Sin talento ni imaginación política para anotarse un triunfo que cohesione en lugar de dividir, López Obrador apela a la diatriba, a la amenaza.
El gobierno va a cobrar cara su derrota en la Corte con el plan B para destruir la estructura del instituto electoral.
De tal magnitud ha sido el fracaso del Presidente en todos los órdenes, que la única carta que está en sus capacidades jugar es la cacería de brujas.
Sin talento ni imaginación política para anotarse un triunfo que cohesione en lugar de dividir, apela a la diatriba, a la amenaza.
En el final de su mandato, el Presidente va a desatar la persecución política a fin de matizar la evidencia de su espeluznante ineptitud.
Miedo sí puede infundir, y mucho, pues tiene el poder como pocos presidentes en México.
Necesita el terror para inhibir la crítica, dividir a la oposición y ganar las elecciones presidenciales con todo y Congreso.
El ministro Javier Laynez suspendió por tiempo indefinido el plan B, hasta que la Suprema Corte resuelva si las reformas son constitucionales o no.
Qué valentía del ministro.
Y qué orgullo es para México que en las circunstancias cruciales aparezcan las personas indicadas. La ministra Norma Piña, por ejemplo.
Los miembros de la Corte han preferido enfrentar la furia presidencial que abdicar de su responsabilidad con la nación.
La sociedad tendrá que defenderlos. Hacerles saber que no están solos.
Vendrá la venganza. Irán por el ministro Laynez, la ministra Norma Piña o quien sea de ellos para destruir su prestigio. De preferencia, encarcelar.
Lorenzo Córdova, presidente del INE, ve venir la persecución como inevitable, toda vez que ya fue amenazado con sanciones penales por recibir un finiquito que le confiere la ley.
Si no es por eso, ya encontrarán otro pretexto para intentar meterlo a la cárcel. Derrotó al gobierno, a este gobierno, y la va a pagar.
Al aparato oficial le urge encontrar culpables y distractores para enseñar cuán malos son “los adversarios” de la transformación nacional.
Córdova y Ciro Murayama se van la próxima semana y estarán bajo presión porque no se doblegaron.
“Un alto funcionario del Estado nos amenaza con el ejercicio de la acción penal, así que en el futuro no solamente me voy a dedicar a la academia, sino que mucho me temo que me voy a dedicar a defenderme de la persecución política que, lamentablemente, va a ser inevitable”, dijo el presidente del INE.
Eso ocurrió antes de que el ministro Laynez suspendiera el plan B, y previo a que Córdova viajara a Washington.
Con el freno a la contrarreforma electoral, al presidente del INE se le ha venido, potenciada, la furia del oficialismo encima.
La cabeza principal del diario que con mayor claridad refleja los apetitos vengativos del gobierno, apuntó el sábado que el Presidente acusaba a Lorenzo Córdova de “conspirar en Estados Unidos contra el pueblo de México, con dinero público”.
Exacto. Es el modo de operar de las grandes mafias. El jefe sólo tiene que señalar a sus enemigos, y hacia abajo se interpreta como una orden para que cada quien actúe según el rol que desempeñe en la organización criminal.
A diario afloran los fracasos que marcan la gran decepción.
Salvador García Soto publicó el sábado que el cerebro financiero del mayor fraude al erario cometido por algún gobierno, el de Segalmex en esta administración, fue “recomendado e impuesto en ese cargo” por Raquel Buenrostro.
De ser como lo señala el periodista de El Universal, basta recordar que Raquel Buenrostro fue la oficial mayor de la Secretaría de Hacienda, investida de plenos poderes, para centralizar en sus manos todas las compras del gobierno federal.
Iban a acabar con la corrupción, decían, pero dejaron a los enfermos sin medicinas mientras fraguaban una estafa sin precedentes.
El Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado se creó como un emblema de la nueva administración. En efecto, así será recordado, por las peores razones.
Es una cueva de Alí-Babá. Quitan directores y renuncian otros porque la corrupción sale hasta por las ventanas.
Su director general ejecutivo le cobraba 30 por ciento del sueldo a los empleados del instituto para dejarlos trabajar.
El mismo esquema de extorsión de los cárteles es el que opera en el “Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”.
Segalmex tiene un entramado delictivo más sofisticado.
Los cárteles criminales de México, Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, ya fueron declarados por Estados Unidos como amenazas globales. Aquí no.
Primero es perseguir y atizar el odio contra los integrantes de la Corte, legisladores, periodistas y organizaciones de la sociedad civil, que desmembrar a los cárteles.
Sangre y humo, mucho humo, es lo que viene.(El Financiero)