JESUS ALVAREZ DEL TORO // El proceso de feminización del mercado de trabajo en Zamora

            Desde el inicio del cultivo de la fresa y la aparición de las agroindustrias en la ciudad de Zamora, hay una nueva forma de percibir a la mujer, la que fue asimilada no sin conflicto, dado que su participación en la vida pública y como generadora de recursos económicos en beneficio de la familia ha significado una transformación importante. Esto, obviamente, ha modificando los patrones de toma de decisiones y las relaciones de poder al interior de la familia.

         Lo mismo que en otras partes del país, esta situación ha provocado conflictos conyugales y estallidos de violencia al coadyuvar a la crisis de la masculinidad: cuando las mujeres tienen acceso al mercado de trabajo también alcanzan otro tipo de recursos como información, socialización, redes sociales y laborales que, de alguna forma, fortalecen su autonomía y su posición ante el varón.

         El censo de 2010 nos muestra una clara idea de la feminización del trabajo al contabilizar 11,566 viviendas con jefe mujer; en tanto que los hogares con jefe hombre son 35,789, lo que significa un porcentaje de casi el 30% de hogares que dependen económicamente de la mujer. La maquila en las agroindustrias depende –regularmente- del trabajo femenino; aunque también habrá que decir que el trabajo de recolección de la fresa y la papa, así como de otros productos se ha venido feminizando rápidamente.

         Sin embargo, la participación económica de la mujer no ha significado, necesariamente, que sus oportunidades en los ámbitos de la salud, la educación, el empleo, el ingreso y la participación política hayan mejorado del todo. Conduciendo a conflictos intrafamiliares, de violencia familiar, sobre todo en las colonias de la periferia, tales como: Lindavista; Colonia 20 de noviembre; Fraccionamiento El Porvenir; Fraccionamiento Valencia; Colonia El Ferrocarril y otras más.

         En los hogares se viven diferentes maneras de entender la familia y de respaldarse en costumbres y estereotipos, aunque éstos conlleven a la violencia de género e infantil, entre otros tipos. La violencia intrafamiliar ha aumentado en Zamora, aunque no se ha llevado con precisión estadística.

         El problema fundamental de la violencia intrafamiliar en Zamora tiene los siguientes orígenes: primero, la crisis económica y, segundo, la pérdida de los roles familiares, especialmente aquellas referencias asociadas con la autoridad. En esta ciudad los roles no se han modificado, necesariamente; lo que ha cambiado son las relaciones de poder. Las mujeres siguen cargando con una doble jornada de trabajo y existe poca integración de los varones a las actividades domésticas. Esta doble jornada suele ser aminorada, de alguna manera, por la ayuda de otras mujeres del grupo doméstico o familiar.

         Aun con lo anterior, vale la pena resaltar las peculiaridades del poder que ejercen las mujeres zamoranas de ciertas clases sociales, particularmente de las medias y altas. Existe violencia en dichos ámbitos y persisten esquemas de desigualdad en la pareja, pero las mujeres suelen tener cierto control en el ámbito familiar y ejercen un poder respaldado por las propias redes familiares y sociales, que refuerzan las tradiciones y costumbres que les permiten, incluso, evitar el señalamiento social cuando la violencia se exhibe.

         A la vulnerabilidad de las familias zamorana, el desempleo, los bajos salarios, mujeres y madres de familia solas, violencia intrafamiliar y abuso sexual. Habrá que sumarle el poco control que ejercen los padres sobre sus hijos, niveles de autoridad perdida o mal enfocada y una doble moral generalizada entre jóvenes y adultos. Es común que cuando las escuelas organizan cursos o talleres sobre prevención de adicciones o educación sexual, la mayoría de los padres de familia no asista.

         La modificación del rol de la mujer por el cambio en las estructuras económicas y de ocupación de la sociedad zamorana está causando múltiples síndromes y patologías en las familias de la ciudad.

         Las mayores causas de vulnerabilidad de las familias en Zamora están en las necesidades económicas permanentes, en la globalización y su principal herramienta invasora, la televisión, así como en la desesperanza prevaleciente entre los jóvenes.

Deja un comentario

JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

Gracias por visitarnos