Gustavo Petro, un exguerrillero miembro del M-19 y ex – preso político fue contundente en su primer mensaje a los colombianos, ahora como Presidente de Colombia.
Abierto a sus coterráneos que atiborraron la Plaza Bolívar de Bogotá, con la espada de Simón Bolívar a su derecha, custodiada por dos mílites, y con énfasis superlativo señaló:
“Hoy empieza el país de lo posible. Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder”.
La cercanía con la espada de Bolívar fue emblemática porque alguna vez Pietro fue acusado de robarla. De hecho, para este trascendental acto el presidente saliente, Iván Duque, había prohibido que saliera a la luz. Sin embargo, Petro hizo caso omiso ya que tal arma representaba la fuerza independentista de Simón Bolívar “el libertador de América”.
Recuérdese también que Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios -que tal era el nombre completo de Simón Bolívar- soñaba con una América Latina Unida -Confederación Hispanoaméricana que uniría desde México hasta Argentina. No obstante, debido a conflictos políticos económicos internos en la Gran Colombia, no pudo continuar con este proyecto emancipador que incluía Cuba, Puerto Rico, La Florida y las Provincias Unidas del Río de la Plata) Fue por todo ello que pasó a la Historia como “libertador de América”, aunque solo hay logrado la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
Ha de verse que Colombia ha sido un país muy singular; todos sus presidentes han sido de derecha desde el siglo XIX hasta la llegada de Petro, el primero que la izquierda eleva a la máxima categoría en esa república.
No solamente no habían permitido la llegada de liberales de la izquierda, sino que Colombia se ha lucido en América Latina por ser un país de muy alta discriminación en cuanto a la llegada de hombres al máximo poder; sino que solo ha tenido dos presidentes de raza negra e indígena, Juan José Nieto Gil (25 de enero de 1854 al 4 de diciembre del mismo año; y el dictador Juan José Ruíz Melo que llegó por un golpe de Estado y gobernó del 17 de abril de 1864 al 4 de diciembre de ese mismo año. En los dos casos, Juan José Nieto Gil y Juan José Ruíz Melo sus historias fueron desaparecidas; se volvieron humo.
Otro aspecto en el devenir de los tiempos colombianos ha sido el asesinato de sus líderes sociales, líderes de izquierda todos ellos de muy alto impacto en el sentir de la población. Solamente en este año de 2021 fueron asesinados 165 de izquierda.
Renglón aparte cabe mencionar que, con Iván Duque, inmediato anterior, todas las protestas sociales han dejado saldos mortales por lo que también han sido reiterados los llamados de atención por parte de las oficinas correspondientes de la Organización de las Naciones Unidas.
Raúl Camacho, licenciado en lenguas por la Universidad del Atlántico-Barranquilla, graduado en 2005, es el autor de 401 respuestas a la interrogante de cuántos asesinatos y desapariciones forzadas de líderes o participantes en manifestaciones han ocurrido en Colombia; pero basta transcribir lo que dijo hace poco sobre la materia:
“He leído un poco sobre el fascismo y además he vivido dentro de esos modelos que se mencionan y he aprendido algo de ellos. La extrema derecha o fascismo está ligada a la violencia y utiliza métodos violentos como parte de su política. En el caso de Colombia sus gobiernos de extrema derecha (Uribe Vélez y Duque) están acusados de genocidios y asesinatos aislados a través de sus grupos paramilitares. Esto significa que desde siempre estos líderes políticos y sus aliados están acostumbrados a usar la violencia para “resolver las protestas y problemas de los disidentes”. El actual gobierno de Colombia (Duque) ha querido descalificar a los manifestantes desde el principio y no ha tenido en cuenta sus peticiones ya que éstas no coinciden con los intereses de sus líderes políticos y de los grandes poderes económicos con los que mantienen fuertes alianzas. Desafortunadamente, la reacción ante la intensidad de las protestas pacíficas y ante los disturbios ha sido nuevamente la violencia y una secuela de muerte”
Petro, repito, es un hombre singular con un historial de lucha contra esos poderes políticos y económicos, como miembro del grupo guerrillero M-19 fue encarcelado. Más tarde acusado de haber robado la espada de Simón Bolívar, a la que ha tomado como bandera para su actuación como gobernante
Las interrogantes, finalmente surgen, ¿podrá con el paquete? ¿Los amos del billete empresarial permitirán el despliegue de las ideas expresadas en su toma de protesta? Habrá que ver.