JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO // Elecciones para Abad de la congregación de San Pedro en 1735 en nuestra ciudad

         Desde la fundación de nuestra ciudad como villa de españoles, las cofradías y congregaciones fueron presencia constante en las actividades de la entonces pequeña comunidad. Recordemos que ambas asociaciones misericordiosas tenían como propósito llevar a cabo obras piadosas y de caridad entre sus semejantes, por lo que eran vistas por las autoridades religiosas como un instrumento ideal para consolidar la fe cristiana.

         En nuestro caso no fue tan específica la consolidación de la fe entre los naturales, puesto que el asentamiento indígena que sobrevivió estaba perfectamente delimitado al área conocida hoy como la plazoleta de El Teco. Sin embargo, la llegada de nuevos españoles y de indígenas de los alrededores era suficiente para tratar de conservar la organización de la pequeña comunidad.

         Así, en junio de 1735, Andrés Martínez de las Heras, juez de la parroquia de la Villa de Zamora, por instrucciones de Juan José de Escalona y Calatayud, Obispo de Michoacán, convoca a la “formalización de la Congregación de nuestro Padre y Señor San Pedro, cuya imagen se venera en la parroquia de esta dicha villa… y que aunque ha habido elecciones de abades… éstas no se han asentado en libro” (Archivo Parroquial de la Purísima. Sección Disciplinar. Serie Capellanías de la Villa de Zamora, 1733. Caja 6)

         Para tal efecto y “Atendiendo al culto que se tiene a nuestro padre San Pedro y su congregación se formalice con el esfuerzo de los ánimos católicos y que todos logren de sus centros espirituales, mandando y mando que el día 28 del presente mes, se asiente en este libro la elección del Abad que fuese votado para el año venidero de mil setecientos treinta y cinco, y aceptado su empleo se le entreguen en este libro de las constituciones en donde consten los hermanos que están asentados, del cargo y data, para que en el cargo regular de sus cuentas anoten como es debido”.

         Así se da paso a la primera elección: “En la Sacristía de la Santa Iglesia Parroquial de esta Villa de Zamora…Se congregaron en mesa para efecto de hacerse la elección de Abad para el año venidero de setecientos treinta y seis años… Y fueron propuestos por el Bachiller don Francisco Bernal de Pinavero, Teniente de Cura y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, al Bachiller don Diego de Mendoza, Notario de dicho Santo Tribunal de la Inquisición, al Bachiller don Juan Francisco Maciel y Ochoa, Teniente de Cura de esta Villa y al Bachiller don Juan José Maciel y Ochoa. Que vista la propuesta por el Bachiller Andrés Martínez de las Heras, Juez Eclesiástico en ella…manda a que el notario exponga los votos que obtuvieron los señores sacerdotes, que se hayan en otra mesa congregados, así como de los otros hermanos, lo cual arrojó  que el Señor Bachiller don Juan Francisco Maciel, tres votos; ninguno el Bachiller don Juan José Maciel y el dicho Bachiller don Diego de Mendoza, doce, quien dijo que aceptaba y aceptó el empleo de Abad y que cumpliría estrictamente con lo mandado en las constituciones de esta hermandad, cuyo argumento procurará cumplir con todo denuesto…Firman el documento Andrés Martínez de las Heras y don Diego de Mendoza” (Ídem).

         Recordemos que don Francisco Bernal de Pinavero es quien bautizó y emitió el acta respectiva a Benito Díaz de Gamarra y Ávalos.

         Este tipo de organizaciones trascendió el ámbito meramente religioso y se manifestó en toda la sociedad zamorana hasta bien entrado el siglo XX.

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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