Ópera da voz a las ideas feministas de Sor Juana

La escritora Mónica Lavín y el compositor Antonio Juan-Marcos abordan en La sed de los cometas el gran deseo de conocimiento por parte de la poeta, cuyo pensamiento ven actual

La erupción del Popocatépetl que vivió de niña, el eclipse total de sol durante su estancia en el convento de San Jerónimo, la inundación de la Ciudad de México en 1629 y el incendio del Palacio de los Virreyes en 1692, poco antes de su muerte en 1695, son los cuatro sucesos naturales que llevaron a Sor Juana Inés de la Cruz a la ciencia, que están vivos en su escritura y forman parte del universo que la escritora Mónica Lavín y el compositor Antonio Juan-Marcos resaltan en La sed de los cometas, la ópera en tres actos sobre Sor Juana, sus ideas y su tiempo, cuyo estreno mundial será el próximo 30 de septiembre en la sala Nezahualcóyotl para inaugurar el Festival CulturaUNAM.

La pieza con libreto de Mónica Lavín, música de Antonio Juan-Marcos, dirección escénica de Belén Aguilar y dirección orquestal de José Areán al frente de la Orquesta Juvenil Universitaria Eduardo Mata (OJUEM), se enmarca en la sed de conocimientos de Sor Juana, en una pieza que para Lavín también podría también llamarse “La sed de Sor Juana” o “La sed de las mujeres por estar en todos los espacios de pensamiento”.

 “Eso sigue vigente, en el sentido de silenciar el pensamiento o autocensurarse, mujeres que no dicen lo que piensan, mujeres que tenemos que cumplir un deber ser social todavía; los feminicidios derivan en muchos casos de ese deber ser, como objetos, ‘tú estás en tu nicho, tú te debes comportar así, yo digo cómo te comportas’, y aquí de alguna manera las autoridades eclesiásticas de la época, como religiosa y por lo tanto como mujer, Sor Juana sólo podía pronunciarse respecto a ciertas cosas”, afirma la escritora Mónica Lavín.

La colaboradora de EL UNIVERSAL asegura que Sor Juana es una voz que seguimos escuchando y al mismo es una voz que sigue siendo un misterio porque fue una mujer notable en su época y sí tuvo reconocimiento hasta que se le acabó la red de protección, “en realidad sigue siendo un misterio porque lo que vemos es cómo con su inteligencia, con su talento y su sagacidad pudo sortear la adversidad de una época y seguir diciéndonos hasta este siglo”.

Y es tan vital y vigente, agrega Mónica Lavín, que se le puede acomodar a los diferentes movimientos feministas a lo largo de las épocas, “por eso es tan abanderable, pero no es sólo eso Sor Juana, porque los científicos la tendrían que abanderar también, porque es una mujer con un espíritu indagador. Porque para traerla a términos actuales, en realidad, Sor Juana lo que sigue significando es lo que ella quería, la idea de libertad de pensamiento, aunque no creo que fuera una idea de la época, pero sí la idea del derecho al conocimiento. Pero claro ella no podía hacerlo, o lo podía hacer como monja, pero no podía entrar a ninguna universidad ni nada”, afirma Lavín.

Una mujer que no ha callado

Mónica Lavín asegura que en la pieza que escribió con Antonio Juan-Marcos, comisionados por la UNAM, se puede ver la pugna que siempre tuvo la poeta: quedar bien con los de afuera, para que la dejen seguir estudiando y escribir su poema “Primero sueño”, el único que ella hizo por gusto, pero para lo cual tenía que estar haciendo poemas de ocasión. “La pugna va a ser: ‘¿quedo bien con los de afuera para poder seguir mi camino?’ Ese es el costo, hasta que piensa y pone sobre el papel su pensamiento alrededor de un tema teológico, y ahí ya no puede sostener el equilibrio entre lo de afuera y su real inquietud de plasmar ideas”.

Eso es lo que está latente en La sed de los cometas, cuando Sor Juana empieza a ser una mujer que opina y es incómoda.

Sor Juana no se calló en su tiempo y no se ha callado a través de la historia, ese fue el meollo de lo que yo quería al retratar a Sor Juana”
Antonio Juan-Marcos 
Compositor y guitarrista 

 “Me gustó revisitar a esta Sor Juana, su astucia política, su capacidad para estar bien con los poderosos de la época de manera que ella pudiera estar como quería: en el silencio sosegado de los libros”, apunta Lavín, autora de Yo, la peor, la novela sobre Sor Juana que es una de los sustentos de esta ópera, cuyo estreno mundial semiescenificado se realizará el próximo viernes 30 de septiembre, a las 19 horas, con una segunda función el 2 de octubre, a las 18 horas, en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.

“Sor Juana no se calló en su tiempo y no se ha callado a través de la historia, ese para mí fue el meollo de lo que yo quería al retratar a Sor Juana a través de esta ópera”, afirma el compositor y guitarrista mexicano Antonio Juan-Marcos, quien en entrevista asegura que quiso un retrato de Sor Juana hecho sonido, en el que lo que más resonará fuera su sed de conocimiento, así como su sed de vida.

“Porque el conocimiento, la ciencia, son en Sor Juana una sed vital y un gozo de vida, yo quería que reflejara eso; y por otro lado, ella en esa sed y talento se desborda de los marcos que su tiempo le determinaba. Se desborda de las estructuras socioculturales, sociopolíticas que su tiempo le confería a una mujer, a una monja y a una criolla, entonces ella se desborda de todo esto y eso la mete en problemas”, apunta Juan-Marcos.

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El también autor de “Mi vida con la ola”, que musicaliza obra de Octavio Paz, asegura que Sor Juana de alguna manera hace lo que muchas mujeres tienen que hacer a través de la historia, que es enfrentar su tiempo y encontrar soluciones a los problemas de su tiempo, “en este caso su solución fue el desbordarse en su talento y prevalecer y permanecer a través de la escritura, esa fue su solución aunque después el tiempo le impuso impedimentos y condiciones”.

Previo a hacer la composición musical de La sed de los cometas, Antonio Juan-Marcos había tenido dos acercamientos a Sor Juana que, dice, lo sedujeron mucho y lo metieron al universo de la monja jerónima que lo llevó a acariciar algún proyecto en torno a su obra y su vida, hasta que llegó la comisión desde la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM para escribir esta ópera de la mano de la escritora Mónica Lavín.

“Primero me acerqué a Sor Juana a través de leer su teatro sacramental El divino Narciso, que me pareció una obra extraordinaria, desde que lo tomé lo leí en una sola sentada; luego llegó mi lectura del ensayo de Octavio Paz: Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe, que también contextualizó muy bien el universo en que vivía Sor Juana y cómo su figura histórica se enmarca en ese tiempo”, apunta Juan-Marcos, autor de Canto empedrado, pieza que estrenará el próximo 15 de octubre en el concierto del Nu Ensamble de la Escuela de Artes de la Universidad de Carolina del Norte.

Lo que vemos es cómo con su inteligencia, con su talento y su sagacidad pudo sortear la adversidad de una época”
Mónica Lavín
Escritora 

El retrato sonoro de Antonio Juan-Marcos se empató con la Sor Juana de Mónica Lavín, quien señala que quiso revisitar a Sor Juana pensando que no se trata de una adaptación de su novela Yo, la peor, aunque sabiendo que sí se trata de la Sor Juana que ella retrata en esa novela, es decir, la de Sor Juana y de las mujeres con las que traba amistad y arman complicidad.
 “En mi novela, Sor Juana prácticamente no tiene voz, en mi novela la miran los demás, excepto por las cartas que ella le manda a la virreina; pero aquí Sor Juana tiene voz y es mi oportunidad de que Sor Juana hablara e interactuara en el escenario”, indica la escritora.

Para ello, los dos creadores definieron para la ópera que será semiescenificada, a cinco personas: tres mujeres y dos hombres, que fueron importantes, para bien y para mal, en la vida de la poeta novohispana:

Están la virreina María Luisa Manrique, interpretada por la mezzosoprano Frida Portillo; Juana de San José, esclava de Sor Juana, papel a cargo de la también mezzosoprano Araceli Pérez Martínez; Carlos de Sigüenza y Góngora, amigo de Sor Juana, bachiller y estudioso de la época, interpretado por el tenor Enrique Guzmán; Antonio Núñez de Miranda, confesor de Sor Juana, en voz del barítono Rodrigo Urrutia; y, por supuesto, Sor Juana, interpretada por la soprano Cecilia Eguiarte.

“Mi novela es la vida de Sor Juana, allí hago un arco sobre su vida y aquí era subrayar esa sed de conocimiento, ese deseo de saber, de estar en las ideas del mundo, esa parte científica de Sor Juana, esa parte curiosa y estudiosa, entonces pensé que estos cinco personajes eran los importantes para abordarla desde el tema del cometa, lo toco en mi novela de ladito, pero aquí hago todo alrededor de ese tema”, apunta Mónica Lavín.

La sed de los cometas tendrá su estreno mundial el próximo viernes 30 de septiembre, a las 19 horas, con una segunda función el 2 de octubre, a las 18 horas, en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM. Boletos y más información en la página: https://boletoscultura.unam.mx/eventperformances.asp?evt=2620 

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