Autoridades de la petrolera atribuyen alza a mayores gastos en pago de derechos de extracción y compras de gas, entre otros
A Petróleos Mexicanos (Pemex) le cuesta más caro extraer cada barril de petróleo crudo, mientras que sus niveles de producción no levantan.
Según información difundida por la petrolera estatal en reunión con inversionistas celebrada en la primera semana de diciembre pasado, obtenida por EL UNIVERSAL, al cierre de 2022 sus costos de producción alcanzaron niveles históricos de 18.60 dólares por barril, cuando en 2013 eran de apenas 7.12 dólares, lo que significa que, en los últimos nueve años, aumentaron 161%.
Si se compara con 2015, cuando dicho costo se ubicó en 5.82 dólares, el aumento es de 219%.
En los últimos tres años de esta administración los costos como mano de obra, mantenimiento, operación, administración y servicios corporativos, conservación de pozos, compras de insumos como gas y nitrógeno, así como cuotas del Derecho de Extracción de Hidrocarburos (DEXTH) y el Impuesto por la Actividad de Exploración y Extracción de Hidrocarburos (IAAEH) pasaron de 10.67 a 18.55 dólares por barril.
La Gerencia de Operación y Control Financiero y Producción de la Dirección Corporativa de Finanzas de Pemex argumentó que el aumento de 3.30 dólares por barril que se dio entre 2021 y noviembre de este año, “se debe principalmente a mayores gastos en pago de derechos de extracción, compras de gas y operación de ductos, pozos e instalaciones”.
Cuotas al Alza
Pemex señaló que la excesiva carga tributaria a la que es sometida está contribuyendo al aumento de costos de producción, y el Derecho de Extracción de Hidrocarburos (DEXTH) le representa un alto componente de esos desembolsos.
En 2016, cuando este derecho se incorporó a la estructura de costos, representaba 27.9%, pero para el cierre de 2022 representó 39.2%.
Pemex señaló que, “en la medida que los precios de crudo son más elevados, es mayor el pago de derechos”.
Gonzalo Monroy, socio director de la firma consultora GMEC y analista del sector energético, dijo que el incremento de costos tiene que ver también con el aumento del precio del gas natural que compra la petrolera para reinyectarlo a los pozos y elevar la presión, para extraer hidrocarburos, sobre todo en campos maduros y en etapa avanzada de maduración.
En 2022, detalló, el precio de importación promediaba 6.82 dólares por millón de BTU, pero en enero de 2021 era de 2.95 dólares.
Ese aumento impacta la estrategia de reinyección de gas en campos, explicó, lo que eleva los costos de producción.
Otro factor tiene que ver con el portafolio de proyectos, “pues no disponemos de grandes yacimientos y el objetivo es desarrollar pozos pequeños que, por su propia naturaleza, tienen altos costos de producción”.
Efecto inflacionario
Ramsés Pech, analista del sector y socio de la firma Caraiva y Asociados-León & Pech Architects, consideró que Pemex ha tenido un incremento de costos derivado de un mayor gasto para tratar de mantener una producción estable en 2022 respecto a otros años.
“Refleja también la inflación y el incremento de las tecnologías que contrata la petrolera estatal, que en su mayoría proveniente de otros países”, afirmó.
La información oficial difundida por la Dirección Corporativa de Finanzas de Pemex detalla que, por activos de producción, la Poza Rica Altamira registra los costos más altos de la industria petrolera estatal, con 37.40 dólares por cada barril de petróleo crudo extraído, es decir 5.40 dólares más de lo que reportó el año pasado.
Los activos de producción con mayores incrementos en el mismo periodo son Macuspana Muspac, que pasó de 10.20 a 18.80 dólares, “por compras de gas e intervenciones a pozos y derechos”, y el Ku-Maloob-Zaap, que subió de 14.20 a 21.40 dólares, debido al rubro legal que supone el DEXTH, compras de gas y repartos operativos.
Para compensar este problema, la empresa ha tenido que recurrir a eficiencias operativas, con lo que ha podido conseguir ahorros en un promedio anual en el desarrollo de campos de 970 millones de dólares en los últimos cuatros años, según dijo a analistas.
Extracción no levanta
Datos obtenidos a través de la Plataforma Nacional de Transparencia y del seguimiento de la producción que realiza la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) muestran que, en los primeros cuatro años de esta administración, el promedio anual de la plataforma nacional de extracción de petróleo crudo (que incluye a Pemex, socios y privados) es de un millón 657.54 mil barriles diarios.
En los primeros cuatro años de los sexenios de Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox el promedio fue de 2 millones 341 mil barriles; 2 millones 691 mil barriles, 3 millones 274 mil barriles, respectivamente.
Los datos de la CNH indican que bajo este gobierno no ha podido aumentar la producción petrolera, pues en 2019 promedió un millón 679 mil barriles por día; en 2020 un millón 663 mil; en 2021 un millón 664 mil, y de enero-noviembre de 2022 un millón 623 mil barriles diarios.
Detecta amenazas
Como parte del problema, Pemex enumera en su Plan de Negocios 2023-2027 una serie de debilidades y amenazas en su línea de negocio Exploración y Producción que tiene que solventar en los próximos años.
Entre ellas, una cartera de yacimientos con principales campos en etapa de declinación, dificultad en la captura de oportunidades del entorno legal para nuevos esquemas de negocio, rezago en adquisición de nuevas tecnologías, desfase en la ejecución de proyectos de recuperación secundaria y mejorada, incremento en la ocurrencia de accidentes, desviación en el cumplimiento de metas, desfases en la ejecución de proyectos y altos niveles de quema de gas.
Las principales amenazas que detecto son: naturaleza geológica de zonas prospectivas en México cada vez más dispersas y con menores acumulaciones de hidrocarburos que demandan mayores capacidades técnicas y financieras, diferimiento de autorizaciones de proyectos por parte del regulador, actos ilícitos que vulneran la seguridad y la productividad, riesgos para el desarrollo de actividades derivadas de las relaciones con las comunidades y precios del gas natural que desincentivan la inversión en proyectos de hidrocarburos.