Durante su larguísima campaña por tener en sus manos las riendas del poder, nuestro presidente nunca dejó de manifestar su propósito: lograr que en México se haga realidad lo que él no ha cejado de calificar como la Cuarta Transformación. En otras palabras, implementar un giro de tuerca. Un cambio histórico.
Social y antropológicamente esto equivale a una mutación sociocultural como trastoque y alteración de algunos valores en favor de otros. Por ejemplo, el aniquilamiento de lo que él llama “sistema conservador de carácter neoliberal” en pro del predominio del Estado, del nacionalismo y de los valores matrios.
Hasta la fecha, a ojos vistos resulta innegable que con sus ‘Mañaneras’ ha establecido un cambio de discurso; con su acaparamiento de decisiones y avasallamiento de los poderes legislativo y judicial, un cambio hacia el centralismo; con el uso y abuso de los adjetivos, un giro al fundamentalismo moral y político; con su asistencialismo, un cambio en la composición y organización de nuestra sociedad.
Desde luego que en la intención de nuestro presidente está el institucionalizar su 4T de manera tal que se vuelva permanente. Más allá del mismísimo Obrador, entre otras causas se encuentra el darwinismo social, un mayor pluralismo religioso y el agotamiento del sistema neoliberal. En otros términos: al tenor de Max Weber, el factor espiritual; al tenor de Karl Marx, el factor económico; y, sin descartar los postulados de Veblen, Durkheim, Maclver y Page, al tenor de Ogburn, el factor tecnológico.
En los hechos, lo que se está dando en México es una mutación cultural, cuyos causales más notables puede que sean la acumulación de bienes por parte de unos cuantos, la mayor difusión de maneras de pensar y los ajustes de cuentas a la clase alta por parte de las clases populares.
Sólo que Ogburn advierte que todo cambio social necesita un proceso, por lo que sólo puede darse de acumulativa manera en un período de tiempo y no, como a veces se nota que lo pretende López Obrador, de manera acelerada y de guamazo. Además, habrá que tener muy en cuenta que aún con la predominancia de los factores endógenos, el cambio social puede acelerarse o revertirse también por factores exógenos.
Francisco Martínez
