Dependencia mantiene decisión de no reprobar estudiantes; expertos consideran que eso limita aprendizaje al percibir que no se requiere trabajar para pasar de grado
A pesar de que en este ciclo escolar se normalizaron las clases presenciales, la Secretaría de Educación Pública (SEP) mantiene vigente el acuerdo tomado durante la pandemia de Covid-19 que prohíbe a los maestros reprobar a los estudiantes de educación básica.
Para los especialistas en educación Patricia Ganem, Eduardo Backhoff y Erik Avilés esta decisión es un error más de la autoridad educativa porque desmotiva el esfuerzo de los estudiantes al no haber herramientas que permitan ver su avance; también porque puede alejarlos de mejorar su aprendizaje al percibir que no se requiere esfuerzo para pasar de grado escolar.
El 22 de junio de 2021 se publicó un ordenamiento que considera no reprobar a ningún estudiante debido a la epidemia, al señalar que no “podrá retenerse a los educandos en el grado escolar en el cual se encuentran inscritos, considerando que se encuentran sujetos a un proceso de valoración extraordinaria”.
Se señala además que “las alumnas y alumnos con los que se mantuvo el nivel de comunicación y participación sostenida, durante los tres periodos de evaluación, serán acreditados y promovidos. En este supuesto, la calificación mínima a señalarse en la boleta de calificaciones será de seis”.
Destaca que “las alumnas y alumnos con los que se mantuvo el nivel de comunicación prácticamente inexistente, se deberá registrar en la boleta la leyenda ‘sin información’”.
En este sentido, la vocera de la organización civil Educación con Rumbo, Patricia Ganem, comenta que en los dos años de la pandemia, los docentes han realizado valoraciones y observaciones muy superficiales, además de generar mecanismos para no reprobar a ningún estudiante de educación básica.
“Con todo esto, ha habido una disminución tremenda de aprendizajes. Muchos niños no saben ni leer, ni ubicar ideas principales en un texto, ni mucho menos hacer operaciones matemáticas. Entonces, lo que procede a hacer el maestro es a valorar los trabajos, la asistencia y el ‘esfuerzo’ de los estudiantes para pasarlos de año”, agrega.
Explica que cuando la evaluación es deficiente, los estudiantes no se sienten motivados, porque no hay herramientas que les permitan ver su avance.
Dice que los maestros sí están evaluando, aunque no se puede conocer si esto representa el avance real de los estudiantes.
“Ahí sí traemos una debilidad, y me parece que tanto los directores como los maestros, lo que están haciendo es tratar de ampliar esas evidencias del aprendizaje de los chicos, para decir ‘pues que pasen de grado’, sobre todo a los niños y niñas que van más atrasados o que no asisten suficientemente a clase, pues los maestros saben que ahí traen niños a los que van a tenerles que dar un empujón para que continúen su escolaridad y no la abandonen”, sostiene.
Para el expresidente de la Junta de Gobierno del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Eduardo Backhoff Escudero, en este ciclo escolar se aprobará a los estudiantes con un mínimo de aprendizaje, y llegarán a un nuevo grado para el que no están preparados.
“En Francia no hay reprobación en primaria, los estudiantes pasan de grado porque la reprobación no resuelve la falta de aprendizaje y sí fomenta el bullying y las burlas. Pero a los estudiantes que presentan bajos aprendizajes no los dejan al garete en el siguiente ciclo escolar, porque les ponen clases de regularización y maestros que les ayudan a que se nivelen. Aquí los pasan y que el estudiante cache lo que pueda”, comenta.
Opina que la SEP debe difundir un nuevo ordenamiento de evaluación para los estudiantes de educación básica, puesto que ya más niñas, niños y adolescentes acuden a los planteles.
“Creo que la SEP difundirá un nuevo acuerdo, pero anticipo que también van a ser muy laxos porque el nuevo marco curricular de educación básica así lo menciona y la propia secretaria de Educación, Delfina Gómez, dijo que las evaluaciones serán más amigables con los estudiantes y que no tendrán consecuencias. ¿Cuáles son éstas? Que apruebas o no”, explica.
Académico del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María Morelos y especialista en temas educativos, Erik Avilés considera que el principal objetivo de la SEP es evitar la reprobación, sin importar si aprenden o no.
“La institución seguramente mantendrá a los estudiantes matriculados a toda costa, aun y cuando el número de materias reprobadas demuestre que el derecho a aprender no se está ejerciendo a plenitud”, dice.