Según modelo de tránsito de la SEP, de 100 alumnos que empiezan en la primaria, 81 logran llegar a la preparatoria y sólo 53 egresan; de ellos, únicamente 26 concluyen la universidad
De cada 100 niños que ingresan a educación básica, sólo 26 logran egresar de alguna licenciatura, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Especialistas consultados consideran que la falta de recursos y el desinterés en la deserción escolar son algunos factores que inciden en que los alumnos abandonen sus estudios. Aseguran, además, que las becas universales que ofrece el gobierno federal no han servido de mucho para que los niños y adolescentes continúen sus estudios.
El exsecretario de Educación Pública y Cultura en Sinaloa y experto en temas educativos, Juan Alfonso Mejía López, destaca que uno de cada tres alumnos abandona la secundaria o la preparatoria por problemas económicos. Aunque asegura que la deserción también se presenta cuando los estudiantes no entienden las clases, lo que les genera frustración y prefieren dejar el aula.
“Esto está más vinculado con que en ocasiones no entienden algunas asignaturas que se imparten y se frustran, por lo que terminan yéndose de la escuela. Quizá porque no tuvieron algún acompañamiento focalizado. Esto lo vamos a estar viendo en los próximos años de manera clara con el tema de la pandemia”, expone a EL UNIVERSAL.
Según el modelo de tránsito escolar en el sistema educativo escolarizado, elaborado por la SEP, 95 alumnos concluyen la primaria, pero sólo 92 ingresan a la secundaria. De éstos, 78 la terminan. Es decir, en ese nivel educativo abandonan sus estudios 14 jóvenes.
El esquema detalla que de los 100 estudiantes que comienzan la primaria, 81 logran iniciar la preparatoria, aunque egresan 53, de los cuales 39 cursan una licenciatura y 26 la concluyen.
En 12 años, el egreso de estudiantes de universidad ha aumentado a cinco alumnos, ya que mientras en 2010 egresaban de una carrera 21, actualmente lo hacen 26. Ese año, de 100 estudiantes que iniciaban la primaria, 97 la concluían, 81 terminaban la secundaria, 49 finalizaban el bachillerato y 21 lograban acabar una licenciatura.
Mejía López explica que el sistema educativo nacional se ha caracterizado por la exclusión, que se refleja en que los niños que deberían estar en la escuela no están, o los que están en las aulas no terminan de aprender.
“¿Cuál es el problema? Que no le estás poniendo mucha atención a las barreras que los niños tienen para poder estar en la escuela o para aprender en los planteles. Un estudiante, por ejemplo, que habita en un poblado en el que la escuela más próxima está a cuatro kilómetros de distancia y hay situaciones de violencia, seguramente dejará de ir a la escuela”, comenta.
En este sentido, dice que existen complicaciones y barreras que tienen los alumnos y el sistema educativo durante décadas no les ha puesto atención.
“Una de las formas de prestarle atención a los alumnos es siguiendo una trayectoria educativa durante un ciclo escolar. Por ejemplo, un niño que va a cierto preescolar, acude a ciertas primarias. ¿Qué tipo de programa o estrategia estamos implementando para asegurarnos que los niños de esos preescolares sí llegan a esas primarias?
“En el terreno, están claras cuáles son esas escuelas a las que deberían estar pasando. ¿Qué se necesita ahí? Estrategias focalizadas. Entonces, ¿cuál es el problema de la trayectoria educativa? No prestarle atención a las personas y a las complicaciones y barreras a las que se enfrentan para continuar con su trayectoria educativa”, argumenta.
Autor del libro Gobernar sin mayoría: la experiencia de la alternancia en México, Mejía López considera que otorgar becas universales tal como lo hace la Federación, “sin ponerle atención a los resultados que quieres lograr, está comprobado que es un fracaso”.
“Creo que este gobierno confunde clientes con estudiantes, porque la forma de distribuir las becas evidencia que es una estrategia clientelar, cuando el tema de las becas a nivel educativo está comprobado a nivel mundial que distribuirlas a diestra y siniestra y sin objetivos precisos no funciona”, dice.
Para el exsecretario de Educación Pública en Sinaloa, la enseñanza inicial y el preescolar son las etapas más importantes de toda la trayectoria educativa, “no es la primaria ni la secundaria, ni el bachillerato”, recalca.
“Ahí tenemos un enorme vacío. Creo que poco a poco se ha estado hablando de este tema, incluso la reforma educativa de 2019 hizo obligatorio el preescolar, el problema es que no le destinan recursos suficientes a este nivel educativo”, agrega.
Contrapunto
Carlos Ornelas, doctor en Educación por la Universidad de Stanford y académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco, señala que la trayectoria educativa ha mejorado en México, por la menor reprobación en primaria y una mejora en la transición entre primaria y secundaria.
Precisa que al terminar cada nivel educativo “hay cuellos de botella, pero el más grande está en el bachillerato. Porque hay una mayor deserción que en ningún otro de los niveles, más reprobación y se acrecienta el ausentismo de los profesores.
“La deserción no es nada más por problemas económicos, también porque los alumnos no están a gusto con las escuelas, las ven irrelevantes y prefieren irse al mercado de trabajo, además de que en este nivel es muy recurrente el ausentismo de los maestros. Estos factores inciden en el abandono escolar y, en consecuencia, la transición a la licenciatura es baja”, expone.
Comenta que hay que implementar mecanismos e incentivos para que todos los estudiantes que ingresen a primaria se gradúen de la universidad, aunque refiere que existen ciertos problemas que no están en las manos de los gobiernos, como la falta de recursos económicos.
La investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Alma Maldonado, indica que en México la falta de estrategias para mantener a los niños y jóvenes en el sistema educativo no ha funcionado como debe.
En este sentido, menciona que el ingreso a la universidad aún es muy limitado, “pues no se ha logrado un acceso más grande, además, lo que sabemos por los datos que existen es que los estudiantes con mejor perfil socioeconómico son los que tienen más oportunidades de concluir”.