Kinza Sindhu, de tan sólo 14 años, fue secuestrada en su casa de Lahore por cinco hombres el 19 de septiembre de 2022. El Movimiento por la Solidaridad y la Paz calculó que hasta 1.000 jóvenes cristianas e hindúes, de entre 12 y 25 años, son secuestradas y obligadas a convertirse al islam cada año.
(ZENIT Noticias / Lahore).- Una niña católica de Pakistán, que fue violada y obligada a convertirse por su secuestrador, ha hablado sobre su terrible experiencia.
Kinza Sindhu, de tan sólo 14 años, fue secuestrada en su casa de Lahore por cinco hombres el 19 de septiembre de 2022. Hablando a través de un intérprete, la señorita Sindu contó su secuestro a la organización caritativa católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). Dijo: «Mis padres, que son cocineros, estaban trabajando. Mi hermana mayor estaba en la cocina cuando oí que llamaban a la puerta sobre las 12 de la noche. Cuando abrí la puerta, los hombres armados me sacaron y me metieron en una furgoneta. Reconocí a dos de ellos, pero el resto eran desconocidos”, refiere.
Y añade: «Uno de ellos me hizo tomar un sedante y quedé inconsciente. Más tarde, uno de los jóvenes que conocía me violó a punta de pistola, en un lugar desconocido».
A la Srta. Sindu la presionaron para que se convirtiera al Islam y se casara con su violador, pero ella se negó a cooperar.
Relató su aterradora experiencia en su lengua materna, el urdu: «Al día siguiente, el tipo que me violó trajo a un hombre con barba para registrar el nikah [matrimonio musulmán]. Les dije que era cristiana y me negué a repetir los versículos árabes. Me dijeron que escuchara en silencio. Me hicieron firmar un papel blanco y me tomaron las huellas dactilares. También grabaron vídeos de la ceremonia en un teléfono».
Contó a AIN que sobrevivió rezando en silencio durante todo su calvario. Su familia consiguió asistencia jurídica y presentó una demanda ante los tribunales de Lahore para recuperar a su hija.
La Srta. Sindu dijo: «Mis padres habían presentado una denuncia en la comisaría local por mi secuestro. Mi secuestrador presentó el nikahnama [contrato de matrimonio islámico] en la misma comisaría, declarando que me había hecho musulmana. Pero en el Tribunal Superior de Lahore negué haberme convertido al islam. El juez me permitió reunirme con mi familia tras la segunda vista».
El 22 de octubre de 2022 pudo por fin regresar a casa, pero ni ella ni sus padres están fuera de peligro.
La señorita Sindu declaró a la ACN: «Estoy preocupada por mi familia, que sigue recibiendo llamadas amenazadoras desde números desconocidos. Las personas que llaman les instan a que me devuelvan o me golpearán después de desnudarme. Están planeando mudarse a otro barrio. Me preocupan».
Pero la señorita Sindu está agradecida por haber escapado a su cautiverio. Dice: «Ahora estoy de vuelta en casa. Siento que estoy más cerca de Dios. Había perdido toda esperanza. Fue Dios quien envió ayuda en forma de abogados que lucharon en el caso y me trajeron de vuelta».
El Movimiento por la Solidaridad y la Paz calculó que hasta 1.000 jóvenes cristianas e hindúes, de entre 12 y 25 años, son secuestradas y obligadas a convertirse al islam cada año.