El acto tuvo especial importancia porque era la primera vez que la Declaración del Consenso de Ginebra se destacaba en la ONU y era reconocida por los gobiernos desde que el texto de la declaración se archivó como documento oficial de la ONU.
Por: Rebecca Oas
(ZENIT Noticias – Center for Family and Human Rights / Nueva York,).- Hace una semana, los asistentes se agolparon en una sala de conferencias de la sede de la ONU para escuchar el testimonio de expertos sobre la importancia de mejorar la salud de la mujer sin promover el aborto. El acto tuvo lugar durante la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, mientras los delegados seguían debatiendo sobre un lenguaje controvertido -incluido el aborto- en negociaciones a puerta cerrada en las inmediaciones.
El acto, patrocinado por C-Fam, la editorial de Friday Fax, y el gobierno de Guatemala, celebró la Declaración del Consenso de Ginebra, firmada por más de 30 países, que afirma cuatro pilares: la importancia de la salud de la mujer, la familia y la soberanía nacional, y reitera que el aborto no es un derecho humano internacional.
La embajadora de Guatemala ante la ONU, Dña. Carla María Rodríguez Mancia, dijo a la asamblea que su gobierno acababa de celebrar el primer aniversario del día de la vida y la familia, cuando el país fue declarado capital provida de Iberoamérica.
Como cargo político del presidente Donald J. Trump, Valerie Huber, presidenta del Instituto para la Salud de la Mujer, desempeñó un papel directo en el establecimiento de la Declaración. Ella dijo: «Me gustaría recomendarnos a todos que pensemos de nuevo antes de poner la ideología por encima de la vida y la salud de las mujeres».
Otros panelistas compartieron sus perspectivas exclusivamente latinoamericanas sobre el movimiento provida. Neydy Casillas, Vicepresidenta de Asuntos Internacionales del Centro Global de Derechos Humanos, advirtió a la audiencia sobre cómo los tribunales activistas y los organismos internacionales de la Organización de Estados Americanos están presionando a los países de la región para que liberalicen sus leyes sobre el aborto, a pesar de la falta de base legal para hacerlo. «Las mujeres en Latinoamérica necesitan empleo, necesitan acceso a la educación, necesitan salud en general», dijo Casillas. «Necesitan medios para superar la pobreza. Necesitan seguridad». Mientras tanto, se está utilizando el sistema interamericano de derechos humanos para presionar a los países para que liberalicen sus leyes sobre el aborto. «Lo hacen saltándose el poder legislativo».
Ligia Briz, de la Asociación La Familia Importa (AFI), habló de los éxitos del movimiento provida en Guatemala, tanto en lo que se refiere a leyes y políticas como a la ayuda a mujeres que afrontan embarazos en crisis con atención y apoyo. «Guatemala es un país provida y profamilia, no sólo por su ley sino que nuestro ADN es así», dijo Briz. «Se puede ver cómo respetamos a las mujeres embarazadas, a los niños no nacidos, a la familia y las tradiciones familiares».
Ellen Foell, J.D., Coordinadora del Programa Internacional de Heartbeat International, habló del tremendo impacto de llegar a las mujeres en crisis con apoyo emocional y práctico. Heartbeat es la mayor red mundial de organizaciones de defensa de la vida, que atiende a mujeres embarazadas, madres, huérfanos y mujeres que han sufrido abortos de los que se arrepintieron en el pasado.
«Podemos estar de acuerdo en esta sala en que ninguna mujer debe sentirse tan sola que se sienta presionada para abortar a su hijo», dijo Foell. «Ninguna mujer debe sentirse sin recursos ni ayuda material, ni se le debe hacer sentir que tiene que elegir entre llevar a término su embarazo y sacrificar su educación, una carrera o su futuro».
El acto tuvo especial importancia porque era la primera vez que la Declaración del Consenso de Ginebra se destacaba en la ONU y era reconocida por los gobiernos desde que el texto de la declaración se archivó como documento oficial de la ONU.