Reseña de Núria Ribas, Cataluña, España
Esperanza en la oscuridad es el título del libro en el que Rebecca Solnit, su autora, reflexiona sobre las grandes luchas del activismo de este último siglo y repasa los acontecimientos históricos relevantes, desastres naturales, catástrofes y atentados que han afectado diferentes zonas y comunidades del planeta, sabiendo que las crisis hacen surgir lo mejor de las personas.
El relato se gestó a raíz de un artículo que se publicó después que Estados Unidos declarase la guerra a Iraq. La escritora e historiadora estadounidense se fijó en la reacción individual y colectiva que se produjo en el mundo en aquellas circunstancias en contra del conflicto armado que fue un clamor generalizado de miles de personas unidas por un objetivo común.
Esperanza en la oscuridad es una guía para cambiar el mundo sin rendirse nunca y tiene un doble objetivo. Por una parte, animar a los activistas para que compartan sus sueños y valores. “El activismo no es un ir y volver a la tienda de la esquina, es un sumergirse en lo desconocido. El futuro siempre es oscuro”. En segundo lugar, este ensayo pretende desmarcarse del esquema mental derrotista y de desprecio extendido en todas partes. En este sentido, Solnit enfatiza en la alegría que se requiere para hacer frente a pequeñas y grandes causas para conseguir un mundo más justo. “La alegría no traiciona el activismo, sino que lo alimenta. Y cuando te enfrentas a una política que aspira a hacerte sentir temeroso, enajenado y aislado, la alegría es una buena manera de empezar la insurrección”.
Solnit argumenta de qué forma todas las transformaciones comparten algunas características: se inician con la imaginación, la creación y la esperanza. “La esperanza es una apuesta para el futuro (…) porque vivir es arriesgar.” “La esperanza es arriesgada, porque al fin y al cabo es una fuerza de la confianza. Confianza en lo que desconocemos y en lo que es posible, incluso en la discontinuidad”. Además, remarca que todos los cambios tienen unas raíces profundas que pueden ser lejanas en el tiempo pero que, cuando se dan las condiciones idóneas, surgen aparentemente de la nada y explotan en forma de revolución o pequeños triunfos que nos empujan a continuar. “A veces me pregunto qué pasaría si la victoria nos la imaginásemos no solamente como la eliminación del mal, sino como el establecimiento del bien”.
En este punto, vale la pena profundizar en el concepto de ganancia, tal y como ella misma lo cuestiona: “el concepto beneficio pide a gritos una redefinición, porque el mercado bursátil define como beneficiosas todas las formas de destrucción y no tiene en cuenta la valoración de las culturas, las diversidades o el bienestar a largo plazo (ya sin hablar de la felicidad, la belleza, la libertad o la justicia).”
Cuando Solnit hace referencia a las pequeñas victorias, parte de la base que la Tierra no es el paraíso, que el mundo está lleno de imperfecciones generadoras de sufrimiento y que no podemos llegar a la excelencia absoluta. “La perfección es un palo que sirve para destruir lo posible. Los perfeccionistas encuentran dificultades en todo y nadie tiene exigencias más altas en este sentido que la gente de izquierdas. (…) Son antipáticos como los perfeccionistas que ven una derrota en cualquier cosa que no sea una victoria total.”
Así, nos interpela a caminar hacia la utopía, a desarrollar el sentido político, a comprometernos y a transformarnos individual y colectivamente con pequeños gestos en nuestra cotidianidad. “Todos somos activistas de alguna forma u otra, porque nuestras acciones (e inacciones) tienen impacto”. “El propósito del activismo y del arte es construir un mundo en el que las personas sean productoras de significado, no consumidoras”
Con la lectura de este libro tenemos la oportunidad de sentirnos llamados a interactuar con la gente de nuestro entorno inmediato (familia, amistades, trabajo, vecindario…) con confianza, calma, generosidad, fuerza, improvisación, amabilidad, sentido de comunidad, cooperación y alegría. Estos son los ingredientes de la receta de Rebecca Solnit para dar luz a la oscuridad.
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