JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO // Don Bernardo González Gallegos, un práctico farmacéutico de nuestra ciudad.

          Bernardo González Gallegos nació en la hacienda de Dávalos (el Llano), el 15 de junio de 1904, de familia numerosa como era común en aquellos tiempos, fueron 11 hermanos en total; asistió a la escuela de la hacienda, la que fue atendida por la compañía de Jesus –Jesuitas-, al igual que sus hermanos, donde aprendió las primeras letras.

          Su hermano mayor, José Dolores, por instancia de los jesuitas, tuvo la fortuna de estudiar medicina en Barcelona, España, de donde regresó para instalarse en Ciudad Madero, Tamaulipas. Hasta allá se desplazó don Bernardo, quien contaba ya con 23 años y el deseo enorme de aprender medicina.

          Seis años duró el aprendizaje de don Bernardo con su hermano José Dolores, de 1927 a 1933; de donde regresó a Zamora en el año de 1934. En busca de poner en práctica los conocimientos adquiridos, compra la propiedad donde hasta el día de hoy se encuentra la Farmacia “Central”, en la esquina de Guerrero con Aldama.     

Ahí funda su farmacia “La Samaritana” e inicia la fabricación de fórmulas para curar a una clientela que vivía de y para la agricultura, pronto su fama de buen boticario se corre en la región. Ello le obliga a certificarse como “práctico autorizado en farmacia” en la ciudad de Morelia, dicho título se le otorga el 13 de febrero de 1936.

Título de práctico autorizado en farmacias a Bernardo González-arreglada

          En el Zamora de aquellos años existían las boticas del refugio de don Salvador García Méndez; la de la señorita Clotilde Herrera que se llamaba “Del Carmen”; la de las hermanas del obispo Mena, a un lado del palacio municipal y algunas otras que ya estaban en ciernes, como la de “La Providencia” de Indalecio Haro.

          Fueron los tiempos en que la promoción de pastillas, jarabes, tónicos y pomadas se hacían con versos, por ejemplo, la de las famosas pastillas de tejocote de que tanto nos hablaron nuestros padres y abuelos, se publicitaban con el verso aquel de don Luis Murguía Guillén, “El Marqués del Valle”.

La gripa viene a raudales

Y se quitan estos males

Con mentol y tejocotes.

            Fueron también los tiempos del famoso Dr. Vaca, al que concurrían la mayoría de zamoranos por ser acertado en sus diagnósticos y medicamentos; pues este doctor le solicitó a don Bernardo autorización para, en su farmacia, atender a sus pacientes, por lo que también se conoció a “La Samaritana” como la farmacia del doctor Vaca y de don Bernardito.

          En 1947 don Bernardo se casó con la señora Bertha Godínez Peña, el día 15 de octubre, con quien procrearon a 11 hijos, igualando la cifra de la familia de la que provenía don Bernardo.

          En su tiempo libre don Bernardo estudiaba y realizaba prácticas con sales y emulsiones de donde surgieron vinos medicinales; tónicos vitamínicos; obleas; jarabes; polvos; cremas; lociones; ungüentos y pomadas.

          Los nombres de sus productos eran también del regocijo popular: “Vino del Arcángel San Gabriel”; “Vino La Sultana”, entre otros nombres y denominaciones de los productos por él fabricados.

          Don Bernardo falleció el 23 de marzo de 1986 y con él toda una tradición de la medicina en nuestra ciudad; hoy, su hijo Jorge Alejandro se hace cargo de la Farmacia “Central”, la que está por cumplir 89 años.

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JESÚS ÁLVAREZ DEL TORO

Jesús Alvarez del Toro, licenciado en Historia. Director del Museo de Zamora, Cronista de la ciudad de Zamora.

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