Desde este febrero 2023, un extenso conjunto de comunidades anglicanas de África, Asia y Sudamérica han roto la comunión con Inglaterra por discrepancias doctrinales y éticas. Especialmente relacionadas con la homosexualidad.
Por: Rafael Manuel Tovar
(ZENIT Noticias / Londres).- Las iglesias anglicanas se unen en la comunión anglicana, que reúne a todas las diócesis del mundo. La Iglesia de Inglaterra, donde nació el anglicanismo y está el arzobispo de Canterbury como su primado, encabeza a todas las iglesias anglicanas del mundo, las cuales surgieron fuera de las islas británicas. Suman 98 millones de personas. Desde este febrero 2023, un extenso conjunto de iglesias en África, Asia y Sudamérica han roto esta comunión por discrepancias doctrinales y éticas.
Para valorar el alcance de la ruptura, notemos que la autoridad en las iglesias anglicanas o episcopalianas, como se denominan fuera de Inglaterra, reside en el obispo de cada comunidad y en el sínodo local, aunque colocan al primado de Inglaterra como primun inter pares (primero entre iguales). Cada iglesia se rige por las decisiones del sínodo en su diócesis, donde votan obispo, clero y laicos. La unidad de todos los anglicanos se ha quebrado porque algunas iglesias, que suman el 75% de los anglicanos fuera de Europa y Estados Unidos, según ANSA, han roto la conexión con Inglaterra.
¿Cuál ha sido el detonante de este cisma? La posición de Justin Welby, arzobispo de Canterbury, primado inglés, ha respaldado la decisión del Consejo Consultivo Anglicano, que apoyó la bendición a las uniones de parejas homosexuales, rito que le descalifica y quita la autoridad ante todas las comunidades anglicanas según los arzobispos de las iglesias firmantes de la separación. Las iglesias de Estados unidos y Escocia aceptaron la bendición propuesta, pues consideran que surgió de muchos estudios y análisis.
Otro problema se ha sumado: la puesta en duda del género referente a Dios. Las iglesias disidentes recuerdan que Dios es Padre, siguiendo los textos evangélicos, sobre todo el Padre Nuestro, así que estiman antibíblico y anticristiano poner en duda su masculinidad.
¿Han nacido estos conflictos porque la Iglesia Anglicana, sobre todo en el Reino Unido y Estados Unidos, acomoda la Palabra de Dios a las tendencias e ideologías actuales, en vez de mantener una línea de fidelidad al mensaje original de Jesucristo y los Apóstoles? Los 12 arzobispos firmantes de la separación insisten en que estas posiciones promovidas por Justin Welby son contrarias a la fe recibida de Dios y proclamada en las Escrituras.
Más allá de nombrar conservadora a una posición y a otra más progresista, el planetamiento profundo que muestra la ruptura es si la vida cristiana y su exigencia dependen de la votación de los participantes en un sínodo o del apego al mensaje y práctica cristianos, presentados por Jesús y transmitida por la Iglesia, es decir, de la autoridad que tienen la razón y las encuestas humanas sobre la fe apegada a la Palabra de Dios.