazar.
¿Quién es ‘El Chueco’?
Jesús Noriel Portillo Herrera es identificado como el jefe de la célula ‘Los Salazar’ del Cártel de Sinaloa; se le atribuyen decenas de homicidios, secuestros, ataques contra autoridades, el control por la tala ilegal en la región, entre otros delitos.
‘El Chueco’ es buscado por la Fiscalía de Chihuahua por causar violencia en una de las zonas turísticas más importantes de la región Tarahumara; Cerocahui está ubicado en el Municipio de Urique, es parte del trayecto del tren turístico Chepe.
El criminal al servicio del Cártel de Sinaloa agredía a indígenas y trabajadores de comunidades cercanas al municipio de Urique y parte del de Uruachi.
Su historial delictivo incluye los asesinatos del activista Cruz Soto Caraveo en 2019, el maestro estadounidense Patrick Braxton-Andrew en 2018 y Miroslava Breach en 2017, cuyo principal detenido pertenece al grupo criminal Los Salazar, ligado a ‘El Chueco’.
Además, está ligado al ataque a la comandancia de la corporación en Urique en 2017 y es acusado de los incendios provocados por grupos delictivos para apoderarse de la tala ilegal y lavar dinero.