A casi ocho meses de guerra entre Rusia y Ucrania, la relación entre China y el Kremlin se enfría. Sin embargo, ¿cabe la posibilidad de una alianza entre ambos países?
A casi ocho meses de guerra entre Rusia y Ucrania, la relación entre China y el Kremlin se enfría, luego de que el presidente Vladimir Putin se anexionara cuatro territorios ucranianos -tras un referéndum que la comunidad internacional, igual que Naciones Unidas, considera ilegal-, y siguiera con el despliegue militar en Ucrania.
China no ha sido clara frente al conflicto y ha mantenido constantes maniobras militares con Rusia, lo que genera preocupación por una posible alianza entre ambas naciones por razones comerciales, así como por el conflicto que mantienen con Estados Unidos.
No obstante, la relación entre ambos países ha sufrido un distanciamiento luego de que los acercamientos diplomáticos de China con Rusia fracasaran; Beijing ve con preocupación el alargamiento del conflicto, así como el llamado de Putin a los reservistas.
China ha mantenido una postura neutral ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, pidió “que se respete la integridad territorial de todos los países”, luego de los “referéndums” de anexión que organizó Rusia en Donetsk, Lugansk, Khersón y Zaporiyia.
El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, reconoció en su discurso ante la Asamblea General de la ONU las diferencias entre ambos países y reiteró el apoyo de China para una resolución pacífica del conflicto en Ucrania.
“Nuestras prioridades son facilitar las conversaciones de paz y la solución pasa por abordar las preocupaciones legítimas de todas las partes”, indicó.
¿Podría China hacer una alianza con Rusia?
En entrevista el exembajador de México en China, Sergio Ley López, indicó que la relación entre China y Rusia ha sido cordial ante el conflicto en Ucrania.
“China no ha estado de acuerdo de ninguna manera con el conflicto; no condenó explícita y abiertamente la invasión; mantuvo una posición de no condenar, pero tampoco de aprobar, porque para China fue la invasión de un país soberano y [eso] agrede indudablemente todos los principios de la convivencia internacional”, dijo.
Asimismo, descartó una alianza entre ambas naciones, ya que sólo comparten una alianza comercial. “China es un importante socio comercial de Rusia en materia de insumos energéticos, gas y petróleo”, destacó.
Agregó que pese a que existen sanciones económicas por parte de Estados Unidos a Rusia, China se ha opuesto a ejercer ese tipo de sanciones a Moscú.
“China se ha opuesto a las sanciones económicas contra Rusia porque entiende que son poco efectivas o nulas de efectividad, y la verdad es que creo que el tiempo les ha dado la razón, porque las sanciones económicas que se han hecho contra Rusia solo le han hecho cosquillas”.
Por otra parte, descartó que exista el riesgo de un posible conflicto nuclear; esto, luego de que Putin amenazara con usar todo su poderío en caso de sentir “amenazada” su soberanía e integridad.
“Yo no lo creo, creo que más bien ha sido una baladronada de parte de la dirigencia rusa. Sin embargo, en caso de que Rusia decida lanzar un ataque de esa magnitud, la reacción por parte de la bolsa de potencias nucleares como Estados Unidos, Francia o Gran Bretaña sería aniquilar el territorio ruso. De eso debe estar consciente la dirigencia rusa”.
Añadió que “China ha reiterado en muchas ocasiones que ellos están en contra de una guerra nuclear. Y de ser el caso, habría una ruptura entre ambas partes”.
El embajador advirtió que “si el conflicto se alarga con Ucrania [se] está frenando el desarrollo del mundo y si el desarrollo del mundo se ve afectado indudablemente que se ve afectado el crecimiento económico de China”.
El enemigo común
El internacionalista Mauricio Meschoulam indicó que la cercanía entre China y Rusia tiene que ver con su rival en común: Estados Unidos.
“Ahorita no hay alianza militar o alguna cosa por el estilo; sí hay una coordinación de estrategias y sí hay una coordinación de acciones ante un rival común que es Estados Unidos, esto sí lo hay”, aseguró.
En ese sentido, el beneficio que tanto China como Rusia obtienen es hacer un frente político ante Estados Unidos.
“En el área de Taiwán, para China, esto representa una ayuda diplomático-política: que de pronto Rusia le dé su respaldo para el tema de Taiwán a China, critique la visita de Nancy Pelosi y a Estados Unidos en general, porque finalmente son actores que pueden necesitarse el uno al otro”, dijo.
Pelosi viajó a la isla en agosto pasado, desatando el enojo de China, que lo considera una intromisión y que teme que ese tipo de eventos estimulen el aliento independentista en el territorio que reclama como suyo.
Sin embargo, la ambigüedad de Estados Unidos en el tema de Taiwán, respecto del cual, por un lado ha declarado su respeto a la política de una sola China y, por el otro, ha advertido que en caso de agresión defenderá a los taiwaneses, puede ocasionar problemas.
Para Meschoulam, en tanto se mantenga esa ambigüedad, “las tensiones van a seguir subiendo (…) Definitivamente se corre un riesgo. En los análisis militares que se han efectuado se piensa que China está calculando una intervención en Taiwán en los próximo años; hay lecturas que hablan de cuatro, cinco a seis años”, advirtió.
Ley, en cambio, consideró que una alianza entre China y Rusia no sería posible, ya que afectaría su consolidación con las potencias económicas.
“China sabe perfectamente bien que la relación con Estados Unidos es muy importante para su desarrollo y para su consolidación con las potencias económicas”. Por eso, jamás se aliaría a Rusia, “a menos de que hubiera una provocación de Estados Unidos”.
Agregó que “China no está dispuesta a ceder de ninguna manera la independencia de Taiwán; eso sí China no lo toleraría y ahí sí invadiría a Taiwán, pero no creo que Estados Unidos entrara en un conflicto con China por Taiwán porque China ha reconocido reiteradamente desde el principio que establecieron relaciones diplomáticas que Taiwán es parte integrante del sector chino”.
La visita de Pelosi, concluyó, fue una “provocación innecesaria” que hizo que China respondiera con maniobras militares en los alrededores de Taiwán.