SILVIO MALDONADO B. // Francisco J. Múgica

Michoacano de excelencia e ideólogo de la Constitución de 1917

II

En 1915 convirtió la Catedral de Esquipulas en cuartel.  Capturó y mandó fusilar al usurpador José Gil Morales y a 39 de sus seguidores.  Solicitó licencia para viajar a la ciudad de México. La segunda vez en: 24 de febrero – 15 de septiembre de 1916. Gobernador Provisional por designación presidencial. – En esa etapa, por decreto, el 3 de febrero de 1916 cambió el nombre de la capital del estado San Juan Bautista de Tabasco, por el de Villahermosa, indicando que debe de escribirse junto y no separado. Dejó el cargo por instrucciones de Venustiano Carranza ya que los revolucionarios tabasqueños solicitaron un gobernador tabasqueño.

El de Michoacán fue un interinato desde septiembre de 1920, cuando Lázaro Cárdenas fue elegido presidente del PNR o secretario de estado, hasta su renuncia bajo presión el 9 de marzo de 1922. Su gubernatura fue corta, pero polémica debido a sus enfrentamientos con el clero, los terratenientes y otros sectores de la sociedad que se oponían a sus políticas de restitución de tierra a los campesinos pobres y sus ataques a instituciones religiosas. La quejas sobre el gobierno de Múgica por parte de diversos grupos de terratenientes obligaron al gobierno obregonista a presionarlo para que dimitiera, lo que finalmente pasaría después de múltiples enfrentamientos entre el gobierno estatal, junto con las ligas de campesinos y obreros que lo apoyaban y las sublevaciones militares contrarias a las políticas implementadas.

SECRETARIO DE ESTADO

El 1 de diciembre de 1934, al tomar posesión de la presidencia de la república, Lázaro Cárdenas designó a Múgica como Secretario de la Economía Nacional, siendo inmediatamente identificado como uno de los integrantes del gabinete netamente «cardenistas», frente a los «callistas» que ocupan importantes carteras en el mismo gabinete. Cárdenas se propuso establecer una distancia definitiva del «maximato«, mando que ejercía Plutarco Elías Calles sobre todos los presidentes desde que había dejado la presidencia en 1928, siendo Múgica un gran aliado de Cárdenas en ese proceso.

Finalmente, a mediados de junio de 1935, el problema derivó en una crisis. A partir de unas declaraciones antiobreras de Calles, los sindicatos cardenistas iniciaron fuertes protestas contra la figura del «‘Jefe Máximo» (Calles), que fueron inmediatamente aprovechadas para deshacerse de su influencia en el gobierno. Cárdenas pidió la renuncia de su gabinete en pleno, saliendo así todos los callistas, incluido el hijo de Calles, Rodolfo Elías Calles, quien era Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas; para sustituirlo, fue designado Múgica.

PRECANDIDATO A LA PRESIDENCIA

Francisco J. Múgica fue el sucesor natural de Cárdenas en la presidencia: firme izquierdista; creyente en las grandes reformas de Cárdenas (Reforma Agraria, Educación Socialista, Unidad Obrera, Nacionalización de la Industria); autor intelectual, o al menos el inspirador, de muchas de esas reformas. Su elección como sucesor, en fin, auguraba la continuidad de la política cardenista. Sin embargo, Múgica era mucho más radical que Cárdenas; quienes lo apoyaban lo veían como el gran consolidador de la obra social cardenista, mientras que sus opositores lo veían como un gran peligro que convertiría a México en una copia de la Unión Soviética.

Francisco J. Múgica renunció a la Secretaría de Comunicaciones para hacer su precampaña y para que no hubiera dudas de que no habría ningún tipo de desvío de recursos públicos a la misma.

Empezó una gira por el país, para entrar en contacto directo con obreros y campesinos Algunos dirigentes y caciques (como gobernadores y alcaldes) del PRM vieron esto como un peligro, por lo que fue obstaculizado en sus recorridos y saboteados sus partidarios. Múgica pidió una elección interna democrática y transparente para la libre selección del candidato, también propuso un debate abierto de programas entre los aspirantes, pero no fue escuchado.

Ante la sucesión presidencial de 1940, dos personajes de la derecha ganaban adeptos rumbo a las elecciones del año siguiente: Joaquín Amaro y Juan Andrew Almazán. Cárdenas comprendió entonces que la candidatura de Múgica no sería bien recibida por el país ni por el extranjero; pensó que se necesitaba una candidatura de centro, menos radical, que lograra unificar a la dividida población y, sobre todo, que le quitara banderas al opositor Almazán. Esto lo representaba la candidatura de Manuel Ávila Camacho, el secretario de la Defensa Nacional; Múgica no tuvo otra opción que retirar su precandidatura y sumarse a la de Ávila Camacho, con quien tuvo una relación remota.

GOBERNADOR DE BAJA CALIFORNIA SUR

Pasadas las elecciones, que con graves conflictos y un sonado fraude electoral consiguieron dar la victoria a Ávila Camacho sobre Almazán. El presidente Ávila Camacho le ofreció un puesto en su gabinete, pero el General Múgica lo rechazó, luego de que Ávila Camacho se dijera “creyente”. ​ Sin embargo, por su trayectoria y poder, tampoco podía ser dejado fuera del gobierno. La solución fue designarlo gobernador del territorio de Baja California Sur, una de las zonas más alejadas, subdesarrolladas y poco pobladas del país.

Ruptura con el PRI y últimos años

En 1951 fundó el Partido Constitucionalista Mexicano, junto con otros compañeros suyos que fueron constituyentes del 17, convencido de que era necesario reimpulsar el espíritu revolucionario ante las desviaciones de algunos gobiernos sucesores al cardenismo.

Apoyaron por ello la candidatura de Miguel Henríquez Guzmán (19529, en unas elecciones fraudulentas que perpetuaron al partido de estado en el poder.

En últimas fechas Múgica se dedicó a actividades privadas, asentándose en su finca cerca de Pátzcuaro. Falleció en la Ciudad de México a los 69 años, el 12 de abril de 1954. Destacado orador, comprometido con los más altos ideales revolucionarios, desde el reparto agrario, la educación laica y gratuita, la soberanía nacional, y las conquistas sociales a manos de obreros y campesinos, fue despedido por miles de mexicanos, que reconocieron el gran legado del general en la historia de México.

FINALMENTE, LOS LIBROS DICEN DE FRANCISCO J. MÚGICA

Idealista revolucionario que ejerció el periodismo de oposición en las postrimerías del régimen porfirista. Su nombre quedó grabado en letras de oro en la Cámara de Diputados, pues es difícil encontrar un ámbito fundamental del movimiento renovador de la sociedad mexicana en el cual no haya tenido una presencia y una participación relevante, en la teoría y en la práctica.

Francisco J. Múgica, el presidente que no tuvimos es el recuento de la vida de un político y militar mexicano que participó en la Revolución Mexicana, desde sus inicios hasta el auge de Lázaro Cárdenas, y que terminó su vida en la oposición izquierdista al nuevo régimen del PRI, al lado del general Miguel Henríquez.

Nada mejor, en una época donde prolifera la desmemoria histórica, que reivindicar a los héroes olvidados, a esos individuos de convicciones progresistas y actitudes incorruptibles que forjaron el México contemporáneo, pero quienes, debido a su espíritu crítico indomable, terminaron sus vidas en la oposición y enfrentados al régimen de gobierno que se gestó luego de la Revolución Mexicana.

Francisco J. Múgica (1884-1954), tal como lo revela el autor de esta biografía, dejó un legado histórico que merece ser conocido y reivindicado como ejemplo de una praxis política virtuosa: fincada en principios justicieros, sustentada en la probidad como funcionario y en la eficiente administración de los recursos públicos. Fueron numerosos los temas históricos en donde el general michoacano dejó una huella positiva y trascendente, por ejemplo: el carácter vanguardista y favorable a los derechos sociales que muestran los principales artículos de la Constitución mexicana de 1917, el generoso asilo otorgado a los republicanos españoles que huían de la guerra civil española y su contribución decisiva en la planeación y consecución de la expropiación petrolera de 1938.

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SILVIO MALDONADO BATUISTA

Silvio Maldonado Bautista. Dr. en Medicina por el IPN. Novelista. Director emérito del CIIDIR (Poner el nombre completo). Radica en Morelia, Michoacán.

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