JOSÉ LÓPEZ PORTILLO Y PACHECO
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Julio de 1978
Esto que voy a relatar no pretende ser nada nuevo en este México convulsionado de siempre por las contradicciones sociales que aparecen en nuestro mundo, cuando el ser humano se olvida del gran privilegio de tener pensamiento, y se convierte en algo peor que bestia.
No es nada nuevo en nuestra institución, el Instituto Politécnico Nacional, porque por ser parte de México, también lo es del mundo, y porque ahí también laboran hombres: autoridades, trabajadores y estudiantes. Pero mucho menos es nuevo en el CECyT “Miguel Othón de Mendizábal”, porque, a su vez, también aquí hay nombres y son el Politécnico, y México y el mundo.
Escribir estas letras, lleva la finalidad de hacer recordatorios que lleguen al fondo de las conciencias y despierten en ellas al hombre politécnico, al mexicano y al hombre universal, sempiterno defensor de los verdaderos valores de la humanidad.
Nuestra institución, el Politécnico, ha estado sumida en un mar de enfrentamientos que lo ponen en peligro de perder su verdadera esencia: forjador de juventudes, justa esperanza del despertar nacional, sueño grande del pueblo mexicano sediento de justicia e igualdad.
Son muchos años ya de vida enferma donde el “porrismo” se convierte en el principal agente de daños: físicos porque roba, destruye y asesina; mentales, porque el deterioro de nuestros jóvenes, al través de drogas, alcohol, extermina su existencia noble desde la cuna, y los transforma dejando de ser luz de anhelos nacionales, y los convierte en oscuridad y carne putrefacta; les hace olvidar sus nombres verdaderos, Miguel Hidalgo, José María, Lázaro; y pintorescamente los hace aparecer como el Octavio, el Camilo, el Tawa, los Conejos, el Rochín, el Borracho, el Loco, la Iguana, el Cali, el Panchí, el Cheque, el Bringas, el Tobías, el Adolfo, el Blackie, y tantos otros alias que por su sola asignación les hacen olvidar que alguna vez nacieron en hogares decentes y con nombres respetables.
Porrismo que también representa fuerzas ocultas, hijos bastardos del Politécnico y de México que actúan desde las cavernas porque sólo así se atreven al daño, incapaces de dar la cara.
En nuestro plantel, los mercenarios y sus manipuladores actuaron una y otra vez; convirtieron la escuela en nido de delincuentes que, también una y otra vez dispusieron a su antojo de los puestos administrativos y concesiones, desde donde comerciaron los servicios académicos, jugoso botín representado por empleos, ansiados por gente necesitada, y calificaciones e inscripciones sujetas al mejor postor en un amplio mercado negro en manos de los grupos mercenarios, amos de sus respectivos territorios.
El 9 de marzo del año próximo anterior fue designada la presente administración presidida por un servidor, Silvio Maldonado Bautista, en un intento serio de esta administración general del IPN, para rescatar la parte buena que aún quedaba de este plantel y su comunidad, y evitar su desaparición.
Cuantificamos las pérdidas y deterioros: millones de pesos y una población altamente irregular, ésta última hacinada en grupos numerosos, en instalaciones defectuosas desde su misma construcción.
El primer informe a los altos directivos dio cuenta de la situación real del plantel y el apoyo no se hizo esperar dentro de las limitaciones de un exiguo presupuesto que paga por igual a elementos que trabajan y a los que no solamente no lo hacen, sino que destruyen.
Se sumaron los esfuerzos con directrices surgidas de la propia comunidad; lo mismo para resarcir los daños materiales o académicos, como para combatir el porrismo, instrumentos de presión y manipuladores; surgieron organización y reglamento interno; energía eléctrica e implementos de laboratorios, biblioteca y estudios profundos para reformar planes anacrónicos, obsoletos y en discordancia con la realidad mexicana; pero también aparecieron actas de abandono de empleo, renuncias obligadas, sanciones, disponibilidades en más de un centenar.
Apareció la disciplina, el respeto, el orden, manchados de vez en cuando por acciones débiles de porros y sus manipuladores. Quince meses transcurrieron en un intenso trabajo de conjunto; quince meses que se vieron interrumpidos por una embestida frontal de esas casi olvidadas fuerzas que estuvieron dispuestas a tomar el control de nueva cuenta, ante la proximidad de las inscripciones, ubre fundamental del alimento de los porros.
Señores, aquí está la explicación de este secuestro de instalaciones, toma de escuela, que dicen los mercenarios.
¿Peticiones? ¿Acaso tienen valor cuando las demandan porros del “grupo dorado” que no son alumnos del plantel?
¿Fascismo o dictadura? Si castigar delincuentes y evitar entrada de malvivientes y raterillos es fascismo o dictadura, entonces somos eso y mucho más.
¿Fuerzas policíacas dentro del plantel? Nunca lo hemos permitido. Los funcionarios menores no tenemos suficiente autoridad para ordenarlo. Nuestra esencia impide su intervención.
¿Errores administrativos? Muchos, hay que reconocerlo. Un plantel como éste no se puede regenerar en tan poco tiempo. Quince meses son insuficientes para recuperar tantos años de corrupción y desprestigio.
¿Otros argumentos?: Nunca se requieren ni tienen valor en manos de los delincuentes.
Señor Presidente, señores funcionarios, maestros, estudiantes, trabajadores, padres de familia, he aquí la verdad del problema. Defender este centro educativo es luchar por conseguir los más caros objetivos del Politécnico. Castigar al porrismo en todos sus componentes no es defender a un funcionario menor o mayor, sino luchar, dar un paso decisivo por el rescate y reivindicación del Instituto Politécnico Nacional.
Atentamente
Dr. Silvio Maldonado Bautistas
CCP. Fernando Solana, titular de la SEP; Guillermo Massieu Helguera, Subsecretario de Educación e Investigación Tecnológicas, SEP; Sergio Viñals Padilla, director general del Instituto Politécnico Nacional; Héctor castro Avitia, secretario general del Instituto Politécnico Nacional; comunidad politécnica.
Dr. Silvio Maldonado Bautista
Director del “Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos, Miguel Othón de Mendizábal” IPN
NOTA: EL CECYT 6 fue en esos años el centro más importante del “porrismo” en el Politécnico. Todos los grupos porriles del Politécnico tenían su cuartel en los varios edificios que conformaban al Cecyt 6, y a ellos me tuve que enfrentar con medidas inteligentes para limpiarlo y enderezar a los jóvenes o retirarlos de sus guaridas. Ese centro dejó de ser educativo y se convirtió en guarida de maleantes entre 1972 y 1977.
Nunca pensé ser directivo de la escuela donde hice mis dos años de vocacional (preparatoria) y en la que obtuve el primer lugar por mis calificaciones.
Este escrito es apenas un adelanto de un libro que escribo, en el que narro los hechos con mayor detalle.
Mis tres años y tres meses de director y las acciones exitosas que realizamos (maestros, padres de familia, trabajadores y otros, entre 1977 1980), me valieron el apodo de “el bombero del Politécnico.