P. JAIME EMILIO GONZÁLEZ MAGAÑA // ¿Existe el diablo?

      En las próximas semanas intento abordar un tema especialmente difícil y complicado. Comienzo con el triste recuerdo de una entrevista que le hizo la Revista Tempi al P. Arturo Marcelino Sosa Abascal, S. I., Superior General de la Compañía de Jesús. Las declaraciones se hicieron en el contexto de su participación en el Meeting di Rimini, Italia, organizado por el Movimiento Comunión y Liberación, que se autodefine como una propuesta de educación en la fe cristiana. Su conferencia se intituló “Aprendiendo a mirar el mundo a través de los ojos del Papa Francisco”. Más tarde, esa entrevista fue publicada el 21 de agosto de 2019 y una parte de ella causó mucha polémica en los medios eclesiásticos porque afirmó que «el diablo existe como una realidad simbólica y no como una realidad personal». Cuando se le preguntó si “el diablo existe”, el jesuita respondió que “en diversos modos” y añadió «se necesita comprender los elementos culturales para referirse a este personaje. En el lenguaje de San Ignacio es el espíritu maligno que te lleva a hacer las cosas que van contra el espíritu de Dios».

      En opinión del padre Sosa Abascal, el diablo «existe como mal personificado en diversas estructuras pero no en las personas, porque no es una persona, es una manera de ejecutar el mal. No es una persona como la persona humana. Es una manera del mal de estar presente en la vida humana. El bien y el mal están en lucha permanente en la conciencia humana, y tenemos los modos para indicarlos. Reconocemos a Dios como bueno, enteramente bueno. Los símbolos son parte de la realidad, y el diablo existe como realidad simbólica, no como realidad personal». Con estas declaraciones, el Padre General reiteró sus declaraciones de mayo de 2017, cuando dijo al diario español “El Mundo” que «hemos hecho figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal. Desde mi punto de vista, el mal forma parte del misterio de la libertad. Si el ser humano es libre, puede elegir entre el bien y el mal. Los cristianos creemos que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto Dios es libre, pero Dios siempre elige hacer el bien porque es todo bondad. Hemos hecho figuras simbólicas, como el diablo, para expresar el mal. Los condicionamientos sociales también representan esa figura, ya que hay gente que actúa así porque está en un entorno donde es muy difícil hacer lo contrario».

      Estas palabras fueron sumamente criticadas en las redes sociales y firmemente refutadas por Sante Babolin, sacerdote italiano quien después de llegar a la edad de la jubilación en la Pontificia Universidad Gregoriana, regresó a su Diócesis de Padua y el Obispo local lo nombró exorcista diocesano. El padre Babolin recordó al Padre Sosa Abascal que la doctrina de la Iglesia enseña que “el mal no es una abstracción” y que el diablo, Satanás, existe. A la semana siguiente de sus declaraciones, un vocero del P. Sosa declaró a The Catholic Herald que los comentarios del superior general de los jesuitas debían leerse en contexto. Dijo que la frase “hemos hecho” no debería tomarse fuera del contexto y agregó: “Pienso que no es correcto aislar frases particulares del total de la respuesta sobre la cuestión del diablo”.

      Sin embargo, el mal ya estaba hecho, precisamente por venir del Prepósito General de una Orden que, a lo largo de su historia centenaria ha defendido la utilidad del discernimiento de los espíritus para no caer en las trampas, precisamente del maligno. Cuando se le preguntó al padre Sosa que comentara sobre la cuestión del mal, señaló que el mal es parte del misterio de la libertad y añadió que si el ser humano es libre, significa que puede hacer el bien o el mal; de lo contrario, no sería libre”. Y no sólo eso, sino que, insistió: «El lenguaje humano usa símbolos e imágenes. Dios es amor. Decir que Dios simboliza el amor no es negar la existencia de Dios, el diablo es malo. Del mismo modo, decir que el demonio simboliza el mal no es negar la existencia del demonio». Así, aseguró que «como todos los católicos, el padre Sosa profesa y enseña lo que la Iglesia profesa y enseña. Él no tiene un conjunto de creencias separadas de lo que está contenido en la doctrina de la Iglesia Católica». ¿Qué es lo que enseña esta doctrina? En el número 319 del Catecismo, la Iglesia Católica afirma la existencia del diablo al enseñar que Satanás es «“un ángel caído” que tentó a “nuestros primeros padres”. La Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por Dios». En el número numeral 395 afirma que «el poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura, poderosa por el hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios».

P. Jaime Emilio González Magaña, S. I.

Domingo 3 de julio de 2022.

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