Lo reveló el prefecto del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida de la Santa Sede. El documento se prepara por deseo del Papa.
(ZENIT Noticias / Roma).- El pasado 22 de abril el Papa recibió en audiencia privada en el Vaticano a los participantes en la Asamblea Plenaria del Dicasterio de Laicos, Familia y Vida que preside el cardenal Kevin Farrell.
Antes de que el Papa tomara la palabra, el cardenal Farrell dirigió un saludo al Papa a nombre de los presentes. Fue gracias a ese saludo que se ha podido conocer que el Vaticano, a través del Dicasterio presidido por el cardenal estadounidense, prepara un documento sobre divorciados vueltos a casar civilmente.
«Santo Padre» –inició saludando el cardenal Farrel– «en nombre de todo el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, reunido estos días en su segunda Asamblea Plenaria, deseo expresarle nuestra más profunda gratitud por el don de esta Audiencia que nos ha concedido, junto con nuestros mejores deseos con ocasión del 50 aniversario de su profesión religiosa. Los Miembros y Consultores aquí presentes son los portavoces, en el seno de la Iglesia universal, de las experiencias, preocupaciones y esperanzas de los fieles laicos, de los jóvenes y de las familias de todos los continentes».
A continuación dijo Farrell: «“Laicos y ministerialidad en la Iglesia sinodal”: éste fue el tema de nuestra Asamblea. Hemos tratado de comprender -según el método del discernimiento espiritual- cuál es la mejor manera de promover la disponibilidad para el servicio, que brota de los múltiples dones y carismas que el Espíritu Santo suscita en el Pueblo de Dios y que dan origen a los diversos ministerios, en beneficio de las mujeres y de los hombres de nuestro tiempo».
Y agregó: «En particular, nos hemos visto confrontados con los desafíos que plantean las crisis matrimoniales de todo tipo, que conllevan el consiguiente cortocircuito en la transmisión de la fe: hoy es más urgente que nunca la necesidad de una ministerialidad específica, de una auténtica cercanía y testimonio por parte de los matrimonios al servicio de las familias, de la atención pastoral a quienes atraviesan crisis y problemas de todo tipo».
Y aludiendo al tema central de esta noticia, el prefecto del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida mencionó: «Estamos todavía en una fase incipiente, pero ya podemos ver los frutos que pueden nacer de esta reflexión, que se sitúa en el centro del camino sinodal que implica a la Iglesia en todos los continentes. En este frente, el Dicasterio trabaja también en la preparación de un texto que se referirá específicamente –como usted deseaba, Santidad– a los hombres y mujeres que, habiendo experimentado una ruptura matrimonial, viven en nuevas uniones».
Farrel concluyó su discurso diciendo que «La ministerialidad de los fieles laicos, en sus múltiples formas, puede verdaderamente enriquecer y aportar nuevas energías a la pastoral ordinaria de la Iglesia y a su misión orientada al mundo entero».
Dado que se sugiere un tipo de ministerio para acompañar a divorciados vueltos a casar, el Papa contestó que los ministerios instituidos no agotan la ministerialidad de la Iglesia. Y puntualizó: «los pastores pueden confiar a los laicos algunas funciones de sustitución, es decir, servicios temporales, como sucede, por ejemplo, con la proclamación de la Palabra o la distribución de la Eucaristía». Más adelante citando el n. 23 de un documento pontificio precedente, recordó que «En Christi fideles laici se afirma que hay ministerios que tienen su fundamento sacramental en el Matrimonio y no sólo en el Bautismo y la Confirmación».
El Pontífice explicó, en general, el ministerio de los laicos e hizo una advertencia: «A veces se ven laicos que parecen sacerdotes fracasados».