Aprehensiones en lo que va del año fiscal estadounidense superan en 52.9% a las de ilegales del Triángulo Norte; expertos sugieren acciones regionales y de empleo
A un mes de finalizar el año fiscal estadounidense, los arrestos de mexicanos que intentan cruzar de manera ilegal a Estados Unidos aumentaron 4.2% con respecto a 2021, al pasar de 655 mil 594 a 683 mil 635.
Es decir, en los últimos 11 meses, cada hora fueron detenidos 83 connacionales.
Cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) revelan que a más de un mes de que concluya el año fiscal estadounidense, el 30 de septiembre próximo, los migrantes mexicanos superaron en 52.9% a los ilegales del Triángulo Norte, puesto que en el periodo referido 466 mil 926 hondureños, salvadoreños y guatemaltecos fueron aprehendidos al tratar de ingresar a Estados Unidos.
El excomisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Tonatiuh Guillén López, expone a EL UNIVERSAL que dadas las condiciones del país por la creciente inseguridad y la situación económica, es previsible que en los próximos meses siga incrementándose la migración mexicana hacia Estados Unidos.
“Lo más probable es que si continúan así las cosas, el flujo migratorio de connacionales siga creciendo, por lo menos en el corto plazo, estoy seguro de que así será. En el mediano plazo dependerá de la política pública, tanto federal como en los estados, porque también tienen mucha responsabilidad”, subraya.
Expone que cuando llegó Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia el flujo de mexicanos permanecía estable.
“Desde 2008 hasta mayo de 2020 habíamos tenido una estabilidad muy notable en el flujo de mexicanos hacia Estados Unidos. Incluso, considerando retornos tanto los voluntarios como las repatriaciones, podía hablarse de una tasa negativa. Pero esto cambió muy notoriamente, en julio de 2020 empezó a crecer la curva que no se ha detenido y que se ha mostrado muy consistente”, agrega.
Guillén López precisa que quienes intentan cruzar hacia Estados Unidos son hombres en edad productiva, quienes buscan mayores ingresos en ese país.
“Si consideramos la cantidad de costos económicos que tuvo la pandemia, e incluso antes al registrarte un crecimiento económico de casi cero, hay un problema de ingreso, de empleo, de sustento para las familias, por eso una salida ha sido volver a migrar”, asevera.
Apunta que factores como la situación económica, la demanda de trabajo en la Unión Americana y el crimen organizado “se combinan y se juntan en este efecto de mexicanos otra vez migrando y lamentablemente, esto continuará en el corto plazo”.
Comenta que lo primero que debe hacer el gobierno para frenar la migración es realizar un diagnóstico de la problemática por regiones, porque a estas alturas, “no nos hemos preocupado por hacer un buen diagnóstico, de dónde están saliendo principalmente las personas, para que sobre esa base se diseñen estrategias de desarrollo regionales de ingresos y de empleo, así como para garantizar la seguridad”.
El profesor del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM, Roberto Zepeda Martínez, explica que 90% de la migración mexicana hacia Estados Unidos es laboral, porque el salario mínimo es 10 veces superior al que se devenga en México.
“Eso se convierte en un aliciente para que se dé la migración. Supuestamente en México ya se habían creado empleos, pero el aumento de los flujos sigue porque de todas maneras pagan menos en el país. ¿Cuándo se va a acabar esa migración? Cuando se reduzca esa brecha salarial”.
Precisa que “algo está pasando en México, que no se están generando los empleos necesarios para evitar que más gente intente alcanzar el american dream. Las cifras del CBP nos deben hacer reflexionar en torno a por qué más mexicanos quieren llegar a Estados Unidos con un punto de vista constructivo”.
Precisa que si no se toman medidas suficientes para crear oportunidades laborales o incrementar los salarios, el crecimiento de migrantes mexicanos continuará en un ascenso incontenible.
“Para frenar la migración se tienen que generar empleos y eso no lo estamos viendo. A pesar de todos los programas que hay destinados para los jóvenes para que estudien o aprendan un oficio, no ha sido suficiente. Urge un replanteamiento de las políticas públicas para detener a esas mujeres y hombres que se están yendo”, refiere Zepeda Martínez.