Las hemorragias nasales o epistaxis son procesos hemorrágicos o sangrados que tienen su origen en las fosas nasales o senos paranasales y que salen al exterior a través de los orificios nasales. Se trata de uno de los motivos más frecuente de consulta en los servicios de otorrinolaringología. Las fosas nasales presentan una rica vascularización con múltiples y pequeños vasos. En la mayoría de los casos, estas hemorragias ceden de forma espontánea o con maniobras de primeros auxilios muy sencillas. En caso de que la hemorragia sea persistente o abundante y no cese con los taponamientos, será preciso acudir a un servicio de urgencias para recibir asistencia médica o incluso el ingreso hospitalario.
Las hemorragias nasales más comunes son las que se producen en la parte anterior del tabique. El sangrado en la parte posterior de la cavidad nasal es menos común y a la vez más peligroso pues la sangre puede canalizar a través de la faringe. Por lo general, las epistaxis suelen ser benignas en las que el estado general del paciente no se ve comprometido y suceden de forma brusca, primero por una de las dos fosas nasales. Suelen ceder de forma rápida, bien de manera espontánea o bien por compresión. El 10% de las hemorragias nasales son graves bien debido a su abundancia o por su repetición.
Los niños suelen acudir a consulta por episodios recurrentes que pueden ser característicos de alergia o rinosinusitis y suelen presentar costras en la cavidad nasal. En adultos también pueden presentarse episodios recurrentes, siendo más vulnerables a sufrirlas aquellas personas que toman fármacos como los anticoagulantes, que tienen problemas de coagulación. Las mujeres embarazadas también son más propensas debido al aumento del flujo sanguíneo nasal como consecuencia de los cambios hormonales.
Causas de la hemorragia nasal
Los sangrados de nariz pueden deberse a múltiples causas y entre las más frecuentes se encuentran los microtraumatismos, debido a fuertes rascados, sobre todo en niños, y también a los cambios de presión que causan lesiones barotraumáticas. Por otro lado, cualquier manipulación de las fosas nasales puede provocar una hemorragia. Así, puede aparecer como consecuencia de una cirugía nasal: cirugía de cornetes, una cirugía endoscópica nasal, por la colocación de una sonda nasogástrica o tras una intubación nasotraqueal.
Pueden deberse también a las propias fracturas de los huesos propios nasales, del tabique, etc. Además, los traumatismos maxilofaciales también pueden causar hemorragia nasal por la rotura directa de los vasos sanguíneos de la nariz. Las hemorragias nasales unilaterales repetidas pueden ser un signo de tumores en las fosas nasales por lo que es la primera causa que debe descartarse en estos casos. Otros síntomas que pueden aparecer son obstrucción nasal, algias o déficits neurológicos.
Otras causas pueden ser las infecciones o inflamaciones de las fosas nasales de diverso origen, la introducción de cuerpos extraños, la sequedad nasal, como consecuencia de una rinitis seca, o por factores ambientales, así como deformaciones anatómicas.
En caso de no encontrar ninguna de las causas señaladas con anterioridad, el diagnóstico deberá ir encaminado a estudiar las posibles causas sistémicas como pueden ser las alteraciones de la hemostasia, la hipertensión arterial o las alteraciones hormonales.
Qué hacer si nos sangra la nariz
El tratamiento de la epistaxis o hemorragia de la nariz dependerá de la causa, localización y abundancia del sangrado. Si la hemorragia persiste o es abundante, es importante acudir lo antes posible a un servicio médico para ser atendido. En cualquier caso, lo primero que deberá hacer el paciente es realizar una compresión de la nariz, en la parte anterior del tabique con el índice y el pulgar durante al menos 5 minutos e inclinar la cabeza hacia delante. La aplicación de hielo puede ayudar en el proceso.
En caso de que la maniobra anterior no resulte efectiva, se realizará un taponamiento anterior, en la parte más externa de la cavidad nasal. Este taponamiento no debe mantenerse durante más de 72 horas y en ocasiones puede requerir tratamiento antibiótico para evitar infecciones en la mucosa. Se pueden aplicar diferentes materiales para realizarlo.
En caso de que la hemorragia sea en la parte posterior de la cavidad nasal se realizará un taponamiento posterior que requiere de anestesia adecuada ya que resulta doloroso y traumático. En ocasiones estas epistaxis pueden requerir cirugía para cauterizar el vaso sangrante.
El otorrinolaringólogo cirujano de cabeza y cuello valorará la necesidad de administrar determinados fármacos en función de la causa y localización de la hemorragia.