Místicos católicos

La (polémica) mística Marguerite

Para hablar de Marguerite Porrete o Margarita Porete hay que remitirse mayormente a los archivos del juicio que la inquisición llevó a cabo y que determinó en 1310 su pena a morir en la hoguera. Su anonimato perduró durante más de seis siglos, hasta que en 1946 se la reconoció como autora del libro El espejo de las almas simples.

En la edad media hubo muchas mujeres místicas que profesaban la misma idea de amor a Dios que Marguerite. Ella reivindicaba un contacto místico directo con Dios, sin necesidad de contar con el clero. Esto, sin dudas, fue la base de la que partieron quienes la enjuiciaron por herejía. Las autoridades de la iglesia habían advertido a Porrette de que consideraban herética su obra, que ya había sido quemada públicamente en Valenciennes. “Uno de los tabúes rotos por Porrette era haber escrito su libro no en latín, sino en la lengua vernácula que era el francés antiguo”. Le ordenaron dejar de difundir su doctrina y su libro, y al no acatar las órdenes fue finalmente detenida por el inquisidor local por herejía.

El jefe de la acusación fue el dominico Guillermo de París, entonces Gran Inquisidor de Francia, asistido por el franciscano Nicolás de Lira y por un gran número de clérigos, universitarios y juristas. Marguerite se negó a abjurar de sus ideas, a retirar su libro e incluso a prestar el juramento requerido para proceder por el inquisidor, que la trató de «pseudo mujer». Finalmente, tres obispos teólogos la declararon culpable de herejía y fue quemada viva ante una multitud impresionada por su serenidad ante el suplicio.

El título completo de su libro es, Le mirouer des simples ames anientis et qui seulement demourent en vouloir et desir d’amour y contiene en sí lo esencial del pensamiento de Marguerite. Fue escrito en francés antiguo picardo, se tradujo al latín y otros idiomas por lo que logró una amplia difusión. El tipo de escritura es la prueba del nivel de educación y sofisticación intelectual de Marguerite.

Pablo García Acosta, señala en su libro Poética de la visibilidad del Mirouer des simples ames que “Porete defiende en definitiva que el alma debe dejarlo todo, incluso la razón. El ‘alma aniquilada’ es aquella que lo ha abandonado todo excepto a Dios». Una de las características esenciales del libro es su finalidad eminentemente práctica: «Marguerite pretende enseñar doctrinas para conseguir esta ‘simplificación’ de la que se ha hablado, por ejemplo, a través de imágenes”.

Marguerite dedicó su vida a escribir sobre el amor totalmente desinteresado hacia Dios, en tener un diálogo directo con Dios y en una exaltación de su amor sin condiciones. Sus palabras la llevarían primero a la excomunión y más tarde a la muerte.

¿Es el hombre quien debe imponer al hombre cómo y bajo qué condiciones amar a Dios? o ¿es la libertad individual la que decide? Marguerite encontró una respuesta, quizá nuestros lectores encuentren otra. Es en la posibilidad de decidir, donde radica lo más importante del mensaje de Marguerite.

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Colegio Fray Jacobo Daciano