La decisión del Congreso peruano es una respuesta con tinte político, al considerar que López Obrador tiene una actitud injerencista respecto a su país, dijo la experta
La declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador como persona non grata por el Congreso de Perú es un hecho inédito resultado de una postura injerencista, que refleja el deterioro de la política exterior del país, consideraron especialistas en temas internacionales. La internacionalista Arlene Ramírez Uresti explicó que la declaración de persona non grata implica que el Titular del Ejecutivo no pueda asistir a ningún evento o acto de gobierno en Perú. Además, impediría la firma de cualquier instrumento internacional. “Era de esperarse con tantos intercambios y retórica de adversidad entre los dos gobiernos y que de alguna forma llega a reiterar el alejamiento diplomático que ya se había visto”, indicó.
Si bien dijo que ninguno de los dos países se han pronunciado sobre el rompimiento de las relaciones diplomáticas, en este momento se encuentran en el nivel de encargado de negocios. Mencionó que el gobierno peruano tiene una agenda interna muy convulsa, lo que ha complicado la situación y consideró que el hecho que detonó la declaración del Presidente como persona non grata fue negarse a entregar a Perú la presidencia protempore de la Alianza del Pacífico, que le correspondía asumir este año.
Respecto a la política exterior del país, lamentó que se ha deteriorado esta área en el sexenio. “Creo que es uno de los momentos más complicados que hemos visto. Además, uno de los más lamentables porque tenemos muchas frentes de confrontación abiertos y eso no abona para nada el sentido internacional de México”, señaló.
Aribel Contreras, maestra en Estudios Diplomáticos, señaló que la decisión del Congreso peruano es una respuesta con un tinte político, al considerar que el Mandatario federal es injerencista con los asuntos internos de su país.
En cuanto a las relaciones diplomáticas entre ambos países, indicó que no van a cambiar al menos hasta después de la elección de 2024.
“Es un tache para la diplomacia mexicana. No nos deja bien parados. Y todo por un capricho de querer apoyar a Pedro Castillo, de no entregar la presidencia de la Alianza del Pacífico y a darle batalla al gobierno de Dina Boluarte”, expuso.
Recordó que ya son tres personas en esta administración que han sido declaradas non gratas: la exembajadora de Bolivia, María Teresa Mercado; el exembajador de Perú, Pablo Monroy, y el presidente López Obrador.