P. Jaime Emilio González Magaña, S.I.
En fidelidad a las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, en este mes de octubre, podríamos unirnos a muchas familias en el rezo del Rosario para pedir al Señor, Dios Eterno, por intercesión de María, nuestra Madre, por tantas necesidades que padecemos en México y en el mundo entero. Es evidente la creciente violencia en la que vivimos, la impunidad, demagogia y corrupción en todas las esferas políticas y sociales. La unidad de la familia está seriamente amenazada; la pobreza crece exhorbitantemente sin que las autoridades hagan algo efectivo para superarla. La falta de esperanza en muchos jóvenes, así como su profundo desinterés a encontrarse con Dios, en su Iglesia; su apatía para descubrir a Cristo y la protección maternal de María. Además, es muy grave el abandono de los valores más auténticos en los que, hasta ahora, se había fundamentado nuestra sociedad, la familia y las instituciones civiles y sociales más respetables.
Octubre también es el mes misionero por lo que es necesario que pidamos especialmente por la comunicación del Evangelio por todo el mundo y por los misioneros que se juegan la vida cada día, en medio de múltiples carencias y persecuciones. Muchos medios de comunicación, redes sociales y grupos enemigos de la Iglesia se ensañan con los aspectos negativos y escandalosos. Los hay, sin duda, pero nada se menciona de tantos cristianos -laicos y consagrados- que diariamente se donan totalmente a sí mismos en la construcción del Reino de Dios. Hay muchos hermanos que sufren el dolor y los efectos de la pandemia de la que todavía no logramos dejar atrás, así como la falta de empleo, la deficiente educación y administración de la justicia. Enfrentamos carencias inadmisibles en el sector salud y una indoctrinación tendenciosa creciente. La santidad e indisolubilidad del matrimonio está en crisis y hay quienes intentan confundir a la sociedad con ideologías de género frívolas y sin fundamento.
Esta realidad nos urge a que pidamos especialmente por todos los que sufren por cualquier causa y para ello rezar el Rosario cada día, nos hará mucho bien a todos. Para ello, se ha convocado la Jornada Mundial del Rosario para que nos unamos el primer fin de semana de octubre de cada año. Se trata de organizar un rosario en cada comunidad, ya sea en un evento multitudinario, en un estadio o iglesia, o en familia y con los amigos, para unirse a muchos más rosarios que se organizan alrededor del mundo. En octubre de 1996 se llevó a cabo el Rosario Simultáneo en 20 países para conmemorar el 50 aniversario de la Ordenación Sacerdotal de su Santidad Juan Pablo II. En la República Mexicana se rezó en 2 mil 600 localidades con una participación de más de tres millones de personas. Durante la Jornada Mundial del Rosario que se realizó en octubre de 2000 se unieron más de 140 países, en los cuales se organizaron un sinnúmero de Rosarios multitudinarios en iglesias, estadios, catedrales, plazas de toros, plazas cívicas, cárceles, hospitales, colegios, etc., siendo muchos de ellos trasmitidos por radio o televisión con la participación de millones de personas a nivel mundial.
Guillermo Estévez Alverde, laico mexicano, promotor de la primera celebración de este evento desde sus inicios, en 1996, ha expresado: «Queremos invitar a todos los movimientos religiosos y laicos del mundo a organizar Rosarios multitudinarios y unirse a esta Jornada Mundial del Rosario 2022 en el mayor número posible de localidades en el mayor número de países posibles, y que formen parte de esta gran evento durante el mes de Octubre, organizando o participando en un Rosario multitudinario el primer fin de semana de este mes. Se pide que promuevan el evento que tanto debe agradar a Jesús y a María». Entre los objetivos más importantes, destacan los siguientes: 1. Pedir para que florezca el amor en los seres humanos. Por la paz del mundo, la vida y la familia. Por los no-nacidos. Por el Papa, los sacerdotes y las vocaciones sacerdotales y religiosas.
2. Rezar el Rosario con el Santísimo Sacramento expuesto. 3. Incluir la jaculatoria “Jesús, Protege y salva a los no-nacidos”. 4. Hacer consagración al Inmaculado Corazón de María. 5. Motivar a la confesión en el evento. 6. Buscar la indulgencia plenaria que da el rezo del rosario en comunidad.
7. Instituir la Jornada Mundial del Rosario el primer sábado del mes de octubre, año con año.
8. Formar grupos de oración para reunirse al menos una vez al mes».
Domingo 9 de octubre de 2022.