J. LUIS SEEFOÓ LUJÁN // Menos mal …

En la reunión de “seguridad” que llevaron a cabo el miércoles 22 de junio, Carlos Alberto Soto Delgado, alcalde local, y José Alfredo Ortega Reyes, el Secretario de Seguridad del Estado, General,  volvió a florecer el discurso florido que justifica las decisiones gubernamentales y que no se atreve a reconocer que el platicado “centro de control, comando, comunicación, coordinación y cómputo” es una buena intención. Un loable propósito. 

¿Se animaría el gobierno a pedir perdón o disculparse? 

Ningún indicio muestra que las autoridades  entiendan el alejamiento y desconfianza que construyen frente a la sociedad. Escuchar al alcalde comentar que “el problema se originó en Jacona” y que gracias a la buena coordinación “evitaron daños mayores” o imaginar que a los gobernantes se les ocurra enviar coronas de flores sin valorar el rechazo que las familias no pueden expresar, indica que los políticos profesionales no están capacitados para solicitar una disculpa. 

La primera función del Estado -repetimos, en todas sus instancias y expresiones- es velar por la seguridad de las personas y de sus bienes. Y esa responsabilidad no la están cumpliendo. Mientras las familias procesan el dolor y controlan la rabia, ¡ahora sí! trescientos efectivos más. Helicópteros sobre volando la ciudad (¿cómo para qué?).  

La tarde del martes 21 de junio quizá hubiera sido suficiente un bloqueo de algunas camionetas; tal vez el silbataso oportuno de un agente de tránsito; o el telefonazo de alguien. Hubiera sido … 

No, no pedirán disculpas ni reconocerán que las decenas de policías y centenas de militares y guardias nacionales han sido inadecuadamente dirigidos (¿desperdiciados?) y pese a los pulcros y precisos protocolos y al mayor “estado de fuerza”  establecido en Zamora-Jacona, en muchos años, un “Nenuco” fue suficiente para alterar el “blindaje” que el Buen Gobierno y el Gobierno Cercano a la gente han implementado. 

Como padres de familia, profesores, sacerdotes, no hemos cumplido. A los deudos de Luis Fernando Ch, Antonio M., Serafín T., Ignacio R.A., Pedro Saavedra R., Jesús Contreras, José Ramiro y Agustín M. que perdieron la vida, debemos pedir perdón. 

A Julisa, Gustavo P., Pedro H. y Ricardo E.H. (policía), heridos, debemos pedir perdón. 

Los políticos profesionales no necesitan disculparse; ellos creen que cumplen sus responsabilidades. Los padres de familia, tutores, hermanos mayores, no estamos conduciendo correctamente a nuestros dirigidos. 

Paz y seguridad como prioridad 

Menos mal que la paz y seguridad están en el centro de la agenda oficial: “La paz y seguridad son prioridad en Zamora. No hubo impunidad y si una estrecha coordinación, entre la Policía Michoacán y Municipal, que evitó un mayor número de bajas y lesionados ante el hecho de violencia suscitado ayer por la tarde en esta localidad» (El Sol, Quadratín, 22-06-2022). 

¿Qué tal si la paz y seguridad no fueran prioridades para ellos? 

¿Podría haber sido peor? La frase es un pretexto sobado para persuadirnos de que en vez de ocho víctimas ejecutadas por “El Nenuco” podrían haber sido 9, 10, 20 o más. 

Sólo ocho homicidios más el agresor que fue abatido. Cuatro decesos en Jacona y cinco en Zamora; más cuatro (o cinco heridos). El boletín gubernamental enlista los nombres (incompletos) de nueve individuos que perdieron la vida y cuatro heridos. No distingo si el menor de edad, herido en Jacona, se incluye en esta relación. 

Hecho inédito en un contexto particular 

Un individuo, un joven veinteañero, la tarde del martes 21 de junio, asesina a dos personas del sexo masculino en un taller de Jacona. Luego, cerca de ahí, en un establecimiento de lácteos, arrebata la vida a otros dos. A uno de ellos le despoja de su auto. No es un lugar despoblado, no es en la cima de La Beata o del Gomar. El joven homicida, vecino de El Realejo y con dos órdenes de aprehensión previas, se traslada al centro de la Villa de Las Flores. La policía lo ubica y persigue. 

Ningún semáforo, ningún retén (de aquellos que revisan a los motociclistas), ni siquiera un agente de tránsito le silbó: “pip, pip pip”. Cuentan que el retén (punto de control) de la Calzada Zamora-Jacona no logró detener el auto que manejaba Sergio Eduardo A. “El Nenuco”. Los drones, las cámaras, el arco eléctrico que detecta vehículos, menos el “avión sigiloso” (el que presumía Silvano), fueron útiles; todo fue rebasado por este sujeto que tenía dos órdenes de aprehensión  por homicidio pero que no habían  ejecutado. 

¿Cuántos soldados y guardias nacionales han llegado desde hace meses para resguardar a Zamora y esta región? ¿Cuántas promesas se repitieron cuando se afirmaba que esto era responsabilidad del gobierno municipal? (Ahora ya no lo es!) ¿Cuánto se criticó la militarización del país para enfrentar al narcotráfico? 

¿Qué hubiera sucedido si en lugar de uno fueran dos o tres “Nenucos”? 

General y alcalde parecen convencidos  de que “se evitó un mayor número de bajas”, a lo que pregunto: ¿en qué circunstancias se esperaría que un “Nenuco” matara 10, 15 o 20 personas y no sólo 8? 

Es cierto que no somos policías ni militares, pero sí advertimos que el parte oficial publicado por los periódicos deja cabos sueltos: el homicida pudo viajar varios kilómetros durante 15 o 20 minutos más sin que una obstrucción efectiva de las fuerzas del orden lo impidiera; la policía lo persigue pero él puede ingresar a un negocio y a otro -como si anduviera de compras- causando muertes; de plano,  ¿fue un evento tan sorpresivo que no hubo alternativas para encapsular al “Nenuco” antes de causar más daño? ¿Qué previene el tan llevado y traído protocolo? 

No hubo impunidad 

Desde el discurso gubernamental se afirma que las ocho muertes y cuatro tentativas de homicidios no han quedado sin castigo. No hubo impunidad, platican. O sea, por ocho vidas, “el brazo largo de la justicia”, cobró una,  la del “Nenuco”. Una justicia costosa e injusta. 

Me asalta una pregunta, más motivada por la emoción que por la razón: ¿la persecución, aprehensión y sanción (abatimiento) de los delincuentes debe ejercerse a cualquier costo? ¿No importan sus consecuencias  materiales y en vidas humanas? 

Es interesante reconocer que el llamado “blindaje operativo cumplimiento de órdenes de aprehensión” anota hechos que sugieren una continua  y alta impunidad: Gustavo, “El Gusano” -como otros presuntos delincuentes- es detenido en Estancia de Amezcua por alguna falta administrativa y ¡oh, sorpresa! Al revisar sus antecedentes tenía 10 órdenes de aprehensión, entre ellas: homicidio, Acanto I, 3-02-2021; homicidio, Acanto II, 15-07-2021; homicidio y tentativa, Colonia Javier Acuña, 10-08-2021; tres homicidios, Miguel Regalado, 18-08-2021; homicidio y tentativa en Monte Olivo (13-10-2021; homicidio, Monte Olivo, 5-01-2022; homicidio, Linda Vista, 15-01-2022. 

¿Cómo, un individuo  comete estos crímenes y sigue campante en Zamora o Jacona? Una persona, como Gustavo, “El Gusano”, priva de la vida a 7 hombres, 7 mujeres y un menor de edad y no se retira de Zamora. ¿No posee recursos para migrar a otra localidad, sus patrones no le apoyan mediante sus redes sociales y/o tiene la certeza de que no será detenido y castigado

Estrecha  coordinación 

La comunicación y coordinación (rasgos de la excelencia de  los C5), en la experiencia de Zamora, son ejemplares: hacia las 13:15 horas del día 15 de junio, en las calles Cartagena y Jesús Carranza, un crucero más amplio que el común de las calles, ocurrió una colisión que sólo era posible entre dos patrullas. Del choque resultaron levemente lesionados dos policías estatales que no ameritaron servicios hospitalarios y un municipal que sí debió acudir a un nosocomio (seguro El San José). Además, uno de los vehículos derrumbó el portón y parte del muro de una casa. 

El parte comunicó que esa tarde las patrullas arrancaron aprisa para atender un hecho violento en Monte Olivo. ¿Así son de precisos los protocolos? 

Que los agentes del orden se lastimen entre sí, que dañen los vehículos y que accidentalmente destruyan parte de una casa, muestra el tipo de comunicación que impera en los cuerpos policiacos. 

A dos tercios de junio 

Sin incluir a la señora María del Carmen ejecutada la tarde del día miércoles 22, en pleno frenesí del “blindaje operativo” y estando un fuerte equipo policial a unas cuadras, junio al día 21 por la tarde anotaba 58 víctimas totales para Zamora y Jacona; 37 para la primera y 21 para la segunda. 

Tabla 1. Homicidios y heridos dolosos registrados en Zamora y Jacona. Junio de 2022 

 Fuentes:   Elaboración propia EH, JLS, RG. Alerta Ciudadana, Red 113, Informativo Zamora, Convexo Noticias, Mundo Zamorano, Contra Corriente. 21-06-2022. 

Aún no termina el mes de junio y ya suman 37 homicidios dolosos (sin anotar a la señora María del Carmen). 

La experiencia dolorosa de martes 21 muestra que el Estado no está en condiciones de cumplir su tarea principal que es velar por la seguridad de las personas.  El “blindaje operativo autos, motos, bicicletas”, etc. y los discursos también amenazan con desgastar las palabras sin solucionar no contener la violencia. 

Zamora, Michoacán 24 de junio de 2022,  Día de San Juan 

jlseefoo@hotmail.com 

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JOSÉ LUIS SEEFOÓ LUJÁN

Dr. José Luis Seefoó Luján. Investigador en el Colegio de Michoacán. Normalista rural en los años sesenta, realizó estudios de economía en la Universidad Autónoma de Nayarit.

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