México carece de un registro nacional; expertos llaman a quitar la idea de que antes de los 40 años no hay que preocuparse, este cáncer ocupa el primer lugar en muertes
El crecimiento descontrolado de las células que forman un tumor maligno en la glándula mamaria sigue afectando a mujeres de todo el mundo con más de dos millones de casos anuales. Según aproximaciones de la OMS, se considera que una de cada 12 mujeres tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en mujeres.
Para el doctor Alejandro Zentella Dehesa, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, hay mucho interés por estudiar las razones de la aparición de casos de cáncer en mujeres menores de 40 años, pues en Latinoamérica y particularmente en México se empezó a observar esta tendencia hace casi 15 años, pero se consolidó la información hace una década y hoy las investigaciones cobran relevancia, sobre todo porque en nuestra sociedad se tiene la idea que antes de la cuarta década de vida el riesgo es irrelevante.
“Están apareciendo formas tempranas de cáncer de mama en mujeres muy jóvenes que además suelen asociarse con la forma más agresiva de este tipo de cáncer que es el triple negativo. Suelen tener mutaciones en el gen BRCA-1 que es muy famoso porque se asocia al cáncer hereditario, pero ya se descubrió que no son hereditarias”. El bioquímico y biólogo celular asegura que esta aparición en grupos más jóvenes sí tiene un componente genético, pero es una condicionante que no se observa en las poblaciones caucásicas o asiáticas, como el caso de grupos étnicos con ancestría europea.
La principal pregunta es qué lo está detonando. “La propuesta es que el tipo de variantes genéticas de la población amerindia y el estilo de vida que estamos llevando (dieta, contaminación, estrés) son factores combinados que propician su aparición”. Para el especialista, esto cobra mucho interés porque la Norma Mexicana para la Prevención y el Tratamiento del Cáncer de Mama no prevee oficialmente la realización de estudios a las mujeres de menos de 40 años. La idea de la población general es que por debajo de esa edad no hay que preocuparse.
“Esta norma se revisa cada tres o cinco años, así que seguramente la próxima vez que se revise se analizará con mucho cuidado. Ahora estamos desprotegidos, pero por el momento es muy importante hacerle saber a la población que se están presentando casos de cáncer a partir de los 20 años, y que la autoexploración y la búsqueda de un diagnostico especializado en oncología bajo cualquier sospecha se vuelve muy importante también en este grupo”. Si bien es cierto que alrededor del 90% de las apariciones en la estructura mamaria no son cáncer, la detección oportuna cambia la historia.
Los secretos de los genes
Se estudian muy activamente los genes asociados a la aparición temprana, pero aún no hay evidencia suficiente de los genes específicos que entran en juego. Zentella dice que estamos como a una década de aspirar a esto porque un estudio así necesita un gran presupuesto y aunque ya se han empezado a colectar muestras aún falta para que esta investigación se pueda concretar, ya que los periodos que cubre el presupuesto de una investigación se redujeron a la mitad y en un año o año y medio es imposible la identificación de estos genes.
15 años
lleva la tendencia de cáncer en mujeres menores de 40 años
No se han detectado estados específicos de aparición del cáncer en edades tempranas, pues faltan datos, Zentella señala que países como Suecia, Dinamarca y Finlandia cuentan con un registro muy cuidadoso de la aparición de los casos de cáncer en los hospitales generales de primer nivel y este es un gran pendiente en México. Explica que se ha intentado en varias ocasiones crear un registro nacional de cáncer sin concretarse. “El último intento fue hace tres años, el problema es que son esfuerzos poco lucidores en el sentido de que son de largo plazo. Requieren de una asignación presupuestal fija que no puede variar cada cuatro o seis años porque se interrumpe el registro, pero su valor sería muy grande: proyectos a largo plazo para poder determinar incidencias después del seguimiento poblacional de 5, 10 y 15 años”.
Zentella señala que el cáncer de mama tiene una distribución muy heterogénea y en estados como Chihuahua y la CDMX se tienen las incidencias más altas, mientras que en Chiapas están las más bajas. “Esto quiere decir que el cáncer se asocia a estilos de vida muy relacionados con el entorno económico de la población y en ese sentido se dice que el cáncer de mama se asocia con una sociedad más afluente, mientras que el cáncer cervicouterino tiene que ver más con una sociedad de bajos recursos”.
Cáncer de mama, tres enfermedades
Existen tres formas de cáncer mama. La más frecuente es la hormono dependiente y en ese caso el tratamiento se dirige al sistema hormonal femenino, los estrógenos y sus receptores. “El fármaco más antiguo es el tamoxifen, una molécula que modula el estrógeno y lo que hace es interrumpir su funcionamiento, pero el problema es que al cabo de un año o año y medio en más del 95% se vuelve resistente. Eso quiere decir que hay células tumorales que se vuelven resistentes. Es así que, aunque se interfiera con el receptor, el tumor puede progresar”. Ante esta problemática, el especialista explica que se ha buscado identificar una serie de proteínas que ayudan a regular al receptor de estrógeno y se ha encontrado que hay una que es responsable a la resistencia del tratamiento.
“Si bien este hallazgo en particular aún no cambia el tratamiento es muy útil en el camino al diagnóstico, pues si una paciente sobreexpresa esta proteína se puede entender que no va a responder al tratamiento del sistema hormonal y no le servirá”. Esto es vital.
El año pasado se aprobó en México el tratamiento de inmunoterapia, la frontera del tratamiento mundial de todo tipo de cáncer hoy en día. “Por mucho tiempo se dijo que el cáncer no iba a ser una enfermedad tratable con una reactivación del sistema inmune, pero finalmente ya se aprobó y en todos los hospitales de México donde existe la posibilidad de dar este tratamiento ya se está aplicando en esta etapa. Ha sido una gran área de desarrollo, no de investigación mexicana, pero sí de la aplicación de la investigación mundial”.
El cáncer de mama HER2 da un resultado positivo para una proteína llamada receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico. “Estas pacientes sobreexpresan este factor. Aquí se da una terapia neutralizante, pero es una terapia cara”. Subraya que el estado mexicano la estuvo apoyando mediante el seguro popular, pero ahora ha habido dificultades para darle continuidad. “Es uno de esos tratamientos que se vieron afectados para darles seguimiento y los pacientes siguen aumentando, entonces este asunto de ‘ya está el medicamento pero no ha llegado’ o simplemente ‘pues te lo empecé a dar pero ahora no hay’ es terrible porque la suspensión es como no haber empezado nunca el tratamiento; es algo similar a un antibiótico que se da y se suspende. Si no se puede garantizar, se debe dar otro tipo de tratamiento más genérico como la quimioterapia”.
“Están apareciendo formas tempranas de cáncer de mama en mujeres muy jóvenes que además suelen asociarse con la forma más agresiva”
Alejandro Zentella Dehesa
Investigaciones Biomédicas UNAM
El tercer grupo es el triple negativo, el tratamiento estándar es la quimioterapia. El especialista señala que en la investigación se encontró que hay un subgrupo de pacientes que tiene un receptor a la hormona masculina y con tratamientos anti hormonales de la hormona masculina los tumores responden muy bien, pero se necesitan herramientas para identificar a la paciente que es triple negativo con un subtipo expresa receptores de andrógenos.
En esta área la investigación está enfocada en desarrollar sistemas asequibles y eficientes que permitan la identificación para no dar tratamiento genérico, evitar malestares innecesarios y brindar un tratamiento más dirigido que asegure una mejor respuesta. “Este tipo de tratamientos están ya muy estudiados con pacientes de cáncer de próstata, así que son fármacos seguros que ya se conoce el manejo”.
El bioquímico dice que hay mucha investigación nacional e internacional tratando de atacar a este grupo de cáncer que representa aproximadamente el 20% de los casos, sin embargo no ha habido hasta el momento algo que realmente lo resuelva porque se ha visto que son siete enfermedades diferentes, entonces encontrar la posibilidad de algo que ataque a todas se vislumbra como poco probable.
“El cáncer de mama es curable, nadie tiene que morirse de cáncer de mama, pero la detección tiene que ser temprana. Hay un problema cultural al pensar que nuestra salud no es nuestra responsabilidad, sino siempre es responsabilidad de alguien más y esta actitud hace que los pacientes nieguen su existencia y no busquen un diagnóstico”.