J. LUIS SEEFOÓ LUJÁN //¡Sí, CISAME! 

Debo reconocer que el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, resistió las fuertes presiones del clero inmobiliario y marcó  un paso en la defensa del patrimonio social  y en el impulso a la política pública de salud al  inaugurar -el día 3 de mayo- el Centro Integral de Salud Mental (CISAME) que funcionará en las instalaciones del Centro de Salud  “Dr. Miguel López Mena” conocido como “Niños Héroes”. 

El reto ahora es que, efectivamente, el CISAME cumpla con los servicios que soñamos porque, como lo comentamos en otros espacios: “nos hemos ganado  malas caras -y quizá la excomunión- defendiendo al Centro de Salud Mental y sería frustrante, pero posible, que  resultara chapulín”.  

Líneas adelante despliego dudas que surgen del desface entre las aspiraciones de la población y los proyectos gubernamentales. Seguro que existe una enorme fractura entre lo que queremos (y a lo que estamos dispuestos a dar como compromiso social) y lo que la Secretaría de Salud puede (y quiere) atender en materia de salud emocional, psicológica, mental. 

Esta entrega titulada ¡Sí, CISAME! se compone de dos partes:  Bedolla “aguantó vara” y Retos en Salud Mental. 

Bedolla “aguantó vara” 

Nada fácil. Al interior del Centro de Salud siempre se mantuvo viva la exigencia de defender el patrimonio social frente a los embates del clero inmobiliario, aunque médicos, enfermeras y  empleados administrativos vivían una situación complicada al expresar su inconformidad contra la demolición del edificio sin tener apoyo de la jefatura de la Jurisdicción Sanitaria 02, menos de la Secretaría de Salud a nivel estatal. Algo extraño pero real: el personal que hablaba o actuaba a favor de conservar y mejorar las instalaciones del Centro no gozaba de las simpatías de sus superiores a nivel regional ni estatal. 

Del lado del capital inmobiliario, Raúl Ventura Navarro (Asociación Pro Santuario) siempre  ha contado con todo el respaldo de  Javier Navarro, obispo de esta Diócesis y han dispuesto de programas radiofónicos y con medios de comunicación digital que gozan de buena coordinación con la alcaldía local. Misas, rosarios en bodas y quinceañeras constituyeron auditorios para difundir el discurso mercantil-turístico adornado de la espiritualidad religiosa. 

En situaciones críticas, médicos -como Mariano en su tiempo, Irene enseguida-, enfermeras y trabajadoras sociales intentaron evitar su reubicación a las instalaciones de Galeana al percatarse del alto riesgo de derribo que se favorecía dejar el edificio de Niños. Con  las máquinas de contratadas para excavar y construir el estacionamiento para la iglesia en el predio de la Casa de la Cultura, era todo un riesgo dejar, físicamente, las instalaciones. 

Supongo que Bedolla -con los buenos oficios de Carlos Soto Delgado, alcalde- logró acuerdos con el alto clero para avanzar en la rehabilitación el edificio y en la capacitación de psicólogos, médicos, personal administrativo y de intendencia para echar a andar el CISAME. En esa zona de interface debe haberse “tejido fino y con cuidado” para evitar que la meditación clerical se desbordara en acciones contra el Centro de Salud Mental. Supongo que ese umbral de la negociación, Carlos Soto jugó un papel relevante para lograr acuerdos con el alto clero. 

La campaña de prensa, las cartas del obispo, la convocatoria a orar, la propaganda que acompañó a la procesión del silencio, la orquestada protesta de vecinos “que no querían un manicomio” y la presión comercial por aprovechar el efecto multiplicar del turismo religioso, constituían (constituyen) una fuerza en contra de que el Centro de Salud Mental funcione en esas instalaciones. Es creíble también que en torno al santuario estén en curso interesantes cambios de dominio de las propiedades y que la dinámica del precio por metro cuadrado de suelo se modifique mucho por los negocios y menos por las almas salvadas camino al cielo. 

De otra parte, un “vario pinto” de periodistas, pensionados, amas de casa, estudiantes, abogados médicos, arquitectos y   profesores apoyaron al personal del Centro de Salud en defensa de la salud pública y el patrimonio social. La mayoría son católicos, alguno es un poco ateo. Sí, de esos no creyentes que cuando les duele algo dice: “Ay, Dios”! 

En los medios anoto a aquellos que han dado voz a la causa de la Salud Mental: Contra Corriente (Teresita), Viviendo Mi Ciudad (Sam), MegaNoticias (Faby), Portal (Jesús Chonguero), Punto por Punto (Isabel), Mundo Zamorano (Quique), El Pregonero de Zamora (Covarrubias), Semanario Guía (Padre Sahagún), Revista Búsqueda Michoacán (Resillas), Denuncia Ciudadana y, en las últimas semanas, El Blasón. 

Bedolla no se confrontó en público, tal vez tampoco en privado, con los negocios eclesiales, pero el CISAME está ahí y se mantiene en pie el edificio que combina formas cuadrangulares con circulares (arcos de la fachada y salón elipsoidal) del art decó de los años sesenta. Bedolla “aguantó vara” 

Retos  en  Salud Mental 

El objetivo general escrito en la justificación del CISAME es “ofrecer a la comunidad un modelo de intervención temprana contra las adicciones, que contemple desde la prevención del consumo de sustancias psicoactivas y la promoción de la salud mental, hasta el tratamiento breve; ambulatorio, accesible y de calidad” (SS-Gob. Michoacán, CISAME, 2022, p. 5). 

Llama la atención que el documento no haga valoración alguna de los servicios prestados por el Centro de Integración Juvenil y que sea superficial la referencia a los llamados “anexos” (centros de tratamiento de adiciones dispersos en todo Zamora y su región). Reitero, se trata de ofrecer un modelo de intervención y tal propósito induce a preguntar: ¿Qué opinión se tiene de los CIJs? Y, ¿Por qué tan escasa inversión en esos centros? 

De igual modo, no son aludidas las variadas y complejas afecciones emocionales y mentales que existen y han existido aún antes del Covid19 y antes de que la violencia se “saliera de las manos del gobierno”. 

¿No merecen siquiera un comentario los esfuerzos que realizan grupos religiosos y laicos para acompañar a las familias de desaparecidos? De las terapias que promueve Carytas,¿hacemos como que no existen? 

Enseguida anota los  objetivos específicos que apunta la Justificación del CISAME: 1).Detectar y atender en forma temprana  problemas de salud mental y por consumo de sustancias; 2).Dar seguimiento a los trastornos mentales y por consumo de sustancias en la comunidad; 3).Coordinar  con la red de hospitales y centros de salud para adecuada atención y seguimiento de padecientes de problemas de salud mental y adicciones con perspectiva de género, respeto a derechos humanos, interculturalidad y diversidad sexual; 4). Atender los determinantes asociados al consumo de sustancias en la comunidad; 5). Disminuir la prevalencia del abuso y dependencia de sustancias a través de actividades preventivas; 6). Identificar en forma temprana a jóvenes susceptibles o vulnerables para el desarrollo de trastornos mentales o por consumo de sustancias; 7). Intervenir tempranamente para su atención a fin de que no desarrollen la enfermedad; 8).Diagnosticar en áreas biopsicosociales a quienes padezcan la enfermedad; 9). Detener el desarrollo de la enfermedad en fases tempranas; 10). Brindar el apoyo necesario a las familias de pacientes con consumo experimental, abuso o dependencia. 

Cada uno es fascinante y estimula preguntas: cuando el objetivo 3 habla de la red de hospitales, ¿Existe tal red   con posibilidades de apoyar en situaciones de salud mental? Es así o es algo que “un día” se establecerá?  El número 4 es maravilloso: Atender los determinantes asociados al consumo de sustancias en la comunidad. La interrogante es: ¿Podrá el CISAME llevar a a cabo tal misión? 

Como interesado en la política de salud pública tendría que lograr que la autoridad facilitara el proyecto del CISAME. Supongo que es un material público, que no es una especie de “espacio estratégico” y que es accesible a la población. 

¿Cuáles son los rasgos básicos de las adicciones, las condiciones del suicidio, los padecimientos ordinariamente tratados (ansiedad, depresión, angustia, esquizofrenia, etc.) en los servicios públicos y privados? 

No dudo, ni tantito, que los mismos individuos que han objetado al CISAME “por los peligros de un  “manicomio tan cerca de nuestros negocios y viviendas” sean los mismos que requieran de un tratamiento en asilo (encerrados) y/u otros le pondrán más de un “cuatro” a los profesionales de este centro gubernamental para generar conflictos. 

Zamora, Michoacán, mayo 6 de2023 

jlseefoo@hotmail.com 

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JOSÉ LUIS SEEFOÓ LUJÁN

Dr. José Luis Seefoó Luján. Investigador en el Colegio de Michoacán. Normalista rural en los años sesenta, realizó estudios de economía en la Universidad Autónoma de Nayarit.

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