Por el año de 1967, varios profesionistas de nuestra ciudad unieron esfuerzos para ofertar orientación vocacional a alumnos de secundaria que así lo requirieran.
El Dr. Trino Asencio y su esposa, Elenita Ibáñez; el sacerdote salesiano Jesús de la Rosa; El Dr. Gonzalo Torres Oceguera; el padre Isaías Álvarez y el Lic. José García Arévalo, fueron quienes otorgaban su tiempo y esfuerzo en función de orientar lo mejor posible a los alumnos para escoger una carrera que fuera la adecuada de acuerdo a las habilidades y destrezas de cada uno de los alumnos.
El Dr. Gonzalo Torres Oceguera y la doctora Elenita Ibáñez ya practicaban la psicología como una medida de moldear las conductas de algunos compañeros que, para decirlo en el argot suave, eran unos “tarambanas”.
Fueron tiempos en los que las medidas hogareñas y de disciplina escolar permitían “llamar la atención” de forma que hoy, la psicología formal condena unánimemente. Sin embargo, muchos de aquellos moldearon su conducta y se convirtieron en “hombres de bien” y se integraron al modelo social imperante.
Unos años después los estudios conductuales se profesionalizaron y de manera meticulosa, las universidades del país ofrecieron la carrera de psicología para resolver en gran medida las disrupciones conductuales que, con el paso de los años, se fueron volviendo algo cotidiano.
Más de medio siglo después de la iniciativa de aquellos zamoranos, el estado a través de la Secretaría de Salud del gobierno de Michoacán, implementa la atención de la salud mental de miles de pacientes que, por los modelos de vida, nos sentimos atosigados por la vorágine de los tiempos que estamos viviendo; por la exposición a un modelo de vida que nos rebasó a todos y nos amenaza con explosiones de cambios conductuales.
El lugar asignado por las autoridades estatales es en el lugar que estaba el antiguo Centro de Salud. Su apertura vendrá a solucionar muchos problemas que hoy padecemos. Niños, jóvenes y adultos requerimos de atención profesional que nos ayude a convivir de la mejor manera posible en una sociedad lacerada.
Bienvenido sea el Centro de Salud Mental.
