Los plaguicidas son componentes sustanciales de la agricultura industrial, omnipresentes tanto en el tradicional ecuaro de maíz como en la más sofisticada huerta de aguacate o fresa. Se aplican en el control de la mancha del sol en aguacate (Avocado Sunblotch, ASBVd), del dragón amarillo (Huanglongbing, HLB) en los cítricos, el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) en el maíz, y en todos los cultivos. Estos biocidas se usan en la preparación del suelo (Carbofuran, Metam Sodio), la “cura” de semilla (Tiofanato metilico; ácido sulfúrico), el desarrollo de las plantas y/o en la protección de los granos, frutas, flores y hortalizas en las bodegas y en todos los mercados.
La exposición laboral directa que experimentan los trabajadores agrícolas se extiende en el espacio y el tiempo por el acarreo de partículas a través del aire pues viven –generalmente- en la proximidad de las parcelas- en viviendas sin protección y son usuarios –consumidores de agua tratada con Temefos (organofosforado, anti larvas de Aedes Aegypti) aplicado en los contenedores del líquido vital; duermen semi intoxicados con Piretroides, Piretrinas, Aletrinas, Butilhidroxitolueno, Butóxido de piperonilo de uso común como repelentes de mosquitos y usan otros compuestos para controlar ácaros y roedores (Azufre, Fosfuro de zinc metílico, Warfarina); asean el pelo con jabón que contiene Lindano (estuvo en el cuadro básico del ISSSTE) para combatir piojos (Pediculus humanus capitis); tal vez adquieran Paratión (“polvo para los chochos”) en una tienda de abarrotes para controlar cucarachas y hormigas porque el precio de MaxForte (Imidacloprid 30 gr, 2.15%) lo aleja de las familias de bajos recursos económicos.
Si bien, los plaguicidas son sustancias que nos acompañan en la cocina, recámara, hospitales, autobuses y parcelas, es posible que su volumen y frecuencia de aplicación son los mayores en la agricultura. El deterioro en las redes tróficas cuya interconexión -mediante relaciones de alimentación- propicia el descontrol de “enemigos naturales” de organismos plaga y contribuye a la bioacumulación de metabolitos con consecuencias lamentables para otros seres vivos, incluyendo a los seres humanos.
Entre los efectos más conocidos de los plaguicidas en la salud humana identificamos las intoxicaciones agudas (dolor de cabeza, náuseas, insuficiencia respiratoria), los efectos crónicos (cáncer, disminución de la cantidad basal de espermatozoides), alteraciones metabólicas y probable inducción a diabetes mellitus. De igual modo se han documentado alteraciones ambientales (conversión de organismos en plagas), disminución de aves e impactos en los polinizadores.
Por fortuna la investigación continúa, se ensayan sustancias y mecanismos para no depender sólo de los plaguicidas químicos aunque también crece la presión de la gran industria transnacional que ofrece estos insumos como un mal necesario. Hoy día, la combinación de medidas prácticas, plaguicidas químicos y sustancias derivadas de elementos bióticos, constituyen un “cuadro integral” para controlar la neopestalotiopsis en fresas.
El lunes 24 de abril, en coordinación con el Comité del Sistema Producto Fresa, vamos a presentar un libro que trata de posibles efectos en la salud humana y tiene como foco de atención a trabajadores y productores agrícolas de Cojumatlán de Regules. El punto central son las alteraciones de los micro núcleos de las células y la conveniencia de modificar los niveles de exposición y cambiar los hábitos alimentos así como eliminar agentes coadyuvantes como el tabaco y el alcohol.
Si bien no es posible probar la conexión causal directa y única de los plaguicidas en la incidencia de cáncer, hay sospechas fundadas de ese vínculo. Y los estudios de alteraciones de los micro núcleos de las células aportan elementos para sustentar acciones preventivas, sobre todo en personas expuestas laboral y ambientalmente.
El libro en mención es Plaguicidas y Salud en Cojumatlán de Régules, Michoacán, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM-Instituto de Ciencias de la Atmósfera) y fue coordinado por las doctoras Antonieta Ochoa Ocaña y Sandra Gómez Arroyo. En especial se hará énfasis en las Alteraciones micro celulares en población expuesta a plaguicidas agrícolas. La doctora Gómez Arroyo tiene una larga Carrera estudiando plaguicidas organoclorados, pero no nos acompañará este lunes 24 de abril en El Colegio de Michoacán.
La doctora María Antonieta Ochoa Ocaña (antropóloga, UNAM), es profesora investigadora de la UNAM – Unidad Académica Regional de Jiquilpan y docente en UNIVA. Sus líneas de investigación son: Salud ambiental y nutrición humana y salud.
De su proyecto de investigación reciente, titulado “Obesidad y Diabetes Mellitus asociadas a la presencia de residuos de compuestos organoclorados en población adulta de la Ciénega de Chapala, Michoacán. Una perspectiva bio social”, se presentan algunos hallazgos referidos a Cojumatlán, Michoacán como son los siguientes:
a). Los valores de micro núcleos y binúcleos, examinados en sangre periférica, son más altos en población expuesta a plaguicidas agrícolas (jornaleros de Cojumatlán) que en empleados del comercio (Sahuayo);
b). Diferencias significativas en valores de micro núcleos, estudiados en mucosa oral. La población expuesta a plaguicidas agrícolas presenta mayor daño cromosómico y muerte celular;
c) El examen de la longitud de la “cauda del cometa” muestra un mayor nivel de daño en población expuesta que la población testigo. Además, las mujeres expuestas observaron más rompimientos de ADN que los hombres.
d). La conexión entre disruptores endocrinos (órgano clorados) y la diabetes mellitus es fuerte.
La investigación desarrollada en Cojumatlán puede ser sugerente para Zamora y su region, reconociendo -de antemano- que cada zona agrícola tiene sus particularidades y que no necesariamente lo que sucede en la ribera de Chapala también ocurre aquí.
Les esperamos el lunes 24 de abril de 2023 de 10:00 a 12:00 horas, en el salón “C” de usos múltiples de El Colegio de Michoacán y ofrecemos copia gratuita del libro electrónico que pueden solicitar en esta dirección: seefoo@colmich.edu.mx.
Zamora, Michoacán, abril 21 de 2023