DE LA REDACCION

En su segundo año de gobierno, el presidente municipal Carlos Soto está confirmando el buen desempeño de su primer año de “buen gobierno”.

Una señal de ello es la transformación de la plaza principal con piso nuevo, fuentes nuevas y arreglo de los jardines, todo realizado con elementos de buena calidad.

Otra muestra es la repavimentación, supresión de estacionamiento, colocación de una ciclopista –la primera en la historia de la ciudad– y plantación de árboles en ambas aceras de la avenida 5 de Mayo, la más ancha y de mayor circulación en la ciudad, tarea, por lo menos en cuanto a la supresión de estacionamiento, intentada en administraciones anteriores y nunca lograda.

Habrá que esperar el momento en que el alcalde, junto con su “Congreso municipal” se aviente a emprender alguna de las obras que suelen calificarse como de gran calado, y que, por ello mismo, los gobiernos municipales en funciones las van postergando indefinidamente. ¿Cómo cuáles? Bien pudiera ser la instalación de un sistema moderno de purificación de las aguas residuales, lo cual implica separar en tuberías diferentes el agua de lluvia de la de drenaje de aguas negras de todas las calles de la ciudad. Item, la purificación de las aguas del río Duero, en colaboración con los municipios de Chilchota y Tangancícuaro.  ¿Otra? Continuar la electrificación subterránea de toda la ciudad.   

Exceso de capillas gancho  

Es costumbre en el negocio de fraccionadores de terrenos, previa autorización del gobierno municipal, para la construcción de una casa, dejar como “área de donación”, o por su propia cuenta, el espacio, nunca generoso, para una capilla, lo cual constituye un gancho para la venta de dichos lotes a católicos devotos, que de esa manera pueden contar con una iglesia a corta distancia, para ir a misa los domingos.

Mas la medida no resulta jaladora sólo para los vendedores de dichos lotes sino también para elementos de la Iglesia, que podrán contar con un sitio más de donde percibir ingresos de por la colecta en la misa. No piensan el grave inconveniente que de ello se les sigue, ya que tienen que atender a la celebración de la eucaristía dominical, por lo que cada presbítero tiene que celebrar un gran número de misas –que tres, que cinco, que ocho, que diez…–, sin destinarles el tiempo requerido para una digna y provechosa celebración, lo cual, además, está vedado por el Código de Derecho Canónico, que es la constitución bajo la cual rige sus actividades la Iglesia universal.

 (905 § 1.    Exceptuados aquellos casos en que, según el derecho, se puede celebrar o concelebrar más de una vez la Eucaristía en el mismo día, no es lícito que el sacerdote celebre más de una vez al día.

 § 2.    Si hay escasez de sacerdotes, el Ordinario del lugar puede conceder que, con causa justa, celebren dos veces al día, e incluso, cuando lo exige una necesidad pastoral, tres veces los domingos y fiestas de precepto. (No más, habrá que añadir.)

Ni Centro para enfermos mentales

Cuando el gobierno federal expropió la construcción en proceso de una Catedral, sede de la nueva Diócesis de Zamora, prescrita por la Santa Sede, el espacio dedicado para dicha obra e instalaciones complementarias habituales –váyase a ver la catedral de Los Angeles, Calif.: iglesia de dimensiones generosas, amplias plataformas, fuente, estacionamiento, casa del obispo, librería, dispensario médico…– abarcaba la manzana entera en que se ubica. El segundo obispo de la Diócesis, abogado José María Cázares y Martínez, fue el que procedió a la construcción de dicha iglesia. Para ello adquirió, mediante compra u obsequio del propietario, dicho espacio, el cual ayudaría a que en lo sucesivo Zamora se extendiera hacia el oriente, por considerar que las tierras que se ubican en esa dirección son de menor calidad que las que se abren hacia el poniente y el norte.

Entonces se procedió a la construcción de la magna iglesia, que, debido a la dicha expropiación, quedó inconclusa, no terminada o por terminar.

Dado el abandono en que desde entonces permaneció dicho espacio hasta que el propio gobierno federal lo devolvió a su legítimo propietario, el gobierno estatal instaló, a espaldas de la catedral a medio construir, hacia el oriente, un pequeño Centro de salud, y el gobierno municipal una Casa de la cultura.

Una vez que el gobierno federal devolvió a la iglesia diocesana la “Catedral inconclusa”, reintegra, sin condiciones ningunas, el espacio total en que está ubicada.

Por ello, el Centro de salud debe abandonar el espacio que, de acuerdo a las circunstancias dichas, le corresponde cumplir, decisión que ya tomó el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla. Sin embargo, ahora resulta que el mismo titular del Estado ha decidido ubicar en el, una vez desalojado, Centro de salud, otra institución  semejante para enfermos mentales, medida que viene a anular su decisión anterior. 

En cuanto a la Casa de la cultura mencionada, ya hace tiempo que la autoridad municipal correspondiente tomó la debida decisión. 

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NOTA DE LA REDACCIÓN

 

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