En la riqueza de sus aguas termales, que en Jungapeo han sido súper abundantes, también estuvo lo que se dio en llamar “la fuente de la juventud”. Ciertamente ese calificativo fue el mayor atractivo de esta región michoacana.
Sin embargo, en aquellos principios de los cuarenta del siglo anterior, México no tenía sitios de atracción turística, quizá por eso los dueños del Balneario de San José Purúa (en el inicio el hermano del General Lázaro Cárdenas del Río) determinaron asociarse con españoles del Hotel Colón de la CDMX, para convertirlo en el primer sitio de recreo en el país.
Ciertamente, bajo la administración de Ángel de Velasco, llegó a ser famoso, internacionalmente, por la calidad y abundancia de sus alimentos y bebidas, habitaciones de primera clase, el primer casino con boliche y juegos varios; lo que atrajo de inmediato a turistas franceses, españoles, norteamericanos y canadienses.
Adicionalmente, San José Purúa dio empleo a muchos jungapenses en todas las áreas que requería el hotel para estar siempre en los mejores sitiales del país. Sus entrenadores no fueron peritas en dulce; exigentes en demasía, muchos trabajadores fueron relevados y con todo lo aprendido favorecieron a los grandes restaurantes y centros nocturnos de la capital del país, que emplearon con buenos sueldos a los cesantes. Entre los restaurantes recuerdo al Bellinghousen; entre los centros nocturnos, al Tupinamba.
San José Purúa fue un emporio en todos sentidos. Para culminar sus objetivos se llegó a traer un segundo administrador español más, que soñó en grande el futuro de Purúa. Entre lo que tenía el plano general que me dio a conocer este hispano, en mi calidad de periodista, estuvo una pista aérea en Ocurrio y una represa para paseos en bote en la presa de Tuxpan. Alguna vez tomé fotografías de esa pista de aterrizaje para mi informativo Antena, Voz del Oriente Michoacano.
El mal trato de este español generó una huelga en San José Purúa, que fue apañalada por el gobernador de Michoacán. Al no resolverse el movimiento, el gobernador determinó comprarlo a la dueña, en varios millones de pesos. Esta señora tomó algunos de ellos y lo regaló a sus hijos que nunca mostraron interés alguno en la propiedad. Para tapar el ojo al macho iniciaron la reconstrucción de dos o tres de las habitaciones y después de varios meses de inactividad dejaron el tiradero causado por el dizque intento de reconstrucción.
Hoy, Purúa se muere. Nadie conoce el estado actual de la propiedad. Quién es el dueño. Lo cierto es que funciona una sola alberca, la más grande; y se alquila para reuniones familiares lo que fue la alberca de huéspedes.
Agua Blanca la “fuente de la juventud” es otra cosa muy diferente. Originalmente funcionaba como propiedad de condóminos. Aún existen varios propietarios de las casas, situadas antes de entrar a la zona de balnearios. La familia Behn le ha dado excelente trato. Como dije, la ha transformado para que los huéspedes encuentren fines de semana o vacaciones todo lo necesario para emitir excelentes expresiones relacionadas con su estancia. Agua Blanca “la fuente de la juventud” entrega amor y recibe amor, pero…
Es muy importante que recupere el calificativo de “fuente de la juventud” que alguna vez tuvo.
No es tan difícil porque sus atractivos actuales ya son calificados como “non plus ultra”.
Los acuíferos de Agua Blanca pertenecen a la gran región acuífera michoacana y particularmente de Jungapeo, nuestro amado municipio. Si Purúa significa “donde hierve el agua”, Agua Blanca, es por derecho de la riqueza de sus aguas “la fuente de la Juventud”. Al estar brotando sus manantiales o veneros lo hacen en forma de “hervideros” despidiendo un olor peculiar azufroso entre limo amarillento y sedimentoso a una temperatura de 30 a 31 grados centígrados.
Entre paréntesis, este sedimento fue el que le dio el significado a Jungapeo, Xungápeti, equivocado, por cierto, como lugar de piedras amarillas.
Sigue…