Crisis se agudiza en la frontera, pues cada día llegan más extranjeros a esperar o tramitar la respuesta de asilo en EU; sitios sirven de 500 a 650 raciones diarias de comida
Un plato de arroz con frijoles charros y un pan es el alimento que recibieron migrantes en el comedor de la Catedral juarense.
Ciudad Juárez.— La crisis migratoria en esta frontera se ha agudizado en los últimos días, debido a la llegada de cientos de personas en movilidad que pretenden solicitar asilo en Estados Unidos, y por ello, lugares como el comedor de la Catedral lucen abarrotados.
Algunos de los migrantes han denunciado que fueron víctimas de redadas por parte del Instituto Nacional de Migración (INM), que busca trasladarlos a los albergues o a otros estados.
Otros acusan hostigamiento de elementos de la policía municipal cuando los ven en las calles de la zona Centro solicitando ayuda o trabajando para obtener recursos.
Cristina Coronado, coordinadora del Ministerio para Migrantes de la Sociedad Misionera de San Columbano y del comedor que se localiza en la Catedral de Ciudad Juárez, explica que en los últimos días han atendido de 500 a 650 migrantes por día en el comedor.
De acuerdo con la activista, además de los migrantes que acuden a recibir ayuda humanitaria, hay muchos más que no logran acercarse al refugio o que viven en las calles.
“La mayoría de ellos [migrantes] están comentando que han ido a buscar albergue al grupo BETA, al Consejo Estatal de Población (Coespo) y les dicen que están saturados, incluso mujeres con niños”, asegura.
Coronado detalló que, al no existir espacios disponibles en los albergues del municipio, los migrantes deambulan por la calle con niños, o a veces son mujeres embarazadas, quienes son canalizadas a la Casa del Migrante, que pertenece a la Diócesis de Ciudad Juárez, o rentarles habitaciones de hotel.
“Son miles, pareciera que los que están en los albergues son todos, pero no; hay migrantes que están fuera y son los que están muy vulnerables, son quienes están expuestos a las redadas, al crimen organizado y a ser perseguidos. Están persiguiéndolos; hemos visto que cuando llegan al comedor, la policía llega a molestarlos para decirles que no pueden estar formados”, afirma.
Los migrantes que han llegado los últimos días son originarios de Venezuela, Ecuador, y en general centroamericanos, dominicanos, africanos, e incluso, mexicanos.
Se estima que son al menos 100 personas cada día las que buscan un lugar para dormir o un albergue.
La comida, un alivio
Un plato de arroz con frijoles charros y un pan es el alimento que recibió Yanika y sus hijos en el comedor de la Catedral juarense, donde se sirven hasta 650 platos al día para migrantes.
La mujer de 35 años y de origen venezolano tiene siete días acudiendo a este lugar a alimentarse, ya que, al no encontrar un espacio en algún albergue o un hotel económico para hospedarse, pasa la noche en la calle o en los patios de algunas viviendas.
“Gracias a Dios porque tenemos este alimento, porque si no fuera por esto, no sé qué estaríamos comiendo. Yo vengo como madre soltera; tengo tres hijos y desde que llegamos estamos viniendo a comer aquí”, expresa con agradecimiento Yanika.
En entrevista, asegura que espera lograr sacar su cita con el gobierno de Estados Unidos para solicitar asilo y así reunirse con sus familiares.
Detalla que ha intentado varias veces realizar el proceso a través de la aplicación, pero no le da la opción para ella y sus tres hijos al mismo tiempo, por eso debe esperar en Juárez, “aunque sea viviendo en la calle”.
“Esto es una lucha muy fuerte que hemos pasado para estar aquí. Es muy fuerte no tener para darles de comer a los hijos y estar aquí en lugares así, [el comedor] representa un apoyo, algo de esperanza”, añade.