Los héroes vivientes ahora no quieren solo ‘mandar’ remesas

 
Como una de las principales fuentes de ingresos de dólares al país, protectores del tipo de cambio y en volumen, el mayor plan de bienestar social nunca aplicado por ningún gobierno, ahora los migrantes ‘bajan’ a buscar equiparar su peso monetario con peso político. 
 
Cada hora, los migrantes envían 6,5 millones de dólares a nuestro país.  
 
Basta para calcularlo las cifras del primer semestre de este año, que sumaron 27 mil 565.08 millones de dólares (mdd), un aumento de 16.6% versus el primer semestre de 2021.  
 
Si se mantiene el ritmo de crecimiento en el envío de dinero de los migrantes como hasta ahora, cerraríamos este 2022 con un total de 56 mil mdd. Las remesas ya se convirtieron en la segunda fuente de ingresos de dólares al país, superando a la inversión extranjera directa y a los ingresos por turismo.  
 
“Héroes vivientes” para el Presidente Andrés Manuel López Obrador, enorme fuente de billetes verdes y protectores del tipo de cambio, los migrantes ya no quieren mantener ese estatus pseudo mitológico que se cuela en cuanto templete se antoje. 
 
“No queremos ser vistos sólo como aquellos que envían remesas”, es la voz que ha unido por primera vez en la historia a 150 organizaciones de migrantes que quieren que sus ‘pesos’ tengan ‘peso’ en las decisiones nacionales.  
 
En medio del calor de la discusión sobre la Reforma Electoral, los migrantes reclaman que se les dé mayor participación y representatividad política en el país al que mantienen en pie a la distancia.  
 
Hoy presentarán un manifiesto en el Congreso de la Unión para formalizar el voto migrante en todas las instancias electorales y también la postulación de candidatos migrantes tanto en los congresos federales y estatales, así como influir en decisiones a nivel municipal o de alcaldías.  
 
Esta centena de organizaciones y grupos de paisanos (Colectivo de Federaciones y Organizaciones Mexicanas Migrantes en Estados Unidos) con base en los grandes focos de comunidad mexicana como lo son los estados de California, Chicago, Nueva York y Texas, quieren menos flores en los discursos porque su impronta financiera ya les da un estatus superior. 
 
Si son una creciente fuente de ingresos frescos al país, el reclamo por una participación concreta en las decisiones de estado es algo que no se había tomado con la suficiente seriedad hasta la fecha. Existe una acción afirmativa pro migrante del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que declaró en 2021 que los derechos político-electorales, como votar y ser votado, deberían ser respetados para todos los mexicanos. Pero esta acción no se ha cumplido a nivel legislativo aún. No hay que olvidar que los derechos políticos son derechos humanos y que deben ejercerse a plenitud y en igualdad de condiciones.  
 
En una entrevista a El Universal, César Michel, el director de la Fundación de Mexicanos Migrantes por sus Derechos Políticos lo dijo muy claro: los 500 diputados del Congreso de la Unión deben representar a los más de 160 millones de mexicanos que habitan en el mundo y no sólo a los 126 millones que viven dentro del país.  
 
Remesas: de festejadas a politicamente representadas 
 
Según el think tank Pew Research, solo en 2019 las personas de origen mexicano representaron casi 62% de la población hispana de Estados Unidos, esto suma unas 37,2 millones de personas. La cifra equivale al total de habitantes de la CDMX más el Estado de México, Jalisco y Coahuila.  
 
Si los migrantes mexicanos fueran un país, serían casi del tamaño de Canadá.  
 
En uno de sus siempre pedagógicos tuits, Jonathan Heath (subgobernador del Banco de México), explicó que los dólares enviados por los migrantes acumulan ocho años consecutivos al alza y alcanzaron una proporción del 4 % del producto interno bruto (PIB). Esto supera a las exportaciones petroleras y a la mayoría de las exportaciones manufactureras (descontando las automotrices). 
 
Las remesas han sido, además, fundamentales para mantener la estabilidad del tipo de cambio, algo no menor para un momento de volatilidad global.  
 
En 2021, México ya fue la segunda mayor economía receptora de remesas en el mundo, superando a China y solo por debajo de India. 
 
Según publicó el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), en el último año 11,129,496 mexicanos recibieron remesas en nuestro país. CEMLA calcula (en base a Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021) que 4.9 millones de hogares reciben envíos de sus paisanos, esto es 1 de cada 7 en el país.  
 
Con todo esto, los paisanos quieren pasar de héroes a protagonistas, ya que saben del brutal peso económico que tienen sus envíos sobre la macro y la micro economía nacional, debería servir para mucho más que mantener estable la temperatura social en un país donde 43.9% el total de la población vive en condición de pobreza.  
 
“El argumento de las remesas es bueno, pero el poder de la comunidad mexicana en el exterior es mucho más grande por además somos quienes más consumimos lo que México comercia. Por eso queremos ser vistos más allá de generadores de remesas”, dijo en una entrevista recientemente Artemio Arriola, presidente de Casa Michoacán en Chicago y director político de la Coalición de Illinois para los Derechos de los Inmigrantes y Refugiados.  
 
Uno de los puntos que reclaman los mexicanos en el exilio es que se permita a los candidatos hacer campaña en el exterior para que los migrantes puedan emitir un voto informado y, sobre todo, un voto a los candidatos que mejor propuesta tengan para apoyar a sus familias, a quienes envían un promedio de 401 dólares mensuales religiosamente aún en la peor crisis económica durante 2018.  
 

@ba_anderson 
 

Adquiere el libro

Un viaje a través de la historia del periódico Guía.

Colegio Fray Jacobo Daciano