“Señor Presidente, las soluciones a las causas históricas y estructurales que han mantenido al país sumido en tantos problemas requiere incluir, no excluir a nadie”, dice el obispo.
Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro
(ZENIT Noticias / San Juan de Pasto, Colombia, 20.06.2022).- En un día histórico para la democracia colombiana, me atrevo a escribir esta carta abierta al futuro mandatario de nuestra nación, inspirándome en las enseñanzas del Papa Francisco.
Señor Presidente: a la hora que le escribo esta carta no sé cuál de los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta ha resultado elegido. El pueblo colombiano en el ejercicio de su sagrado derecho ha expresado su voluntad que todos debemos acoger y respetar.
Señor Presidente le escribe un pastor de la Iglesia Católica que realiza su misión apostólica en una de las regiones periféricas del país, históricamente olvidada y con unas brechas y deudas sociales que es urgente saldar. Como alguien que se rige por las enseñanzas de Jesucristo, con todo respeto le dirijo este mensaje a partir del magisterio del Papa Francisco.
Señor Presidente, el desarrollo de la campaña electoral confirmó que como nación estamos atrapados en medio de la polarización. Por favor, “tienda puentes”, genere condiciones que nos permitan caminar a ser «una gran familia donde todos podamos sentirnos en casa».
Señor Presidente, como alguien que habita las “periferias geográficas y existenciales” de Colombia, lo invito a atender con prioridad la pobreza, la falta de trabajo, el acceso a la educación, la inversión en infraestructura, el estímulo a la actividad agropecuaria, la protección de nuestro patrimonio ecológico y ambiental. Concite a todos para hacer causa común en esta tarea, no desde los resentimientos, sino desde la esperanza en que un país que dé oportunidades a todos será un país más armonioso y emprenderá las sendas de un auténtico desarrollo humano integral.
Señor Presidente, muchos colombianos nos sentimos inseguros en las ciudades y también en las áreas rurales. Sea firme en combatir todo tipo de criminalidad y la corrupción factores claves que impiden avanzar al país. Pero sea también generoso en abrir caminos para el diálogo, buscando una Colombia que finalmente encuentre la reconciliación y la paz, con verdad, justicia y reparación para las víctimas, que no son pocas luego de tantas décadas de conflicto.
Señor Presidente, las soluciones a las causas históricas y estructurales que han mantenido al país sumido en tantos problemas requiere incluir, no excluir a nadie. Convoque y cuente con los que nunca han sido seriamente escuchados, pero implique también a la academia, a la empresa, a las iglesias y diversas confesiones religiosas. Bien dice el Papa Francisco: «necesitamos una política que piense con visión amplia, y que lleve adelante un replanteo integral, incorporando en un diálogo interdisciplinario los diversos aspectos de la crisis» (Encíclica Laudato Si, 169).
Señor Presidente, seguramente son muchas cosas más. Rezo por la tarea que asumirá y pido a Dios le conceda la sabiduría para desempeñarla con lucidez.
El autor es obispos de Pasto, Colombia