Esta invasión al comedor de los migrantes fue arbitraria y violenta. Golpearon a varias personas y dejaron un herido. Hay revisiones de los policías en los recitos de la catedral sin encontrar evidencias de delitos en las personas acogidas. Se llevan con malos tratos a la gente, incluso niños.
Por: Rafael Llanes
(ZENIT Noticias / Ciudad de México).- El periódico mexicano La Jornada informó que el Padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, población fronteriza con Estados Unidos, notificó la entrada de la policía pública municipal al espacio humanitario de la catedral local.
El ingreso de autoridades civiles en ese espacio religioso está prohibido, salvo que el Instituto Nacional de Migración emita un escrito con las razones del acceso. «En próximos días habrá un encuentro con las autoridades de seguridad. Hablaré con Juan Carlos Loera de la Rosa, el Delegado Estatal para los Programas de Desarrollo para abordar este tema», comentó el Padre Javier Calvillo, tras avisar de la denuncia.
Esta invasión al comedor de los migrantes fue arbitraria y violenta. Golpearon a varias personas y dejaron un herido. Hay revisiones de los policías en los recitos de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe sin encontrar evidencias de delitos en las personas acogidas. Se llevan con malos tratos a la gente, incluso niños.
«En mi caso, me quitaron dinero y no es la primera vez que ocurre. Nos meten miedo. Los policías dicen que no tenemos permiso para estar en la ciudad. Pedimos ante migración que nos den permiso para circular aquí y no nos lo dan. Si no les damos dinero, nos amenazan con denunciarnos ante migración», rebeló a Agencia EFE Carlos, un migrante de origen venezolano que trabaja en la catedral.
La Diócesis de Ciudad Juárez pidió al presidente municipal, Cruz Pérez Cuellar, que cuide a las personas con movilidad y se eviten estos hechos lamentables, como gesto humanitario de respeto y apoyo a los migrantes.
La iglesia local comprende que el flujo migratorio de 2.770,000 indocumentados, detenidos en la frontera con Estados Unidos durante 2022, crea situaciones extremas, aunque la caridad y la solidaridad deben prevalecer sobre las dificultades legales y logísticas que esta presión trae.