El sábado van a traer gente porque tienen los recursos del Estado para hacerlo. Pero llenar el Zócalo de acarreados no transforma en verdad una mentira.
En un alarde de capacidad de manipulación y de acarreo, el gobierno convocó a festejar “el rescate de la soberanía energética” con una gran marcha el próximo sábado.
Gente van a traer porque tienen los recursos del Estado para hacerlo. Pero llenar el Zócalo de acarreados no transforma en verdad una mentira.
Pemex es la peor empresa petrolera del mundo, a la que este gobierno le ha inyectado (al tercer trimestre de 2022) 809 mil 800 millones de pesos.
La Comisión Federal de Electricidad, que el gobierno recibió con utilidades netas por 49 mil 917 millones de pesos en 2018, el año pasado acumuló pérdidas por 39 mil 793 millones de pesos.
No repararon lo malo y descompusieron lo bueno.
¿Qué soberanía festejan?
¿La que tiene a Pemex quebrada con deudas que rebasan los 108 mil millones de dólares, y activos por 96 mil 700 millones de dólares?
Pemex es la única gran empresa petrolera en el mundo que pierde dinero. En este bimestre sumó ligeras utilidades, después de inyectarle 810 mil millones de pesos.
Es decir, el gobierno le ha metido a Pemex, por concepto de aportaciones patrimoniales, estímulos fiscales y otros apoyos, 3.7 veces más que los recursos ejercidos en todo el sexenio por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
Eso festejan, el derroche en pérdidas, y lo llaman “rescate de la soberanía”.
Como si Estados Unidos o Canadá, nuestros socios comerciales, fueran menos soberanos que México porque ahí invierten empresas privadas en la exploración y extracción de petróleo y en la generación de energía eléctrica.
Allá ganan dinero el gobierno y los privados con ese esquema.
Aquí pierde el gobierno y pierde el sector privado, porque gracias a Morena “rescatamos la soberanía energética”.
No hay tal rescate. Ni petrolero ni eléctrico.
Lo que hay son ruinas de una industria que en el resto del mundo es próspera, y en México podría generar riqueza para el país y la economía nacional.
Se equivocaron al congelar la reforma energética, porque su vocación es destruir.
El dinero que se le inyecta a Pemex se toma de lo que el gobierno deja de comprar en medicinas y vacunas, entre otros rubros.
Año por año del actual gobierno, señala una documentada nota de Héctor Usla, de EL FINANCIERO, el gobierno federal le inyectó a Pemex 177 mil 900 millones de pesos.
En 2020, 111 mil 300 millones de pesos.
En 2021, cuando no había dinero ni para comprar uniformes médicos adecuados para atender a pacientes con Covid, el gobierno destinó a Pemex 389 mil 700 millones de pesos.
Y hasta el tercer trimestre de 2022, inyectó 131 mil millones de pesos.
Se les fue de las manos el control de los estímulos y apoyos a Pemex, porque el Presupuesto de Egresos tenía contemplada la cifra total de 45 mil millones para todo el año 2022. Esto es, el monto de lo inyectado a Pemex fue superior en 140 por ciento a lo presupuestado.
Así sucede con la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, el aeropuerto en Santa Lucía.
No saben gobernar y nos quieren conmover de asombro con una marcha de cientos de miles de acarreados porque “se rescató la soberanía energética”.
El robo de combustible ha crecido 196.6 por ciento en el actual sexenio.
¿No que eso ocurría por la colusión corrupta de altos funcionarios con las mafias del huachicol?
A ver, ¿cuántos detenidos hay de este gobierno por el contubernio para robar combustible?
En Texas, las compañías eléctricas privadas venden a las empresas en 7.03 centavos el kilowatt hora, y ganan dinero.
Aquí, CFE vende el kilowatt hora a las empresas en 19.1 centavos, y pierde dinero.
¿Cuál soberanía energética rescataron?
¿Cuál es el motivo de su marcha?
Propaganda, demagogia, y exhibición de músculo –gracias al derroche de dinero público– para manipular gente.