El hecho de que más de la mitad de la población trabaje en esas condiciones está entre principales obstáculos para reducirla, afirma el consejo
El hecho de que más de la mitad de la población ocupada trabaje de manera informal, sin prestaciones y con muy bajos salarios, es uno de los principales obstáculos para reducir la pobreza laboral en México, afirmó José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Desafortunadamente, subsiste la problemática estructural y no coyuntural, del amplio porcentaje de la población que labora en la informalidad”, dijo en entrevista a EL UNIVERSAL.
“Mientras los empleados formales ganan en promedio 9 mil 311 pesos al mes, los informales ingresan 4 mil 544 pesos, menos de la mitad. Esa es la mayor obstrucción para que haya una mayor reducción de la pobreza laboral derivada de los incrementos del salario mínimo”.
El porcentaje de población en el país cuyo ingreso por trabajo es insuficiente para adquirir la canasta alimentaria básica (pobreza laboral) fue de 38.3% en el segundo trimestre de 2022, cifra ligeramente menor a la registrada en los primeros tres meses del año (38.8%), pero se mantiene por arriba del nivel de 36.6% observado en el primer trimestre de 2020, antes de la crisis sanitaria, según el Coneval.
Lo anterior significa que hay 49.2 millones de personas en México que viven en esa situación, es decir, 3.1 millones más que los existentes antes de la pandemia, destacaron analistas de México, ¿Cómo vamos?
Aunque la reducción de la pobreza laboral del primero al segundo trimestres del año fue marginal, se mantiene la tendencia a la baja de los últimos tres trimestres por la recuperación del empleo en general, ante un panorama ciertamente complicado por el incremento de precios de algunos productos de la canasta alimentaria, comentó Nabor Cruz.
La disminución de la pobreza laboral en el segundo trimestre del año se debe sobre todo a un mayor número de personas ocupadas, lo que abona al aumento del ingreso disponible en los hogares. Sin embargo, esta alza en ocupación se concentra en empleos cuyo rango salarial es de menos de un salario mínimo, reconoce el consejo.
Problemática estatal
Por estados, la pobreza laboral en 21 entidades todavía está por arriba de los niveles registrados previo a la pandemia.
Esto se debe a las situaciones extremas que viven estados como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, con niveles de pobreza laboral superiores a 59%, y por otro lado Baja California Sur, Baja California y Jalisco, con niveles menores a 30%, que en parte se vieron favorecidos por la recuperación de la actividad turística en la primera mitad del año, comentó Nabor Cruz.
Sin embargo, en otras 10 entidades la pobreza laboral aumentó del primero al segundo trimestres de 2022, entre las que destacan Campeche, Baja California, Guerrero, Chiapas, Nuevo León y Querétaro.
En su opinión, esto se debe sobre todo a dos factores: por un lado, la evolución regional en el costo de las canastas alimentarias y ciertos productos que podrían estar presionando mayores incrementos de pobreza laboral en el periodo, y, por otro, la posible menor expansión del empleo en esos estados.
Asimismo, agregó, que es posible que los incrementos salariales que han recibido los trabajadores de esos estados no hayan sido de la misma magnitud que en Zacatecas, Ciudad de México, Quintana Roo y Jalisco, entidades con mayor reducción en sus niveles de pobreza laboral en los primeros dos trimestres de 2022.
Sobre los principales retos que tiene el país para poder seguir disminuyendo la pobreza laboral, el especialista destacó la necesidad de impulsar algunas medidas del Pacic, en particular el arancel cero a la importación de varios granos, como arroz, maíz, trigo y frijol.
Asimismo, mantener el apoyo a transportistas en cuanto a susidios, sobre todo al diesel, para aminorar el incremento de algunos productos en su valor final por el alza en los costos del transporte.
Nabor Cruz estima que se reduzca la pobreza laboral, siempre y cuando la inflación haya alcanzado su pico en el tercer trimestre del año y que algunos alimentos presenten una estabilización e incluso una ligera reducción de precios.