El papel del arte, explicó el Papa Francisco, es poner «una espina en el corazón, que mueve a la contemplación y la contemplación te lleva a un camino».
(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano).- Por la tarde del jueves 1 de septiembre, poco antes de las 15:00 horas, el Papa Francisco acudió a la Casina Pio IV, dentro del Vaticano, para reunirse con los artistas reunidos en la cumbre convocada por la Fundación Vitae .
Durante la conversación que el Papa tuvo con los famosos, Francisco señaló algunas vías de comunicación como la verdad, la bondad y, particularmente para los artistas, la belleza, el camino de la contemplación. «¡Sois predicadores de la belleza!», les dijo el Papa, y añadió: «¡La belleza os hace bien, la belleza cura, la belleza os hace avanzar en el camino!».
Al responder a las preguntas planteadas, el Papa Francisco reiteró la necesidad, para hablar con los jóvenes, para comunicarles el Evangelio, del testimonio y del acompañamiento, que surgen del propio diálogo con Dios, que provocan un camino. Y volviendo a hablar del arte, el Papa continuó: «El que está de viaje está en búsqueda, el arte atrae al viaje» y el que está de viaje tiene la conciencia de ser esperado, de que «alguien me espera».
Que el arte «abra puertas, toque los corazones y ayude a caminar hacia adelante», deseó el Papa e, indicando una ética para el arte, subrayó, entre otras cosas, que aporta «respeto por la persona, por el camino que hace», provocando que la gente camine, en lugar de comprar. El papel del arte, por tanto, explicó el Papa Francisco, es poner «una espina en el corazón, que mueve a la contemplación y la contemplación te lleva a un camino».
Al final del encuentro, los artistas recogieron los compromisos concretos que habían madurado en sus corazones, personalmente, durante la cumbre, y el Papa aseguró que atesorará las cosas escuchadas y los caminos contados, guardándolos en su corazón.
Tras saludar individualmente a los presentes, poco después de las 17:00 horas, el Papa Francisco dejó la Casina Pío IV y regresó a la Casa Santa Marta.