Se trata de una gran escritora, en concreto novelista, cuya producción la avala como uno de los escritores más famosos fuera de Rusia. Decidió ante la imposibilidad de trabajar bajo Putin, tomar el avión con su esposo, artista, e irse a Berlín y después a París donde actualmente se encuentra. Acaba de festejar en París sus 79 años con una fiestecita entre sus amigos.
Se exilió al ver la militarización creciente de la sociedad, signo de lo que vendría después. Confiesa que siempre vivió a distancia del poder, del Estado. Afirma que la guerra con Ucrania la desilusionó completamente: “Esto me ha matado. He nacido durante la guerra, bajo Stalin y esperaba morir sin haber visto la próxima. Desde luego, había todas esas pequeñas guerras permanentes, la de Chechenia, de Osetia del Sur… pero lo que pasa ahora es inimaginable”. Prosigue Ludmila: “Putin ha tenido siempre las manos libres, todos esos años ha maniobrado para rechazar los límites,… puede disolver el memorial, anular la historia y fabricar otra… Ha olvidado que es mortal y que deberá responder no delante de un tribunal penal internacional, sino delante de un tribunal más alto todavía. En fin…simula ser cristiano”.
Cuando se le pregunta dónde están esos hombres de ciencia, literatos y sabios rusos que protestaban contra las arbitrariedades del estado, Ludmila se limita a contestar: “Navalny… no es del mismo, pero tiene tanta fuerza y es comparable por su importancia” Añade: “Tengo la esperanza que va a sobrevivir, como Mikhail Khodorkovski.
Ha aparecido su último libro en Rusia ”El cuerpo del alma”. No ha tenido problemas porque, como ella dice, “la censura funciona para los medios, no para la literatura. Una sola vez he recibido una llamada concerniente a una palabra gruesa que he tenido que reemplazar por una “palabra mediana”. Los libros, último espacio de libertad, porque se lee cada vez menos.
Esta gran escritora tiene confianza en que la legua rusa podrá sobrevivir contra todo. “Esta guerra va a separar los dos países, es un proceso político. Va a crear en Ucrania una cultura independiente de Rusia, abolir esa frontera que siempre ha sido tenue. Pero Gogol era ucraniano y un gran escritor ruso.” Para ella y creo, para todo hombre o mujer pensante, la literatura, es el último muro que defiende contra el odio y la estupidez.
