Uno de los documentos de la conferencia propuso ampliar el papel del profesor de «proveedor de conocimientos a productor de conocimientos y creador de sentido de realidades complejas», con el fin de enseñar valores modernos y eliminar cualquier influencia de los padres y las culturas tradicionales en la formación de los niños.
Por: Craig- Austin Rose
(ZENIT Noticias – Center for Familya And Human Rights / Nueva York).- Una conferencia de la ONU sobre educación acaba de pedir el desarraigo de los valores tradicionales «violentos» y la difusión de una educación sexual integral.
La Cumbre para la Transformación de la Educación prevé una agenda global para la educación dirigida desde la burocracia de las Naciones Unidas en Nueva York. Los convocantes utilizaron palabras de moda como «inclusiva, equitativa, segura y saludable». Se instó a los gobiernos a garantizar un «universalismo progresivo en la educación» con políticas para desarraigar «las normas culturales y sociales arraigadas que impiden la inclusión, la equidad y la igualdad».
La Directora General de la UNESCO, Audrey Azolay, dijo que los fines primordiales de una educación del siglo XXI son enseñar a los niños y jóvenes respuestas al «cambio climático» y apoyar la «diversidad».
Uno de los documentos de la conferencia propuso ampliar el papel del profesor de «proveedor de conocimientos a productor de conocimientos y creador de sentido de realidades complejas», con el fin de enseñar valores modernos y eliminar cualquier influencia de los padres y las culturas tradicionales en la formación de los niños.
Los jóvenes y las organizaciones de izquierdas estuvieron representados en la conferencia, pero no fueron bienvenidos los conservadores.
La cumbre, celebrada del 16 al 19 de septiembre en Nueva York, instó a los países a desarrollar políticas más drásticas para lograr «un futuro mejor y más sostenible para todos» en 2030. En la declaración de visión del Secretario General para la cumbre, escribió: «la legislación y las políticas son esenciales para proteger los derechos, promover la inclusión, prevenir y abordar todas las formas de violencia, estigmatización, discriminación y exclusión.»
El género estuvo presente en toda la cumbre educativa. En una sesión sobre «Educación transformadora del género», un eufemismo que engloba la educación sexual integral (ESI) que inculca a los niños ideologías homosexuales y transgénero, Yona Nestel, de Plan Internacional, instó a los responsables políticos a comenzar la ESI a los 2 años para ampliar «las ideas de los niños sobre lo que es posible para ellos más allá de lo binario».
«Tenemos que empezar muy pronto, desde una edad temprana», dijo, «el género es una construcción social, ¿verdad? se aprende… Es muy importante invertir en los primeros años y garantizar que la educación transformadora de género empiece lo antes posible».
La definición de género en el derecho internacional es bastante buena. Es una definición que no le gusta a la izquierda. Viene en los Estatutos de Roma que crearon la Corte Penal Internacional. Género significa «hombres y mujeres en el contexto de la sociedad». La Comisión de Derecho Internacional está intentando elaborar un nuevo tratado sobre crímenes contra la humanidad que cambiaría esta definición. Pero, por ahora, la definición es hombres y mujeres.
La educación sexual integral es la otra obsesión de los responsables políticos de la ONU. Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONU-SIDA, pidió la implantación universal de la ESI como medio para mantener a las jóvenes en la escuela: «La educación sexual integral es controvertida debido a la tradición, la religión y la cultura… [pero] si se le da a una niña habilidades para cuidar su cuerpo, se reduce aún más el riesgo [de contraer el VIH]».
También celebró Educación Plus, una iniciativa conjunta de cinco organizaciones de la ONU, entre ellas el UNFPA y la UNESCO, que aborda «los tabúes sobre la sexualidad; cambiar las leyes de consentimiento paterno para que los adolescentes puedan acceder a los servicios de prevención, tratamiento y atención del VIH, y a otros servicios de salud sexual y reproductiva».
La Cumbre para la Transformación de la Educación de la ONU no fue una negociación gubernamental. Es una táctica cada vez más frecuente de la izquierda global en la ONU el hacer negociaciones de mentira en las que los documentos producidos parecen normativos. Los países que ya reciben financiación de la ONU y de las ONG occidentales son susceptibles a la agenda plasmada en la cumbre. La ONU se apoya cada vez más en mecanismos no consensuados para impulsar su agenda.
Por otro lado, los gobiernos son libres de ignorar las conclusiones y recomendaciones de la cumbre.